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Alguien quebró aquel cristal se convirtió en mil añicos, filosos pedazos chicos fueron reguero fatal, el suelo sirvió de hostal al vidrio de astilla inerte que da vida al mito fuerte de que sufrirá el culpable de manera muy palpable siete años de mala suerte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 10 de marzo del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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DEL HÁLITO LUCTUOSO
Habla de la infancia la ventana, sobre un abismo puntiagudo, tan pronto pan como esqueleto, germen ignorante del polvo, lleno de ausencias desiertas.
¡Exánime y fricativo luce!.
Entre los versos del vidrio, se inclina la soledad del piano, con la ternura roja del bosque, con la eterna angustia del barro, con la cuna canora del camello.
¡Fúnebre lucro lúbrico!.
Va corriendo un ahorcado suspiro, por comerse la clamorosa puerta, y pescar estrellas con las uñas, y anudar anhelos con los dedos, y beber latidos con los ojos.
¡Veleidoso guarismo informe!.
Por danzar los erizos bajo el vientre, por tener las risas sobre un diente, y entre las manos los pechos, y entre los alientos los ojos, ¡Tiñen las campanas con sangre!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Pestañas rojas
Las pestañas de la sangre. ¡Lloran, lloran, lloran!. Abismos y vidrio. ¡Luz del miedo!. Luz de los cobardes. Arena. Muerte. ¡Luz de la infancia!. Enemigos del mundo. Un reloj. Estrellas enrejadas. Duermen sus alientos. Un día de mil cobardes, entre las infinitas nubes y polvo. Un noche asesina de tinieblas. ¡Estrellas que devoran luces!. Una burbuja de tinieblas. En la eternidad cercana. ¡Qué huyó!.
Mar del alma Piel de la consciencia La consciencia humana muere día con día Y muere más la muerte, haciéndola más muerte cada día.
La lengua de las armas, de los reptiles, de las timadoras corbatas Sepultan las tiernas infancias. Con el truhán aplauso barato. ¡Con el más respetable desfalco del pueblo y su sangre!. Haciendo negocios con el miedo, y las almas del hombre. ¡Ya corroen, la esquelética razón perdida, con monedas honorables!. Y cobarde el espíritu del sueño, solo es suelo, cielo infame, dios falso.
Roja es la muerte ahora. Sangre de inocentes, sangre de indefensos, sangre de silencios. ¡Sangre de la humanidad qué deja de serlo poco a poco poco más y más! Con la lengua de las armas, del engaño, del abuso, de injusticia con licencia Sepulta las tierna infancias, y al futuro hace fiesta cultivándoles olvidos... ¡Asesinos de libertades! ( Si alguna vez existieron) Buen negocio es este... No hay palabras que puedan decirlo todo, sus letras serían acribilladas y urnificadas en venerables cenizas ¡Qué sólo corroen los huesos del alma!... (De los que aún la tengan) Por eso ahora son. Ahora son. Las... ¡Pestañas rojas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PESTAÑAS ROJAS
Las pestañas de la sangre... ¡Lloran, lloran, lloran!. Abismos y vidrio. ¡Luz del miedo!. Luz de los cobardes. Arena. Muerte. ¡Luz de la infancia!. Enemigos del mundo. Un reloj. Estrellas enrejadas. Duermen sus alientos. Un día de mil cobardes, entre las infinitas nubes y polvo. Un noche asesina de tinieblas. ¡Estrellas que devoran luces!. Una burbuja de tinieblas. En la eternidad cercana. ¡Qué huyó!.
Mar del alma. Piel de la consciencia. La consciencia humana muere día con día. Y muere más la muerte, haciéndola más muerte cada día.
La lengua de las armas, de los reptiles, de las timadoras corbatas Sepultan las tiernas infancias. Con el truhán aplauso barato. ¡Con el más respetable desfalco del pueblo y su sangre!. Haciendo negocios con el miedo, y las almas del hombre. ¡Ya corroen, la esquelética razón perdida, con monedas honorables!. Y cobarde el espíritu del sueño, solo es suelo, cielo infame, dios falso.
Roja es la muerte ahora. Sangre de inocentes, sangre de indefensos, sangre de silencios. ¡Sangre de la humanidad qué deja de serlo poco a poco poco más y más!. Con la lengua de las armas, del engaño, del abuso, de injusticia con licencia. Sepulta las tierna infancias, y al futuro hace fiesta cultivando olvidos. ¡Asesinos de libertades!. (Si alguna vez existieron). Buen negocio es éste. No hay palabras que puedan decirlo todo, sus letras serían acribilladas, y urnificadas en venerables cenizas. ¡Qué sólo corroen los huesos del alma!. (De los que aún la tengan). Por eso ahora son... Ahora son... las... ¡Pestañas rojas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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RESBALADIZO ESPEJISMO (Neosurrealista)
El vidrio ha roto su rostro, en la neblina que ha vivido, áspera indiferente, que grita por un segundo.
¡Qué parece el primero!. ¡Qué solo es el último minuto!.
Este importante descubrimiento necesita, uno o dos años de análisis por el aumento, de los latidos del baño, que usa la voluntad, para someter los llamados deseos bajos, que no se evaden, y juegan a las escondidas.
Al hacer ésto, la historia se pierde y se acorta, en el futuro más alejado del mañana, en la curva, de la frente, donde los palos y piedras son las armas nucleares, con puntiagudas estacas de bambú, encargadas de extender las líneas del tren, reuniendo las ropas, y las pertenencias, de los que fueron tiernamente asesinados, con la mirada de los labios difuntos, entre los muslos.
¡Oh, resbaladizo espejismo!. Allá donde naufraga la exótica candela del sol en camiseta, y la luna no permanece insepulta, como la blanca vela triangular de un bote que dice adiós, con la mirada en las olas. Parece ser, que la omnipotencia de los zapatos, sigue siendo la lealtad de los caminos empedrados, donde las pinturas de cocodrilos y avestruces decoran los cuadernos, que fueron multados con unos cuantos renglones, y los lápices trazan su descendencia.
Con este anhelo, del que feliz es quién, junto a ti suspira por ti, tosco, punzante y sin razón, es la voz de la miel arrepentida de las avispas.
Con ello, empero, no se logran éxitos duraderos. Y la piedra angular resulta ser una esfera de humo. De hecho, el que ambos impulsos solo por excepción se presenten separados, simultáneamente testifica que la ballena desciende de un antepasado de cuatro patas, aunque alguno que otro pato no lo sepa, al igual que la mano humana tiene adicción por la pelvis, los billetes y las monedas, al verse sorprendida con el mismo diseño corporal de los sueños, como la rima frágil de una carabela.
Dos grandes ideas, no solo diez, están meditando en las esquinas de rodillas, durante la cual solo una especie se transforma conforme al clima, que describen las aves cuando nadan, alumbrando los misterios de los peces. De tal manera que, respirar adecuadamente evita los indecibles actos de violencia bajo las cobijas, tanto como practicar ejercicio con los dedos en agua tibia, permitiendo tener a un tiburón del otro lado de la piscina, por las pésimas condiciones de las carreteras que las mariposas destruyen, y confirman la transición entre las alturas nevadas del ojo del altiplano, y los cubos de hielo en jugo de limón.
Todos estos elementos, contribuyen a decir mucho, con las noticias más absurdas, que divierten a los vegetales sin oficio ni beneficio. ¡Con los espejismos más reales resbalando !.
Autor: Joel Fortunato Ryes Pérez
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Poeta
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SOBRE EL INFUNDIO
Hablaba y las palabras eran una ebria culebra por la pared al descender humeantes en una lámpara enroscada al manantial de vidrio tratando de alzar el vuelo.
En el barco desierto hundiéndose asombrado con el océano de tripulante y dos telarañas en cada ojo esperando los recuerdos por tres semanas cayendo dentro de los zapatos en que todos nos sentíamos bien al poder estirar el cuello, más para matar el tiempo qué entre los charcos cómo sucedió un día hace muchos años antes de qué las aplastara la costa meridional qué sale del pecho escogiendo quedarse ayer profundamente haciendo coincidir los rayos y el sol qué daba de frente saltando por la ventana entre las filas de los remeros hacia los campos de quienes podían trasladarse todo el día en forma de un líquido viscoso con las palabras justas, traídas del más profundo infierno eructando con frecuencia aquella noche copiando cincuenta veces la constante inquietud del cielo al final de la razón simulando indiferencia, y alcanzando en vano entenderlas. Por eso el silencio salía huyendo arrugado. Infundio que al ser la diagonal que ha escrito, y escribe fabricando noches en los efímeros, extremos del suspiro... ¡Oh, suspiro redactor, de prótesis, de pazguato, del paulatino, derrumbamiento!. Ha quedado.
