Nació en Salzburgo, y muy joven alternó su trabajo como farmaceuta con su afición por la literatura, fundando con varios amigos el grupo literario Apollo y escribiendo algunos poemas que fueron publicados en el prestigioso periódico "Neues Wiener Journal". Aunque su afición por el alcohol y el cloroformo le produjeron graves cambios de personalidad, su obra literaria, influenciada por autores como Rimbaud, Hölderlin y Novalis, osciló entre el expresionismo y el simbolismo. Durante la primera guerra mundial participó en la batalla de Grodek, lo que le produjo una crisis nerviosa que le condujo al hospital psiquiátrico de Cracovia, se suicidó el 3 de noviembre de 1914. Ésta es versión de Walter Hoefler.
Al atardecer cuando tocan a paz las campanas, Sigo de las aves el maravilloso vuelo Que en largas bandadas como devotos peregrinos Desaparecen en las claras vastedades del otoño.
Deambulando a través de umbrosos patios Sueño yo en sus lúcidos presagios, Y siento que de las sabias horas no podré apartarme. Así prosigo, por sobre nubes, tras sus viajes.
He aquí que un hálito me hace temblar ante las ruinas. El mirlo clama entre las ramas deshojadas. Oscilan las rojas vides entre rejas herrumbrosas.
Entretanto como un corro mortal de pálidos infantes En torno al oscuro borde de pozos en descomposición. Se inclinan ante el viento, enteleridas, azules ramas.
Esperan las gotas un desierto perdido, tejiendo sonrisas al viento, acariciando recuerdos a la ceniza, y los abúlicos regresan a sus cloacas, en este lustro que se iguala, a la decadencia de los escombros, y los esbirros laman sus escamas, a la obscuridad que se desnuda fastuosa. Compadécete ya, inframundo, y sumérgete, ácido, en el hielo podrido. El cielo desgrana las pestañas de cada hueco, y anuda el vuelo de fuego en la nieve, destrozando al vacío con saliva. __ Quedamos con el futuro inicuo, cultivando al taimado subsuelo. __ Quedamos en el aire, amedrentando jirones del alma. __ Quedamos en la tumba, de la esperanza yerta hecha olvido. __ Quedamos en la piel del ayer, sin los huesos del agua, con el espíritu vacuo umbrío, para esculpir al oprobio, o al pletórico desconsuelo, para que promulgue nuevas avalanchas, y ostentoso desgaje al ultraje, que después envidiarán las palomas. Inclinándose de nuevo ante otro caso, deformando realidades enroscadas en monedas, desplazando al espacio entre las cejas, puertas cerradas, lenguajes escarpados, y las sonrisas, sin el cotejo del espejo. Por estos desiertos atrapados en una gota, están declinando ampulosos y pedantes, al polemizar las madrigueras, con sus vulgares atildados, abejarucos por cariar, roer y escoriar, la desgracia programada en el tuétano del embuste.
En la silla sentada una oruga sueña alas bebiendo la frescura entre la brisa. Ése fue su ocaso. En la dulce rama. Dejó la seda almidonada. En el vuelo tenue, de púrpuras recuerdos.
También las nubes bajaron sus párpados pesados. Más allá de los dedos encerados. Por las velas navegantes de una flama. Un olor a silencio caía en cada techo. Todos goteaban su egoísmo almendrado. Unos pocos imitaban sus ausencias.
En el espejo tímido resurgiendo abandonado. Omnímoda podredura en la multiplicidad asalariada inquieta mediación del deterioro hecho costumbre. Por el sueño alado en un volcán extinto. Dicen... Habría que distinguir el tono desmoronado, por el lenguaje más simple, y al abordar las esquinas del miedo en un panteón, en el período fértil, aventurero y curioso... ¡Tan profuso y subrepticio !. Como la tragedia que el sol espera de la sombra, soñando un amor feliz en la mesa como en masa. ¡ Sí, sí...! Como la mesa en crisis mece cada mes al pez hecho al revés en el sinfín y envés. Aunque el tétrico cariz sea... Eso solo.
Al principio, la misma revelación lleva a comprender que aunque el sentido para el movimiento quizá sea diferente que el de la actualidad sin cualidades, ambas son lo mismo, en el puente colgante imaginado, principalmente en el de lineas y curvas, y los muslos con transiciones de sombra en vez de los contornos endurecidos con la experiencia sin concebir una respuesta. Pudiendo disecar al cosmos al rítmico golpe que es para todos nosotros un recuerdo tan entristecido por haber matado inútilmente la noche, como si cada escalón hubiese dejado la puerta abierta.
