SEGURO TE CONMINO
Esperanza.
Camina para que dibujes al mar,
las montañas en un pez.
Cien navíos del desierto aúllan,
y anidan una nube,
sin espera.
Seguro.
Cultivaron unas olas de pestañas amarillas,
y unos raudos musgos donde duermen,
las miradas del cabello.
Un camello vendía coronas y cepillos,
y el sol sentía un canguro,
que cantaba de rodillas al pasillo,
y trepaba en el espejo reflejándose.
Esperanza.
Ya no sueñes, que hay patios y campanas,
en los ojos del suelo y las paredes,
del nuevo lago derraman las cenizas.
Nada importa que todo pienses,
con la lengua entre pálidas arenas.
Te
Conmino
Seguro.
Ellos nada saben de la humedad,
vestida del guante impasible,
ni de hormigas intimidadas, ni elefantes,
angustiados, menos, dentro del huevo.
Esperanza.
Calla, piensa, gime el espanto,
escucha la morada de los huecos,
alarga un poco los relojes bocabajo,
y planta platos entre las noches,
del hambre de las mesas.
Ya pasó el ojo entre la paja, y las
agujas hacen de una lágrima leyendas.
Seguro
Te
Conmino.
¡No, no!___No huyas esperanza sin orgullo.
Siéntate y reposa en la orilla del llanto,
en los párpados del pétalo asustado,
en el futuro recién cortado,
en el perfil del alba hecha de yeso.
Esperanza.
Ve que todo se ha ido. ¡Sin ti!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez