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Se detienen los caminos cuando voy caminando Los arboles no se mueven, el viento descansa La paz está presente en cada minuto que pasa Sombras de silencios enmudecen el alma Tras el mar está el horizonte, unido con el cielo El velo que tapa los ojos no tapa la mirada La nada es un vacio lleno de palabras Que escritas parecen versos, pero son Solo estrofas guachas, dicen miles de Cosas y tal vez no digan nada, mi destino Lo conozco, la realidad es estar contigo Pero no todo en la vida es real.
Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Tengo miedo de no poder ver crecer la vida De sentirla lejos, herida de muerte lenta De no escuchar las aves, volando por los vientos Intentos de felicidad que no encuentro, ida
Sin regreso, boleto comprado en el infierno De ciudades que no existen, autómatas viajan Por caminos perdidos, saben de soledades De tristezas y de olvidos, no tienen destino
Solos están como yo ahora, siento que pasa Rosando mi piel el frío tren, los años perdidos Están en él, pasajero del tiempo que supura La hiel que estremece mi ser y que no comprendo.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Lúgubre certeza
En la voz de las pestañas la tarde cobija sus recuerdos.
Mordientes, punzantes, incisivos, claros, francos, sinceros, mascando.
Ahí en el cierto momento guardando el tiempo a los relojes asustados.
Callando en las pupilas la noche desnuda sus olvidos exponiendo el espacio a los vientos paralizados.
Demacrados, enjutos, delgados. Por la parcialidad apasionada. Por el desatino garboso. Por la insensatez auténtica. Por el absurdo tendencioso.
Por Que... La esbeltez errátil anida.
En el silencio de las letras donde la tinta borra sus ausencias esculpiendo transparente el canto de la vida en la música desconocida de la muerte cierta... ¡Vetusta y vigente!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ELEGIA DE LAS PALABRAS
Nos siguen voces mustias, inconexas, lejanas, del color de los cirios sin la flor de la llama. Ocultamente viven en la tez escarlata de los labios aéreos, inmóviles como alas de lentas mariposas. De pronto se abren rápidas, para cerrarse en climas de misteriosa calma. Vuelven a abrirse súbitas, y son como parásitas de selvas guturales, audífonas y mágicas. Y vuelven a cerrarse sumisas; y traspasan libidental orilla de nieves y de granas.
Se alejan de los tímpanos, envueltas en las gasas de acentos y de músicas y espíritus que vagan. Sedientas de silencio, perforan las murallas; se van como espirales; se desintegran, pasan girando en las elípticas; se tiñen de invioladas auroras superiores; sus números enlazan con todo lo absoluto de cifras y distancias. Tal vez alumbran solas por siglos, como brasas de estrellas abolidas, o púrpuras precarias, hasta que al fin sintiéndose remotas, inhumanas, recuerdan longitudes, descienden y reclaman calor para su hielo; raíz para su savia; salud para el estrago que albergan enigmáticas. Y asedian los oídos, insisten y taladran; circulan como vientos; aturden como ráfagas; y oscuras y furtivas y agónicas, se abrazan a las dormidas lenguas, y nuestros labios hablan sin saberlo, un idioma de vidas apagadas; de abecedarios grises y exangües consonancias; de muertos que regresan, de sombras y de nada.
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Poeta
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Cianodérmico
Más Arriba De las sombras En lápidas Los infrascritos Nada le representan Pelagra El alma Le respira El ulular ¡Aún si cantaren!.
Las Mañanas Enmudecidas Las nubes Pieles del aire ¡Creen tapar el sol!.
Y en las noches Iluminar la luna En los días pasados Miles fueron masacrados Cometas, asteroides y planetas Desmemoriado El hueco ¡Qué el alma le dejó!.
Al cielo engañando Ignorando Al pretérito Fósiles genéticos ¡El dolor causado es infinito!.
Y esplendoroso el exterminio La desdicha es catastrófica En las mesas En las camas En los vientos En los sabores Del agua y la tierra ¡Paisaje de crasitud!.
Sanguínea y azulada Morada del averno Piel del alma carbonizada Desnudando al sol Creyendo ¡Ya cuando hubo amanecido!.