Aunque las disculpas encuentren al escepticismo hecho trizas, que se han visto disuadidas sin motivo. En tanto la noche escondía sus estrellas donde se puede segregar los sitios atrapados al despertar los tentáculos sobre la expresión de las pérdidas causadas.
Y así, de lo que ya hemos dicho puede desprenderse una idea sin sentido, un encanto especial, arremetiendo y saltando por las otras sillas en el desfile de su natural dulzura hecha náusea fácil, afirmando que el juicio cambia y fluctúa al eludir herir la sensibilidad demostrada.
Acompañado con frecuencia iba por la noche indiferente a la soledad pensando con espinas, dulces, transparentes algodones, inquietos, los árboles corrían junto al río recostado sobre un verde rápido y amarillo triste.
Lagunas lagunas iban...
Saliendo las puertas por una cerrada ventana aserrada por el becerro que ve al cerro entrando por el hambre.
Por el hambre que llueve las cucharas abandonando los confines del apetito sinfín de alambres en el hombre que parece natural sin verle saltar los tornillos en el vientre de las tuercas ilusionadas con el canto adivinando el vuelo de un encino dudoso de su sino vegetal por los fierros que rechinan reclamando raíces calmas menos hojas acariciando otoños en los retoños al primaverear invernales pedernales sin sandalias que obligan a olvidar que comen las mañanas la misma luna confundida con un queso, tirando las cáscaras a la laguna.
entre la vida ingrata del celestial ausente en la vida despreciada en la feroz ambición en el engaño infuso en el magnánimo desdén...
Impasible y desdichado en el desvelo generoso queda el vuelo que nada espera de las plumas ni de la presa estridente ni del espacio jadeante con las ramas bulliciosas de los semblantes
en la clemencia afilada de los cementerios en la noche despavorida de las estrellas
Impasible entre la acerba carcajada del trino a contraluz que se despoja del alma inútil con paso vacilante
¡Una mariposa encadenada corre! ¡Entre una consoladora puerta falsa! Una mariposa ingenuamente corre.
Siendo En el suave corazón del infinito Impasible En la carne misma de la avaricia Siendo Fragua del silencio y la amargura.
Siendo impasible siendo La frescura de los polvos y los dolores El aroma postrero de los ausentes La luz de los sepulcros que se estremecen
Por el andar tardío del estrépito y del eco Por la holgura del ímpetu cavernario.
Porque impasible siendo impasible Un ruiseñor destiñe al fin cercano
en el fuego que llueve sin sosiego en la veloz jornada sin rostro en el inefable encanto sin tiempo en la atroz campanada sin hielo.
Lo que menos importa es morir,
demasiado en el minúsculo olvido, derramado en el mayúsculo recuerdo. Aquéllo que hace los mares dulces. Aquéllo que hace de la saña virtud. ¡Y del engaño mortal su negocio expansivo!.
Con el infinito huésped en el corazón de una gota, el vuelo sueña unas alas, y unas olas su mar, de cortezas como plumas de nieve, y la espuma en una burbuja, medita y anida, como el delirio en una sombra solitaria, que aún palpita de ansias, por amar su luz, en las entrañas de un eléctrico drama... En la quietud inerte, de un hondo arcano, que al fuego derrite, en su pecho. Por el latido encarcelado el aliento vertiginoso espiga irresistible fruta vistiendo anhelos de apresuradas llamas envueltas con la luna delicada, intacta...
¡Arpegio brillante, obertura relampagueante!. ¡Transfiguración... Procreadora. No como acto No como posibilidad de cumplimiento Sino Como Nostalgia Creadora. ¡Irreductible presa del momento!.
¡Tibia flor!. De pan nuevo el día con labios y caderas de miel con alfileres y cadenas tejidas con sigilo decimal, decorado, delante, delicioso, perfumado prólogo esférico, especial, estimulante, por el lecho tierno del susurro y movimiento... ¡Aterciopelado resonando!.
El pasado, es una mezcla extraordinaria de singularidad, y misterio, por una fértil llanura de materiales de aluvión, y la bondad humedecida, con el portento candoroso de la sonrisa, en un espejo sin reflejo, como estremece el vuelo de mariposa a las montañas lejanas, que por sus vivos colores palidecen, con el vigor de los robles, entre la vanidad y la envidia, regando las mustias azucenas, del arte malogrado. Al principio sólo tormentas arriba y abajo rompiendo los hilos de la vida con la consciencia triturada de los peores engendros de la tierra ahogando de azul al cielo blanqueando más la nieve contándole arenas al desierto ¡Por esta primicia, por este chispazo!. Cualquier dios es solo debut.
