CÍCLICA DESMAÑANADA
Eterna vuelve cada mañana,
en la esperanza dormida en la noche,
como cambia el verde en las hojas,
el afán amarillento del otoño,
donde se pierde cada verano.
¡En la blancura de la nieve áurea!.
¡En el rumor que corre en el agua!.
¡En el valle de calles de lunas crecientes!.
Cíclica desmañanada cíclica.
Desmañanada cíclica desmañanada.
Cíclica.
Desmañanada.
Cíclica.
Por la sonrisa de espumas de brisas.
De olvidos de llamas de pianos.
De gotas de campos de vientos.
Agobiante desahogo indignante.
Revivificante extrínseco núcleo.
Diligente trajín y pigricia.
En lo ingrávido con largueza regio.
En lo efectista hinchado espiritoso.
Cíclica.
Desmañanada.
Cíclica.
Desmañanada desmañanada.
Cíclica cíclica.
Derramando al espejo reflejos vacíos,
en la tarde magra y fría del detalle.
¡Soñador destello de extraña entraña!.
Por la mirada temblorosa del embeleso,
en las cúpulas sin límites de pájaro,s
voraces, volátiles, fabricantes de pobreza,
en racimos de palomas lavando ropas,
por los aires de las culpas colectivas.
¡Cíclica desmañanada cíclica desmañanada!.
En los trenes repletos de preguntas,
de panes acuñados con el hambre,
con el vientre de los ojos lleno,
en las manos que se decuelgan del suelo,
del cielo poblado de serpientes y gusanos,
de la oquedad mas cercana y purpurina,
por la obscuridad que frenéticos cultivan,
por la mañana incesante del agua seca.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez