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Poemas, frases y mensajes sobre agua

Selección de poemas, frases y mensajes más populares sobre agua


Oda al torbellino

ODA AL TORBELLINO

Sin coraza
el
aire hirviente
bajó nublados
en
torrentes
del océano
juntó
al relámpago
al verde
fuego de selva
y primavera
y brillantes noches
y ardores soñadores
irresistible
al blanco
en la flecha
en el centro
agua de estrella
labriego del viento.

En verano
inflama la hoguera
encanta la pasión
contempla la indiferencia
manantiales
de ira sincera
de furia pura
tiene su piel de hielo
hierro franco
hoy
quiere
los tiempos guardar sedeños
los espacios desmanchados
los ramajes enlunados
vibrando del anverso
al reverso en cada verso
inverso y beligerante
labrando al aire.

Destructor higiénico
hoy
mañana constructor
que quiere
anidar
tejiendo
mis latidos
de ígnea tierra
de leve aliento
de caminar torpe
para
hacernos compañía
en el silencio
de la ausencia
dónde
somos iguales
sangres llorando.
¡Iras puras!.
Incendiando al desaliento.

Somos
iguales volcanes
cuando
el techo
muerde
al cielo falso
al suelo afilado
al hueco grueso.
¡Avivando!.
La sangre fundiendo
embalsamada
por el ayer
que va delante
que va sembrando
más mañanas.
¡Insepultas!.
Derritiendo
al mismo tiempo
el acero con las nubes.

Gladiador de incertidumbres
destructor
de los muros
del olvido
de memorias misteriosas
indefensas eternidades
simultáneas al desamparo
del injusto y sonriente encorbatado
de la lengua de mil reptiles
que ocultan
desnudo
en las cenizas
el aliento infinito
con
los metales hambrientos
con
los ínfimos poderes
siendo lo que son
los escarabajos
en el drama de la bruma.

Y
tú.
¡Oh, torbellino!.
Sigues
siendo
lo que
eres
ondulante látigo
del cielo
sin someterse a su yugo
sin la condición de esclavo
eres el azote.
¡Del sentir que se rebela!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Ambiente estólido

Ambiente estólido
En las entrañas de la sed el agua quema,
la rama arrancada de una hoja libre,
como la cadena en el candado escribe,
al yugo rojo de la sangre emocionada.

En los dedos del alba misma,
el polvo de la noche,
se levanta con la tempestad inclinada.

Porque a veces pasan los ciruelos, sí que pasan,
por el estanque solitario, siempre, como bosque,
y deja la esperanza, ahí llorosa, en el baúl,
confusa, honesta, leal, noble. ¡Perdida!.

Donde un bambú fuma tortugas,
con la música del hongo angustiado,
en los emblemas del roble.

Encerrada, palpitaba allí, aquella fantasía,
de agua suave, mordiendo nube y lluvia,
en el himno verde de los campos,
acunados con el vuelo de las aves.

En la primera estrella arrepentida,
en el seco césped sin rostro,
y con un ciprés como testigo.

Extraño la carne del hombre que nieva arena,
en el cielo silencio del mármol cruento,
tan áspero en el reír despreciable, siempre,
en la arcilla insondable que hierve azufre.

Por este ambiente estólido que asfixia,
desplomándose iracundo brama agrio,
el suelo de bufidos y relinchos.

¡Oh, altar al recuerdo en ruinas!.
¡Oh, fracaso de la historia ignorada!.
¡Oh, naturaleza humana podrida en desgracia.!
¡Oh, consciencia, la razón se muere rauda!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Ensoberbecido...(Ultraista)

Ensoberbecido
(Ultraísta)

Allá el silencio dobló sus pantalones
y el mar calienta el sueño de una oreja
El ojo nace donde el plomo muere
Callado como el hielo encadenado
en la tarde seca bajo el zapato
aletargando al especulo extraviado
Como el puente se columpia
en el techo masticado del cerillo
un venado salta comprando miel
en la espalda de la luna desnudándose
Indomable al agua lavando
aparatosa alabardilla lejana
llenando la intemperancia
con desolladura templada
arriscando el escalofrío de pureza
tan espuerta como nido engañoso
anudando al pasado cada espera.

Autor: Joel Fortunato Reyes Përez

Confesión gramínea

CONFESIÓN GRAMÍNEA

El suelo es hondo y húmedo, tendrá que alimentarme
y vestirme, aunque por ahora no sé si es de noche o
de mañana, ni si soy un sueño de un futuro inexistente,
insisto, e insisto en la orilla de la sequía que corta el
agua en el cautiverio de la vida, con empeño admirable,
y más duro de esta cáscara, abrigo sin tregua, en una
metamorfosis continua que recupera mis caras anteriores,
ignoradas en la corrupción confusa de los lugares dónde
caduca. Es como la voz del paisaje subterráneo donde
la vida y la muerte se hermanan, dónde se adelgazan los
trinos a contraluz de una fuerza comprimida.

El cosmos aparece como un inmenso árbol, infinito, entre
los promontorios de luz y sombras fusionadas, como el...
divino ideograma vertical que crece y decrece de la raíz a
la hoja inagotable...¡Vida qué se regenera al infinito!.

Siento, de eso estoy seguro, pienso, creo ser el receptáculo
de la ignorancia fértil, alguna vez, astro, pájaro, serpiente
arcaica, sin tener la pretensión de agotar todo el acto esencial
de la renovación del universo en su actualización creativa, yo,
¡Sí, yo!. Un simple germen en el corazón de una semilla.

Me lo han dicho unos acuáticos recuerdos abrigados por el
viento. Pues he perdido la memoria de mis muertes dónde
ardientes bajaron los otoños en los cómplices inviernos,
viajeros agitados por los siglos. Y ahí por dónde el desierto
abrasador espera la frescura de la soledad obscura.

El hecho que ahora lo cuente (de alguna forma es confesión),
me lacera, me deforma la insignificancia en el curso privilegiado
de intuir tantas mutaciones y estragos dónde anida la última
realidad... Aunque estando ausente haya buscado callado la
intimidad de las ilusiones presentes, el pecho virginal del decoro
honroso de la humanidad preocupada de sí misma...Pero el
suelo aquí es árido, cemento, metal, granito, ambiciones injustas,
desmedidas muecas de los huecos abundantes, nada puede
germinar ni cultivarse, la misma sangre enramada tiene el corazón
de plomo y mete toda consciencia en un molino que taladra el cielo.

Es el misterio que evidencia mi más absoluta ignorancia, el insigne
fracaso ignoto. Es... Es... La misma síntesis del misterio agrario y
funerario de Odín. Es... El espacio-tiempo dónde nos reunimos
vivos y difuntos. Extremos dónde la hierogamia se verifica, en el gesto
primordial. ¡En el acto genésico ilimitado!.
El suelo aún ahora, conserva el color de un sol forastero dónde fluyen
bifurcándose corredores más angostos, y sin duda escribe al margen
más páginas que fueron rotas, acribilladas, acuchilladas, y ocultadas
en la red de las serpientes horrorizadas en los extravagantes edificios
del engaño, en todo ese vacuo majo con la fruslería de los micrófonos,
por encamisar pasmadas a las calles, desvaído el colapso atribulado.
Las campanas lo confirman, los féretros los resguardan, y el olvido está
en las cosechas del desconsuelo desnudo, en el claro testimonio del
fracaso. ¿Qué hacer, cómo, cuándo?.

Lo confiesa el aire, el fuego, el agua, y ahora este suelo no aligera el
paso, ni en el camino más peregrino de las pupilas perdidas, ni en
los fúlgidos reflejos sin atavío en la pulpa hechida de las pesadillas
de dulces venenos que beben la brisa de sombras como un licor suave.
¿Qué hacer, cómo, cuándo?. Repiten los cristales fugitivos, la túnica
sin fe ni flores despiadadas, plásticos vasallajes vehementes con la
frescura inmóvil dirigiendo el vuelo del nido en ruinas, y repiten y repiten.
Las mismas preguntas hasta el cansancio.
Siento, pienso, creo hacerlo, aunque lo dude... Y me digo... Imposible
saberlo a partir de un sólo grano, y mucho menos si andamos perdidos
por el mundo, más qué anónimos, y mucho menos ignorando los altos
designios qué deben ser cumplidos por alguien, y haciendo mofa de
los árboles abundando en analogías inservibles, y en escrúpulos
versátiles intactos.