En la incómoda sonrisa de la escoria. En la fiera evocación de feria fatua, con la espiral del espejo que se ignora, en la fábula del ego trasplantado del imperecedero menoscabo qué danza en la brisa qué besa presa en la sujeción segregada imperativa en la inercia atada por la mirada del asteroide envenenado por la ceguera en la incierta flama por el pecho. ¡Oh, infundio intermitente del zambullirse!. En el orbe clandestino, de la paciencia imposible, de la tempestad traicionada, con la espuma del colosal absurdo y el resolgar elástico. Porqué... Van esquivos los fracasos encriptados, rasgando el velo del licor mezquino en el festival de los pórticos. y las palabras prósperas de nieve. En la silueta sinuosa, como nunca el hombre, el nudo amó en las urnas, donde los muertos nacen, montados en la visión ruda, que percibe al menor ruido, cuándo los pies cubren sus llamas, por el rumbo absorto, por el desmesurado añil anclado amasado en las furias del dinero entre hecatombes perdiendo del aire el sabor diestramente dócil en la sutil inocencia del abismo desesperado. ¡Vaya por los grandes dones del temerario cristal qué fluye!. Que arrastra el cielo macilento en el inmenso frontispicio infatigable guía que siembra en los mares una desnuda y grácil escultura, en la hojarasca fría, de un tenue cobalto, a pesar del ingrato ideal de la demencia, con las alas abiertas, y la trampa del trino que sofoca el verde patíbulo en las muchas cosas fingidas, envueltas en su abrigo, donde se marchita el residuo estéril de su brasa, y deja en la frente agrestes fragancias.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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A.L.F.O.M.B.R.A.D.O.S.
Al Fom Bra Dos Entre las olas del silencio, que apaga el sol de los espejos, por la vela esbelta del vidrio, del destino impreciso, del refugio de los valles. Bellos, entre calladas montañas de cuerdas, de cuadros extraños borrados. ¡De copas, de copos, de capos, de capas!. Donde la tarde al porvenir cuelga, las estatuas de las alfombras.
___¡Hondonada del monótono atropello!___
¡Por aquí!. ¡Por acá!. Los fantasmas, dejan al sol terrazas del terror, en la próxima entrada del gato, negro sagrado en la orilla, de los ojos de sangre suplicantes, con la fiebre de las gacelas, en las ratas de cicuta y abanicos, y jinetes en el reino del hueso, y del inmundo silencio, en el corazón ahogado del eco.
___¡Reprimenda de sinfónica porfía!___
¡No, no!.Ya no duerme, la toronja, en el desván de los trinos, porqué cayó el cristal de las hormigas, en el mar seco de las monedas, por subir leñadores a la leche, en la cintura dormida del borrego. Un sombrero sin cabeza. Una gota clavada en un martillo. Una espuela de tijeras en las alas. Un cruel hueco adolorido del vacío.
___¡Graseza mangante pujante!___
Ya ningún momento, azul espera, la paciencia del auditorio sediento, el elogio de los hipódromos venéreos, en el cántaro agorero, en el taciturno respingo, por la voluntad del rayo, por la juventud del fósforo. ¡Ya, ya!. Por la fe del nido el huevo sale. ¡ Ya, ya!. Por la nube del corcel preso. ¡Dónde ya figuran las hebras innobles!. Al Fom Bra Dos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PLUMEARSE PÁLIDO
Al dolor que poco explica. El diálogo de una rata, araña, por el aire. Un pálido plumearse. Pálido Plumearse. Después del olvido que se vive, yerto, yermo. El agua, hielo, vapor de fuego en pesadillas.En la cerveza. En la cereza. En la bajeza. Letra inversa, un saxofón algodonoso. Declara escuchar, un tambor distraído. Prefiere caminar, un violín dormido.
Plumearse Pálido En la calesa con caletre. ¡Cómo muchos creen enroscados!. Del vidrio escuchar mucho. Del olvido sepultar poco. ¡El presente solo fantasía!. El presente nunca es, el presente está siempre siendo, fugaz eternidad atrapada en los momentos indisolubles en la cir cularidad de los tiempos, dicen los que saben.Entre Pálido Plumearse. Sí, sí, y solo si, si. Plumearse Pálido Es... ¡Dónde reposa ferozmente cada escama pura!.
En la pierna lejana.En la tierna lengua. ¡Protestando el clavo al agujero!.
Pálido. Todo el inseparable vacío. Plumearse. Por Estar. Colgado entre letras. Letras, letras. Débiles poemas de ultratumba. Al umbráculo. ¡Endulzados coloridos!. Por Estar. Charlando entre libélulas, libelos ligeros. ¡Fuertes silencios hogaño!.