Y ocultar los rayos Del blanco cuello Apoderado, ya crepuscular Inabarcables Las brumas Tejen Al Pasado disfrazando.
¡Bajo la piel del estafermo!.
¡Bajo la piel del zascandil!.
Cianodérmico ha dejado El sueño de todos Los inocentes ¡Sepultados!. En la misma piel del tiempo En la cianodermia encarnizado El pulso fusiona eritrocíticos ¡Todos los vasos quebrados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CATASTRÓFICO INTERMEDIO
A Medio Camino De la irrealidad. ¿Qué nos ocupa?. La razón de la sinrazón. Donde... La razón perdió su espejo. La canción ya no es visible. De La Humanidad que fue...
¿Qué fue, acaso solo un sueño era?. En éste. ¡Ahora!. En aquél. ¡Ayer!. Aquí ocultado. Aquí sepultado por miles de palabrejas. Aquí esqueletos y polvo sueñan que viven. Pero... ¡Allá no existen porqué se desconocen!. Intermedio. Perennemente. ¡Grave!. Las ausencias se aproximan. Las cadenas esperan. Ya verán las arañas sus telarañas.
La telarañas. Del alud del exterminio. El mal se extiende, el mal se extiende.
Al mismo inframundo temblar hace.
Y Carcome alma, hogar y vida. En la profana santificación mortal. En lo pictórico sanguíneo. En lo que no será posible nunca. En la dinastía del engaño. En el imperio de la injusticia. ¿Con qué se hace al mal bueno?.
¿Brotarán acaso flores de los colmillos?. En los pigmentos de los vientos. Ramas vidrieras ventanas tumbas ausencias coronas de plumas afiladas espinas imitación del simio vegetal espiritual de los gusanos doctos en la inmundicia del bolsillo hambriento en las almas podridas de la riqueza hueca de los escombros escena desecada de los procesos solitarios crímenes contra la humanidad cultiva a diario y se ríe creyéndose inmortal en los lentes añejos de la uvas en la silla que dejó vacía la falta irreversible en las ramas de las ranas de los bolsillos... ¿Quién se esconde de sus crímenes eternamente y en dónde?...
A medio camino. ¡De catástrofe a catástrofe!. Del vuelo al hueco vivo escalofrío. En el espejo donde la humanidad perdió su imagen. A Medio Camino Del Invisible Cielo Catastrófico Intermedio.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En aquel valle de color a esperanza, Vera bella, con su cuerpo desnudo, Acercó su mano a mi rostro. Con la suave caricia del viento
Sembró en mi corazón la ilusión, De un amor eterno, Mi corazón palpitó al ritmo de mi respiración, Uniéndose en un solo son.
Mis parpados se cerraron un momento. Mis labios se abrieron sedientos. Y al despertar de mi sueño Me rodeaba el envejecimiento.
Vera bella no era más que el Fantasma del tiempo.
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Poeta
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PRIMORDIAL DUALIDAD ...
Moldes. Paradigmas. Original creación. Donde los grillos mecen las nubes. Donde las grullas muerden las raíces. Piedad gigantesca humanidad sensata. Entre la degeneración paralítica, de péndulos diplodocos.
Dua Lidad Primor Dial. Juramentos encendidos. ¡Fértil, indiferencia, escéptica!.
Tú, quilates, eres. ¡Punto de ebullición!. En el pulso. En la presión. De las paredes. ¡Sin resistencia!. Entre La Viscosidad y la fricción, como la muerte, plena, y de la insospechada, desconocidamente eterna.
Dualidad primordial.
Muchas veces en la angustia victoriosa, la hemos visto colgada de un murciélago, y la hemos guiado, con los gritos, con lo que eres tú, de lo que yo había sido, y esto siempre esperan los telares ciegos, que el tiempo caído pesa y pasa cansado, y turbio lacre laberíntico, fangoso es lo que dejamos, al pasar, de los siglos. y las bodegas sembradoras, entre los brazos, glorificando las botellas, de ínfima impedancia, de matemática mecánica, de suspiros y latidos prolongados, en los vientos.
¡En todas las veces como un vez perenne, cuando llegan los declives opuestos y se sorprenden sin más razón, por lo irremediable, como si fuera, la primera rotación de los fluidos enamorados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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