Mi propósito no ha sido contarles todo lo qué después será ignorado,
olvidado, cercado en una fracción del campo, cómo el árbol qué a
destiempo debió considerarse feliz. ¡Porqué no es cierto!.
Aunque hay cuentos que no son prisiones obscuras al entendimiento,
que tienen su verdad de porcelana que invade la ilusión más verosímil.
¡Vaya si no!. En todas partes se sabe qué ninguna semilla fructifica
sin el suelo idóneo. Mucho menos, yo. ¡Yo qué aún no he sido!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Caliginoso

C.A.L.I.G.I.N.O.S.O.

Si ves al gris una vez.
Sin voz baja el viento.
Del sol hasta el helecho.
¡No hay problema, todo es verde!.
Con la tierra que al agua irrumpe.
¿Piensa acaso la hoja?. En los otoños,
que le dejan su cariño pétreo.

¡No hay problema, todo pasa!.
Nada por la orilla de esa mirada.
Y en el granero guarda el jarro.
Con la voz del gris que ves.
Tal vez en el tiempo cada eternidad vuele.
Y sueñes como nadie ha dormido.
Al rojo verde al azul rosado.

Caliginoso y caliginoso coinciden.
En un café plateado.
En una nube dorada.
¡Porque nada importa de la amargura al agua!.
Y todo cae del olvido implacable.
Por el renacer de la memoria.
Donde si ves al gris una vez.

¡Gris será y sólo gris!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Árido impávido... (Experimental).

ÁRIDO IMPÁVIDO
(Experimental).

El cernícalo de esta esquina fresca,
besó la estatua del ángel congelado,
con la voz valiente más visible,
entre la nube más fervorosa y pura.
El resto de la historia la sabe el enemigo del agua.
¡No vale ninguna divina flor de mayo!.
Porque guardan la semilla del brillante cosmos,
en el martirio de la sed con sus demoras.
No sembraré en el mundo castigos y tragedias,
ni execrables momentos en cosas con trastornos.
DETER
MINA
DO.
Con ojos perseguiré tan sólo esos retablos.
Impávido, sin anarquía, con el clarín infalible,
del oleaje mudo, de arena en arena.
¡Áridamente profundo, árido náufrago!.
Duele saber, amistad, que las aguas,
de ese bullente azul te han asesinado,
con la paz del cementerio, silencio,
en las barcas dormidas del cerro,
convertido en palabras, hojas en blanco,
así que marcho al pueblo.
RECON
CILIA
DOR.
Con la lluvia de cera, que empuja incansable,
la fantasía del alma. En versos como gotas,
de rocío mañanero, en el espíritu dulce,
que resbala del manto rosado del alba.
¡Cubre y preserva todo!.
No te plantes oyendo la funeral paloma,
que azulea en los cabellos del glaciar enfermo.
Ya deja poroso al océano, en el salitre del cuerpo,
y la mirada, peligrosa del mundo, meditabundo.
¡Solo acaricia la mística paciencia suave!.
CONFRA
TERNI
ZADO.
Con el rumor de los labios, que rompen los hechizos,
de la noche. ¡Que la serenidad celeste procura!.
Sin desperdicio, aquí, cobran vida los fantasmas,
disueltos en la memoria, y en la piel sin acordes.
¡Mira!. Ya empiezan a galopar como hacen los caballos,
en la promesa de la espiga, del duelo que aflora,
aparece, se va, esclaviza y libera, y solo enseña.
Después de haber pastado, en el rudo infinito,
y en la tierna tierra, en los campos de euforia,
y el circo del tirano. Ya vendrá la última carta.
COMPA
SIVA
MEN
TE.
¡Mira el reflejo!.
En la pesadilla adversaria, lágrima y veneno.
¡Látigo a la turbamulta desarmada e inocente!.
Ya deja su azuloso mortuorio, impávido, gris.
Solo lecho sin reposo, solo injusta sequía.
Con aridez en cada recuerdo,
con perfumes destruidos,
con el rigor del olvido.
¡Ciego mundo puro!.
¡Árido impávido!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Impoluto ser