Al huraño bolígrafo asimétrico. Plu...Mear...Se...Pá...Li...Doooooo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Denigrante
Globoso. Glosador. Glosítico. De la vida la muerte dueña se sueña. Porque venden las tiendas la condena. ¡De las cadenas en cualquier parte!. Toda obsesionada y maquinal desenredándose. De la matriz traídas de mar adentro. De hilandera perseverante, sangrientamente. De los siglos sucursales donde los dolores hacen, de los cráteres abonados con las ratas rodando...
Denigrante Del sombrero Hasta la suela Haciendo la honestidad clandestina Bajo el suelo del qué sólo se alimentan
Los desaparecidos Con los molidos dedos del vidrio Los desaparecidos Con los cargados dados del plomo Con toda la ignorancia deslumbrante Usando la calle al salir cerrando La hermana de las termitas apolilladas
Denigrante Son Los triunfos del arsénico piadosos Son Los velos del retrato consumidos Son Al sacudir la pesadilla la cintura Al fondo enormemente alto Al beber la timidez exuberante Al sembrar las nubes culpables.
Denigrante Es Dónde los mismos postes vomitan Al ingrato ingenuo irresistible Alimento postrado por las urnas En las cenizas de mausoleos ríos Rindiendo culto a los botes vanos de la basura ecológica altavoces entre los cadavéricos habitantes de los cielos prometidos en el bolsillo del hablar un pollo frito por las manos ¡en vez de intentar estrangular al aire! !en la repugnancia frente al espejo uno! Con la espera bajo el suelo disfrazado Y los cocodrilos enamorados de las pupilas En las ausencias de las retinas intoxicadas Por las barajas En las ruedas Del cobarde Talco...
Denigrante ¡Ha quedado esparcido el cementerio! Denigrante De las pálidas frentes almarrajas Denigrante De las rodillas arandelas cabriolas En La Raíz De Los Retratos... ¡Transmigrando!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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LA ROCA DESNUDA.
El que suele vestirse de cuerpos pieles, y osamentas. Cuando el grito tiene un dolor, al entrar por la ventana. Nada en la nada, pues, solo está permitido el engaño al fin. Hay millones, de miserables.
Con la ventana baja, la cabeza, una persiana generosa al dormir oprimida, el hombro, la puerta sube._____¡Gritando solo!. Los horarios imposibles despedidos los armarios impecables.
La, la. ¡Roca desnuda!. Grito a grito un fastuoso silencio, necesita. vestir. ¡Desnuda la roca!.
El nudo. Entre la reflexión total del espejismo. Escribiendo más aprisa. Del ropero. Aún adolescente arrugada la camisa. ¡Hostil y vacía!___La sorpresa de altibajos. Enmedio de la pieza___La imagen hecha hebras.
La roca desnuda. Al monumento desempleado y en desgracia. Siendo tan brevemente prolongado. Visitante del beneficio ajeno. Desistiendo del destino sin dueño. De La Madera porosa emocionada.
¡La roca desnuda!. El nudo. En la pena del antílope sonoro. El nudo. En la punta del huracán huraño. Y La opinión en la cantera la roca desnuda.
Con la imagen viva de los fantasmas. De la muerte viva imagen. Entre las ruinas futuras. El olvido excava. Los del eco palpitante y los derrumbes. Del andamio tarde. Al silbar de las canteras el desdén. La roca desnuda. Algo de otras muertes agregadas. A las vigilias que interrogan. A las fronteras perversas. A las peceras verbosas. A los espejos devorados. La roca desnuda. [center]La Ro Ca Des...Nu..Da. Del rojo demasiado rojo dentro. Del azul más negro fuera. Del gris excesivamente blanco. ¡En la profundidad insoportable!. La Ro Ca Des...Nu...Da.
La roca desnuda podredumbre. Ensillada sin cabeza. Profunda niebla temblorosa. Babeando hambrientas monedas. Sequías cultivando. ¡Ardientes!____Las desvergüenzas desglosando.
Acciones muchas hay como la indiferencia entre los fines y por demás el bien vano y vacío evidente del infinito evidente d ela riqueza mal más débil por la fuerzae lmal menor del discurso irradiador delpe gamento frenético y banal por la injusta forma de los ladrillos acueductos de car tulina como la indiferencia hay acciones
La roca desnuda. Ofendiendo las hojas. Con su amarillo al otoño, enfadado por el vidrio, infeliz por el aire, deprimido por el verde.
La roca desnuda. Cuando de ser libre se precie. Entre los eternos recuerdos. Nudos, nudos. ¡Mudos vestidos!. Muy lejanos y anteriores. Al origen de la cantera. Entre la fugaz memoria. Tal Vez Tal vez, tal vez... ¡El nudo mudo de la roca mude menos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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