En ella..... La tarde se estremece, se conmueve, ondula en la punta, dentro, los claroscuros de un rumor se deslizan bajo la puerta rutinariamente lánguidos y un olor aceitoso requemado. Encendió un recuerdo al momento en qué la memoria se detuvo. Después de dibujarse vio con inquietud como el aliento se le escapaba por el borde de un ventanal estrecho.
Dio media vuelta a la sombra rodeando el viejo espejo al lado del sombrero gris. ¡Vaya nebulosa!. La acarició suavemente. Su mirada clavada en las últimas páginas, de ausencia demorada, capítulo tras capítulo que con el sentimiento mataba sus miedos en pausas. Los veía caer en un profundo agujero negro y desintegrarse dentro de un relámpago.
Apoyándose sobre el codo, trató de mantener la vista quieta evitando recolectar más huecos abriendo las alas, alejándose del sol a través del cristal y las fisuras de esas paredes cuando perdió las hojas el último invierno. ¿Quién pensaría en la existencia paraláctica, quién quién hay qué hasta ahora no la haya notado? En ella. Veía por la multidimensionalidad del ventanal, tornasolado y fosforescente pulsátil entre las fuerzas paralelas oscilantes, que los sentidos son iguales y contrarios simultáneos, y entre ellos, todos los tipos cristalinos qué bien se conocen y experimentan de la holoedría y hemiedría paramórficas de cada sistema vital estático con sus elementos de simetría en el centro de actividad superficial. Y sobre todo, ahora.
¡Ahora, sí, ahora!. Cada vez qué se libera de las obligaciones que imponen su pobre, abundante y excitante aislamiento en la multitud solitaria, en esa interioridad ignorada en el indiferente e insípido individualismo, donde se huye de las cadenas de la cruda fantasía mercantilista que enajena el pensar y meditar genuino, nadie ha visto esta existencia tan real como ignorada. Y sin embargo, es el refugio, la zona sin espacio ni tiempo, es... ¡La última verdad de la primera realidad!.
En ella... ¡Vaya pues!. Sí, se va con la muerte, y su encantador desorden, que espera la contemplación con el propósito de salir con la consciencia tranquila empalmando un cosa sobre otra como si fuera a explotar.
La voz se quebró en un ligero sollozo, la ilusión se desvanecía y se encontró de nuevo muriéndose en el momento menos esperado. Pensando, sintiendo. En este paraláctico existir, desusado, ignorado. Sueño soy de una mariposa, una vieja mariposa sin nombre, que nada entre nubes serias, graves y vigilantes de sus añoranzas que la siguen con miradas de reproche.
No es que aquí abunde más la felicidad, y los placeres apetecibles. Quienes habitan estas zonas de realidad paralela, son recolectores de sueños perdidos, vagos gustos, desperdicios de aficiones, habilidades desconocidas y virtudes desplazadas.
¡El segundo inframundo está libre de todo movimiento vivo!. Ésto, en otro lugar sería inadmisible; Pero no aquí... El anfibio ya no muestra sus últimas dudas acerca de la muerte, se levanta y emprende el vuelo. En la existencia paraláctica ha dejado de morir. En ella la tarde es... La primera dos veces y el final repetido entre los momentos que se unen, se desplazan, se entrelazan y son indispensables entre las realidades paralelas. ¡En la primera verdad de la última realidad!.
No importa la edad que tengas. Tus sueños no envejecen, tus metas siempre estarán al frente, ellas son los motivos de luchar, ellas deben tu alma animar. No te mires al espejo para contar tus arrugas, o para ver tus fracasos, no digas no puedo más. Eso es mentira, eso es ilusión, el poder está en ti. Se como el águila y retoma vuelo, no mueras con un bosque dentro, no calles lo que has querido decir por años, da el segundo paso, y muere vacío.
Es cruel verte todos los días, añorar nuestros cortos encuentros, tener que ocultar lo que siento y ver como poco a poco te alejas mientras tú me sonríes y yo te miento
¡¡¡¡¡¡Me alegra!!!!!!!! te digo eufórica a cada momento para que el artilugio esconda mi tristeza y no puedas ver las lágrimas tras el velo
te amo, te encontré, te amaré toda la vida eres la mitad del corazón que creí perder la mitad que ahora debo dejar libre y la que el destino no me dejó poseer
sólo tu felicidad ansío y cuando te vayas mi alma irá donde estés, cuando regreses yo ya me habré ido porque tuve que alzar el vuelo para dejar atrás las huellas del amor que te tuve y que jamás a tu lado pudo ser
No te preocupes no tienes que sentirte culpable me enseñaste a amar verdaderamente por eso siempre te recordaré.....