IMPOLUTO SER

En la sed perdida de los pastos.
¡Audaz cogorza encarnada!.
Viene, viene enternecida el agua.
¡Patrimonio bondadoso!.
Por la arena tocando.
¡Mayestática!.
Una fresca campana.
¡Implorando!.
Ser saciada.
¡Salubre!.Impoluto.
Dolor.
Del recuerdo perfumado.
La fruta se dilata.
¡En la pupila qué llueve!.
Al resquicio restaurando.
¡En las caderas qué fluye!.
Hélice hercúlea hermoseada.
¡En las calderas qué fragua!.
Dilatándose. Escurriéndose.Impoluto.
Exponente.
En el mar que moja sus dedos.
En los labios de selvas nuevas.
Sed, sed... ¡Cómo quieras!.
Sed agua... ¡Cómo fuego!.
Sed viento. ¡Como aliento!.
_¡Sed la sed misma!_
Del agua ardiente gozosa.
Sed la mano en cada dedo.
___ ¡Al pié de la montaña! ___
Misteriosa silla paralela fluyendo.
¡Del ser suspendido del sí!.
___ ¡Y más allá del no!. ___
Sed el pasto mismo, césped divino encarnado.
En el agua ardiente del polvo. ¡Sediento!

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Del Onirismo Cronogénico

Del Onirismo Cronogénico

Porque ahí el tiempo duerme
agua viento fuego y tierra
y no desaparece nunca
el pasado
y no perece siempre
el futuro
y no permanece inmóvil
el presente
es vapor provisional
humo latente y fulgurante
cadena de momentos, esencia y forma
carencia permanente, eterna e infinita...

Del
Onirismo
Cronogénico
Porque ahí el tiempo sueña
cuerpo mente espíritu y materia
y aparece siempre
atrapado en su presente
y desaparece con rapidez
esperando su futuro
y reposa fortificándose
abrigado en su pasado
es eterno transitorio
unidad y ruptura, consecuencias y niveles
matriz invisible, fuente de vida
despertar y renacer, causa y efecto.

Del
Onirismo
Cronogénico
Porque ahí
El tiempo
Duerme sus sueños
Y
Solo es
Un sueño que duerme
Omnipresente
Ignoto
Origen
Esencia de toda forma.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

OP EEN BRUG... ((( En un puente...)))

OP EEN BRUG...
EN UN PUENTE...

El alma de la noche duerme.
En las señales de humo de los sueños.
De ziel van nacht slapen.
In tekenen van rook van dromen.
De koude zon op de heuvel.
Verse sneeuw in de hoop.
Del sol frío en la colina.
De la nieve dulce con la esperanza.

En un puente... Op een brug...

En el fuego de la memoria.
Más allá de la ceniza.
In het vuur van het geheugen.
Afgezien van de as.
Afgezien van de sterren.
Afgezien van de horloges.
Más allá de las estrellas.
Más allá de los relojes.

En un puente... Op een brug...

Una noche tibia.
El agua. La sed. El viento.
Een warme nacht.
Het water. Dorst. De wind.
Ze lopen en rust in de schaduw.
Van de tijd. Onder de huid.
Caminan y reposan en la sombra.
Del tiempo. Bajo la piel.

En un puente... Op een brug...

En el aliento de arcilla. Campanas. Hojas.
En la espiral de la vida.
In de adem van klei. Campagnes. Bladeren.
De spiraal van het leven.
De pijl van de dood.
De ziel is uitgebracht op een brug.
En la flecha de la muerte.
En un puente el alma se libera.

Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ

Opacidad procaz

OPACIDAD PROCAZ

Cortada anudada luego la sombra
vuelve a encontrarse la luz apagada
en la noche, desnuda en la luna
una vez en la marea morena
del mundo alborotado en calma
que brota del huracán airado
con la inminencia del temblor
de la mirada impasible y fría...

Opacidad rapaz enfangada
procaz emborricarse procaz.

