|
SEÑUELOS
¿Quién hay qué vivo en sus sueños no respire con las nubes cobijado y latiéndole una almohada?.
Párpados balsa son, mis noches mares, donde navegan flotando, campanas tocando el silencio.
¿De quién somos, sueños, en ésta burbuja viviendo, tejiéndole olas al bosque?.
Piel alada fue, mi día perenne, donde saboreaba vuelos, submarinos acariciando el canto.
¿Soñamos acaso los sueños, despiertos los dioses dormidos, en una fugaz esperanza?.
Sueños poesía son, hermanos nuestros vivires, donde despiertan libres fuerzas, celestiales cincelando el alma.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ANOCHECER ENAMORADO
Al ramaje del rodaje. Ramaje Del Rodaje. ¡Luna a luna!. El sol duerme latiendo. Las mil palabras en una noche. Anochecer. Enamorado. Crepitando las vigilias regando. De sirenas por las calles. Del cortejo inextinguible. Adueñado. Enamorado. Anochecer.
Qué. Acoge al fuego sus cenizas. Los pinceles asfaltados letra a letra. ¡Cuando brota lo qué acuna!. Y las mesas sobrevuelan, meses, días, horas. En la contracción de los derrumbes. A veces, aves, peces, plumas, vuelos, ríos. Por los años fugaces, arriba, abajo, chimeneas. Y otras. La insolencia volando al fondo. Falda, pantalón, volcán y cataratas. ¡Por el ósculo rompiente oleaje!.
Punta amarga alba. Anochecer. Enamorado. Por la frescura del mirlo espigas. ¡Sonata del insomnio en descampado!. ¡Oh, sí!. Las espinas entre preguntas. Las costillas atadas de la aurora brotan. Duermen... Unas tantas veces, a veces, vuelan. Duermen... Al cristal de luto espectro, dulce.
¡Enhiesto!. Enlunada imaginación oleosa. ¡Rosada!. Por el espejo. Invisible al gesto inscribe absurdo. ¡Del cuello a las rodillas!. De la luz al desandarse. ¡Los recuerdos mecen almohadas!. Un poco, equivocación, condescendiente, un poco. Porqué así es. ¡Si qué sí!. A veces, vuelo. ¡En el fuego qué se derrama!. Y... ¡Qué heridas muerden al humo!. Volcánicas transparencias. Enroscado al perdón en trance. Por las paredes carnosas, las médulas amasa.
De La Piedra El Corazón Porqué. El piso cómplice solo observa. La cara devorando.
Anochecer en una noche enamorado. Entre los deseos baratos abovedados. Las mil palabras suenan vanas imágenes absortas. ¡De sirenas y sonatas!. Alas, rodillas, transparencias, almohadas. ¡Qué se derraman, qué se derraman!. Del fuego oleajes a veces los paisajes del ramaje.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
INTRANSITIVOS RECÍPROCOS
Por el año que no mostraban los meses adelgazados. Implacables. Al escenario escondido. Los grises párpados de hielo en agudo silencio vacilan, como una capa de noche. Al verdor que hiere. El pecho anaranjado, descubierta la tarde, se recuesta sobre la luna reflejando lagos. Con toda la respuesta radical del cuerpo. El olor en las montañas, es tan pálido que deja atristado un cielo atigrado.
Como Al pájaro igualando el canto. El sol se desteje entre las nubes en un hogar vacío, el aire yace inmóvil, el suelo oculta, el cielo, la danza de mil ausencias. Como Al estilo estimulando grácil. Sus cortos cantos fluyen, en una enorme lágrima sin fondo, ni pestañas, largas penas de escudos inválidos vuelos. Al contraste contribuyendo. Al remedio reluciente. Al simbólico sinfónico. Por el hecho que del lecho cree escapar. Donde se crean los telones ignotos. De la turba tormenta innata hogaño. ¡Recíprocos inequívocos de la inercia!.
Como Asoma la mirada el sufrimiento, acumulado en las estrellas agonizantes, preocupaciones en el mundo disponible del recinto, recio alarido indisoluble. Intransitivo. En la gota de las cortinas, que corren del sueño las corolas, en las flores mal cerradas, de las manos que desgajan. Recíprocos. Al hundirse los incógnitos pañuelos. Al torrente qué encarcela ingrato Al hilo de los lánguidos despojos Al borrar querer la memoria. ¡Congelada!.
Intransitivo. Con el espejo siniestro de la espada En la espalda implacable del desencanto Al jardín qué persevera gemas lustrales ¡Monótonos radiantes los diamantes!. Gráciles vidrieras del mirar torvo. ¡Del sueño agonizante adormilado!. Lejana la frescura glauca viña. En el fulgor de la tonada conturbada. ¡Aquí y allá, ya ya, hay demasiado!.
Por eso. Del sacro humillar a los temores. Recíproco Intransitivo. Queda todo el enjambre del hormiguero. Todo. El enjambre. Del hormiguero. Muriendo. Sombrío. Intransitivo perenne corre al dormir el sueño.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
PAJAREANDO AL CARBÓN
Los pájaros inanimados dejan al firmamento, incesante del cobre confuso. Al polvo cauteloso. De la noche caída de un árbol. Del siglo del año anterior, único difícil. De la perla encampanada.
¡Al carbón!.
Recostado el murmullo sobre la lluvia, corre a despertar al sol, delgada hoja con dedos finos, la madera solemne de los abetos. Con un poco del cuarto, traga irrompibles mentiras, cada pared rica de notas, débiles y quiméricas libertades.
Tal vez cada día quede, con un futuro irrepetible signo, en la realidad diluido.
Con la mezcla del bambú, el hierro crece agitado, labios resecos del agradecer, al agresor, las caricias de las nubes.
La mazmorra esparce al grano, diluyendo, de nuevo al campo, humeante, en la pasta, plástica, asimétrica. La pecera ladradora respira, codo a codo, cada peldaño, un rato, robado, al tiempo, fiel oruga, la promesa espigando, entre las uñas del dibujo.
¡Pajareando, quedó pajareado al carbón!. Y Luego... Entregó la cabeza verde a cada rato. desteñida ágata de claro vuelo. las cartas invertidas. del tren de las sombrillas. con la brecha gastada. al temblor caricia, del túnel, al timón de mantequilla. ¡Sitio sacudido con lujo!. A la vista, del salitre, mensajero.
Estando en bandadas las escamas. al color empaquetado. en el forro de visión, un mamut, encuentra el sombrero, un cabaret, desdoblando la rodilla, un valet, la casa de los botines, quitando de las axilas, la desesperada pantorrilla.
¡Pajareando al carbón!.
Allá están los muslos del hacha, la mecha de los papalotes. ¡Escribiendo del rubí al abanico!. Del nivel de la pizarra, sobre la mesa de las bicicletas. ¡Guardando anónimos deseos!. Informando a la caballería. de los rayos ultravioleta, con el eco del bosque, con las caderas del trigo, con el garrote de bobina. ¡Y la___Turbina___En los murales!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|