Y luego el lago fulgura su fragancia
de los taciturnos rumores dispersos
recatados, tiernos, modestos, sinceros,
ondeantes, los hielos derriten ligeros
los vuelos de las brisas que se arrojan
que se escapan, que se anidan, en el ser,
amalgamadas, enroscadas, azuladas
de congojas traicioneras y almendradas...

Opacidad incapaz enhiesta
premiosa procaz premiosa.

Con el instante distante inconstante
en el hoy longevo del baño de aceite
donde queda poco tiempo
en la prisa mineral de apariencia
dispersa el agua confusa
en el desempleo paralizada laguna
escondida en una esquina potable
arrugada, demacrada, desesperada...

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Cuando muere un beso

CUANDO MUERE UN BESO

Del
Dorado
Recato
Cuando
Muere...Muere un mundo de labios...Y tus besos son agua sagrada...En mi desierto ayer...Donde vive como adagio entre plata y carbón, angélico y benévolo...

Dormido y dolido.
Es un medio mundo.
El mundo.
En la familia.
Y el hermano,
en cada hombre.

Los besos. En un beso.
Del desinterés alegoría.
Tantas veces.
¡Oh!. Esperanza.
Ya estás débil.

Ya no te siento,
ya no te veo.
¡Esperanza!.
Beso del futuro.
Eres
solo
un reflejo en la luna.
O un sueño
del sol. Labios de nube.

Ayer
del beso
del agua.
Del agua del tiempo.
Cuando muere.
Un beso.
Del ayer del nunca.

Como murió el ahora.
Un ahora fugaz,
tan fugaz como siempre,
como siempre ha sido.

El beso,
del polvo,
al hombre.
Cuando,
el aliento,
que se le va.
En
Un beso
Una esperanza
Una eternidad
Cuando
Muere
Un beso, no dado, olvidado.
¡Antes de nacer!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Acalorado

ACALORADO

Sentado estaba el calor sobre ese día
con el sudor del verano lejano
el columpio balanceaba un otoño
con las hojas del libro enojado
corriendo entre letras y renglones
capítulos de nieve en un frasco cansado
miraba en su cara el espejo
con el simple suspiro del tigre
cuando tiene alguna idea del sombrero
en la cámara oculta del ropero
del niño que despierta en la escuela
del tornillo que duerme en la tarde
donde escapan los recuerdos del sueño
entre los bosques angustiados y asustados
por la comida sin apetito ni sabor
que cultiva la sed en el agua
y el mar en el corazón del viento
y los relojes en el tiempo perdido
por la eternidad de los tejidos ligeros
con la música mortal del silencio
cierro los ojos y te recuerdo
que vienes de tonalidades misteriosas
donde no hay alegría ni afán de sufrir
por la nocturna pena que ofrece el día
al calor que muerde una flama
recibiendo los favores del desdén
en el trasluz castaño de una promesa
donde la noche germina como un guijarro
encendiendo las estrofas del poeta...

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

GANAS...

GANAS...

Cuando el agua bebe la sed del sol.
El fuego incendiado apaga la ceniza.
Parada en las alas rojas del aire.
La lluvia toma una siesta.
En una gota un día una hoja.

Del libro inseparable de la vida.
Con el paisaje desprendido de la noche.
En las tumbas salvajes de la piel.
De la blanda desnudez de la calle.
De la puerta vacía de la luna.
De la casa llena de la muerte.

¡Ganas... Si perdiéndola aprendes!.
¡Ganas... Si olvidándola recuerdas!.
¡Ganas... Si meciéndola enterneces!.

Por el campo que sangra en la tarde.
¡Dad!... Alimento a las nubes.
Dad, dad sustento a los granos.
Dad, dad fuerza a las almas.
Dad, dad impulso a los sueños.
Con los días los meses los años.

¡Ingenioso inmenso inolvidable!.
Un espejo se refleja en otro.
Un año se abona en otro.
Una vez se cultiva con tino.
Una vez de muchas muchas... ¡Ganas!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Cardiogénesis...

CARDIOGÉNESIS.

Cuando el agua
florece
en los pétalos del corazón.
La noche escucha.
Estrellas.

En la música del sueño.
En la ribera del reposo.
Donde
el universo
nace.
Un océano
se columpia
en una gota.
Y las montañas
en un relámpago.
Una noche, noche.

Inaccesible al olvido.
¡Del dolor qué alimenta el viento!.
Una gota
del cielo
ardiendo.

El hielo
ahogado en sed.
Lo que debiera
quedar
preso.
Del rumor
de mil ventanas.
Y el sacrificio...
De las puertas.
En la morada
del silencio...

¡De la extraviada esperanza!.
¡De la soledad sagrada!.
En la sangre
del tiempo.
Y el olor
del olvido.
¡De los frutos del crepúsculo!.
En la consciencia.
Envenenada,
del engaño...
¡Qué palpita!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.

Espumas Musicales

ESPUMAS MUSICALES

Entre
los pájaros que encienden,
al sol naciente, sus lejanos muros,
y a las vegetales nubes de sus alas,
solo la memoria acude, cual infernal serpiente,
donde el vuelo aguarda,
el cansancio prematuro de las cosas,
por el abanico de su brisa.
Al mundo infiel cual preciosas piedras.
Del núbil fuego al fondo.
Del día enervante de ráfagas brumosas.
Al último adiós de una mirada.
Al camino de lúgubres cortejos.
¡Espumas, espumas, musicales son!.
Cuerdas sin trino ni voz desnuda,
por la sombra que se agrieta,
en los precipicios de la soledad marmórea.
Por los versos que acompañan.
Las estrofas con el rostro
De cometas,
en las tintas,
de los pálidos papeles,
en el alma de un anhelo.
¡Son las dichas altas en el suelo!.
¡Son los sinsabores sus corrientes!.
Ya espumas de florida primavera.
Ya burbujas con la suerte del otoño.
¡Musicales, musicales!.
¡Oh, espumas de la pluma prófugas!.
Vuelan, vuelan como llaves,
los cantos tristes,
por los espejos que renacen,
en las mástiles del agua,
en los desnudos mañanas,
abriendo las hojas,
de los frutos deseados,
de las noches del tiempo,
espumas de una amarga sonrisa,
espumas del tedio y del clamor insano,
son musicales por la senda tortuosa,
son musicales del delirio entusiasta.
Son
lo que son
por el ámbito del mundo
dónde sueños y pesadillas
despliegan sus alas por igual
en el seno bizarro
del seno que brotan
notas de pasiones derramando el desencanto
notas de ilusiones cultivando el espejismo.
Son
lo que son
¡Sólo espumas moribundas en la esencia genuina del claustro, en flor del halago dulce, del corazón
mendigo, una manzana del cielo hirsuto, una mano que aclama la dulzura acariciar, la virtud germinadora, palpitante y trémula, del crepúsculo que entona su ritmo en las ánforas de arcilla!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

El amor verde

El amor verde

El amor verde pinta el cielo.
Rosa la soledad teje.
La fotografía camina lento.
En el ritmo alegre del tiempo.
Azul el sueño canta.
Como el agua tibia danza.
Al principio un maquillaje de noche.

El amor tibio y blando el tiempo lento.
Los suspiros pasan y pesan.
Los ojos brillan a lo lejos.
Los pies dibujan alas y plumas.
Con el tono que resalta las virtudes.

De los muslos de las nubes.
De los pechos de los bosques.
De los brazos de las brisas.
De los ojos de los ríos.
Con el tono que resalta las virtudes.

El amor verde sabe dulce.
Blanca la esperanza bebe.
Las pestañas en la luna.
En la piel de los años.
En la miel de los sueños.

El amor verde vuela.
En el rostro de los relojes.
En el canto de los latidos.
Por la escuela de la vida.
Pruebas, resistencia, éxito, fracaso,
dolores, esperanza, ilusiones, realidad, creatividad,
pasiones, elección, belleza, natural, humilde, descuidado.

¡El amor verde, no es azul, ni rosa, ni amarillo!.
El amor es verde, y solo verde, cuando es amor natural.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Isla Ignorada

ISLA IGNORADA

Gloria Fuertes
(española)
28/07/1917 - 27/11/1998

Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
sola sólo.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
para la muerte me dejó un misterio.

Los almacenes

LOS ALMACENES

Aman de la rosa el rubor y la sonrisa,
en las formas puras de la brisa,
en los torrentes de los tinteros,
en los armarios de los suspiros,
en las miradas de los pisos.

Aman, aman, la blanca mejilla,
del agua crujiente exprimido néctar,
del volcán junto al tronco desnudo,
del ímpetu alegre un pulpo despierta,
del pedernal efusivo un ramo desierto.

Aman, aman, aman los pájaros,
el nido en la última hora del huevo,
el mundo en la siembra del pico,
el parto en la piedra del canto,
el rapto en la hiedra del cuento.

Aman de la pierna el temblor,
entre la luna caliente escondida,
entre la esponja saliente adherida,
entre la espada doliente mordida,
entre la lana esplendente partida.

Aman, aman, la húmeda colina,
por estar los helechos en jugo,
por estar las ventanas cerradas,
por estar los platos calientes,
por estar las tardes calladas.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Declinando... (Neovanguardista).

DECLINANDO...
(Neovanguardista).

Declinando...

Esperan las gotas un desierto perdido,
tejiendo sonrisas al viento,
acariciando recuerdos a la ceniza,
y los abúlicos regresan a sus cloacas,
en este lustro que se iguala,
a la decadencia de los escombros,
y los esbirros laman sus escamas,
a la obscuridad que se desnuda fastuosa.
Compadécete ya, inframundo,
y sumérgete, ácido, en el hielo podrido.
El cielo desgrana las pestañas de cada hueco,
y anuda el vuelo de fuego en la nieve,
destrozando al vacío con saliva.
__ Quedamos con el futuro inicuo,
cultivando al taimado subsuelo.
__ Quedamos en el aire,
amedrentando jirones del alma.
__ Quedamos en la tumba,
de la esperanza yerta hecha olvido.
__ Quedamos en la piel del ayer,
sin los huesos del agua,
con el espíritu vacuo umbrío,
para esculpir al oprobio,
o al pletórico desconsuelo,
para que promulgue nuevas avalanchas,
y ostentoso desgaje al ultraje,
que después envidiarán las palomas.
Inclinándose de nuevo ante otro caso,
deformando realidades enroscadas en monedas,
desplazando al espacio entre las cejas,
puertas cerradas, lenguajes escarpados,
y las sonrisas, sin el cotejo del espejo.
Por estos desiertos atrapados en una gota,
están declinando ampulosos y pedantes,
al polemizar las madrigueras,
con sus vulgares atildados,
abejarucos por cariar, roer y escoriar,
la desgracia programada en el tuétano del embuste.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Hontanar execrable

HONTANAR EXECRABLE

Palpé al olvido y su memoria.
Quieta la sed y su recuerdo.
Por el agua frágil.
De las grietas caprichosa luz.
De la ignota marejada lenta.
Por las calles ondulantes.
¡Dónde se entinta una ausencia!.
Del súbito peligro atenuante.
¡Indeseable en la belleza inocua!.

¡Oh, alfaguara de futesa!.
¡Oh, entonadera de nonada!.
Adarga abundosa de escoria.
¡Cuánto embijar y achubascarse!.
Zalamero zángano zarandeando zopencos.

Del papel incumplido.
Vi el sabor y sus colores.
En los cabellos, fieras, indiferencias,
mesas solas, hambres desnutridas,
enrojecidas nubes en el suelo,
y techos de azul podrido,
en el cántaro curioso,
por la esterilidad y su fruto.

Del borbollar afrentoso.
Un tifón, un ciclón, una tromba,
son menos que poco comparados,
del mal al peor arrobo embozado,,
por el guirigay de corbata y saludo.
Y el gracejo por lo luctuoso embetunado.

¡Fontana de fruslerías!.
De
Plano pleno planchando platos.
Del
Salado dolor, salado recuerdo, salado ausente.
¡Alado y desendemoniado... Dudoso ingenio!.
Que vuelve y en ello se pierde,
allá el aire huyendo gris,
allá el camino inquieto,
entre la mayor honradez multiplicada encizañada.
Con absoluta lealtad, fingida, concavidad, de honor manando.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez