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Museografía Simbólica (Anticuento Neosurrealuista)
Cuando el otoño murió ella cumplía cincuenta veranos junto al fruto en el proceso inverso de las raíces a las hojas las primaveras colgaban verde a verde en la huerta qué asomaba nuevas ventas por el vidrio opaco afuera del mercado llenando con frescura el apetito sobre una mesa qué crecía en la jarra de fervor vegetal.
A veces viene a verme, con la rapidez de un pequeño jugo esperando ver pasar el gato bajo el sillón agobiado por cobijas y almohadas en invierno, es decir, sin pasar los linderos de los huesos temblando como hielos danzando encima de los zapatos cultivando calcetines uno sobre otro más agujeros naciendo tras lavados años de jabón en la película delgadísima del suavizante olor a burbujas cítricas admirables al plancharlas en el trabajo del bordado nombre del dueño caminando muy de tarde en tarde después de que estuvieran bien secos sin dar la impresión de envejecimiento prematuro a los diez años en la costumbre de comprarlos en el supermercado ya enlatados. Sonámbula una cortina sonríe por la hendidura del sol recién salido, y me pregunta si son más de las siete y media de la invención apetecible de esas naranjas en el estruendo del extractor que se oye en la cocina afectando el sueño del vecino bajo el piso que piensa salir corriendo porqué su trabajo empieza a las ocho acosado por la represión de los semáforos seguramente por la predisposición innata a la sincronía del café y los huevos tibios a la vista sobre la mesa siguiendo la tradición familiar en la expectación repugnante de las mismas noticias, y asexuadas pastillas en el humo eróticamente fantasmagórico disparado con orgullo de placa dentobacteriana ampliamente reconocida en las tarjetas del último banco endeudado con la plástica madera contrarrestando la honestidad de los bosques especializados en matar el aire limpio con su ausencia de problemas a la observación de los satélites marcianos en el ciberespacio qué estornuda sin cortapisa al refrenar indigestarse en la concordia aseverada por denostar las dentelladas más honorables buscando la probabilidad instantánea como el polvo contenido en este aluminio de la casa clausurada como museo en mi vaso jugoso...Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VASCULITIS EMPEDERNIDA
Callejear Del pulso En la piedra Desnuda Pierna Parda Antena El vidrio ¡Antesala del maquinismo disecada!. Del entregar Al vidrio La vista No en la tumba El cerebro Entrega ¡Antes del fósil!. Colección de mil moluscos. Al circo fragmentar retrospectivo. ¡En las plásticas vitrinas pensativas!. Ahora herrumbre. Mi propia sombra. Desconoce sus arrugas. ¡Capitular sincopado insoluble biombo!. Declamar de máscaras al espejo. ¡Al ritmo telar del ismo!. En la pierna Desnuda Piedra Arbitraria nube del jugo. ¡Ingenuo mineral en tanto vegetal!. Erecta___La esponja esperanza. Ceniza del tiempo. El reloj cultiva golondrinas. ¡Qué por el lago en desbandadas huye al baúl!. Del espasmo, incapaz___¡Piedra ladrona!. En la bufanda de las agujas. En la espuela de las flautas. ¡Porqué el alfabeto se nubla duro!. Instante. ¡Acocodrilado!...¡Datilesco!...¡Aduraznado!. Con Los tatuajes de la guitarra escondida. Con El hueso de la noche torturada lactosa. ¡Camina y despierta claudica!.
¡Oh, claudicación, intermitente, venosamente!. Circular del paquidermo. Edematoso. Pastizal de los gestos indigestos gastos. ¡Por la risa del arco iris inaudito corre!. Acocodrilarse campanilleo del martillar. ¡Qué muerde y duermo!... Empedernido el pozo. Reposa el vidrio en su cueva. ¡Ese respirar de arterias en vainilla!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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FUNESTOS MAGNATES
Concierto del gravamen canon. Magnos. Los paquidermos del muladar consumaban, felices sus asfálticos actos de exterminio, recubiertos del terciopelo de mil nombres, extinguían las semillas de la tierra. Besucher, visitatore, visiteur. De ausencias. Labradores. En los cielos. Perdonados. Resti mortali, Hülle sterbliche, dépouille mortelle. ¡Funestos más que funestos!.
Los. Magnates. Torturaban las noches de los pastos. Torturaban los magnates los parques. Infantiles huesos infructuosos solo. Funestos.
Los jóvenes collares de las perlas. Huérfanas golpeadas de las conchas. Lo que fue cuando el sol cayó de un árbol. Quemado gota a gota sin evaporarse, ningún tierno hielo abandonado, sin menoscabo ostentoso, encima de los cuerpos acartonados, tropelía titán.
Calcificados los murciélagos en las venas, ácidas como larvas de lagartos agusanados, asfixiando las pobres calles clandestinas.
Magnánimos. Opernglas, binocolo da teatro, jumelles. Cuando, el canto estremecido caía, al fondo del dormirse, amarillento en la gravedad, ligera del imán acomplejado, en la izquierda carretera, vegetal de las orugas.
Roedoras. Las pupilas de cien culebras encendían. Cosmétique roh Kosmetik cru El polvo de los pisos de los féretros. ¡Qué huían!. En las frágiles tumbas de las ardillas. Piaga, chaga, plaie... wunde Stelle.
Cuando, un enjambre de dioses desayunaban, huesos, y perforaban cráneos vacíos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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LEYENDA MINERAL
Era mi primer nacimiento, dijo, la sombra relampaguendo a lo lejos, en la vela del barco por inventarse, siglos después de esa edad de pie dra, nueva noche antes de la luna bajo el roble hospitalario. ¡En la forma tubo, de ensayos miles, de aquél ralo nitrógeno fosforescente!.
De los progenitores las preguntas vestían su piel delgada y sintética. ¡Estratégica pipeta micrométrica!. Seguramente flexible a las retinas del viejo lasser, verdoso, en las capas embrionarias veredas fijas en la mi- rada calculadora del espacio. ¡Estrecho de un segundo luz!. En las letras químicas eran las emociones grabadas de renacimientos en un cajón vacío lleno de polvo, ya sin aliento, saltando, enmanzanado, con el olor prohibido sabor placer, repleto de cortinas incandescentes, centelleantes las insinuaciones, de culpas ignoradas, volúmenes, sin escribirse de atentas solicitudes, y súplicas de optimismo en blanco.
La última muerte, sofocada, débil, inaudible. ¡Semejaba la palidez sin nombre!. Era la nueva leyenda descubierta, al fondo del diamante caído. Entre el inmenso meteorito palpado con el pensamiento inquieto del curioso paleógrafo holográfico del tamaño de un androide clonificado. ¡El plan maestro de la muerte circular, fallaba, más allá de los dados!.
Dijo, gesticulando ante la dudosa pantalla. ¡Aquí puede leerse, sin duda, sí, puede leerse y decodificar íntegramente la corazonada matemática, del conjunto arquetípico del primer reino!. Seguido después de la vegetal razón. ¡Qué añejaron civilizaciones, extintas, ancestrales y más aún las actualizadas, empalizadas y espadosas, todas al final previsto, se autodestruyeron!.
Entre las partículas inestables, brotaban en caracteres crípticos, unas palabras de la leyenda. De la mineral leyenda.
"Y el carbono amó al oxígeno. Y el hidrógeno al nitrógeno. Y el diamante se hizo. ¡Puro al final!. En el corazón del cielo en la tierra". Y...La humanidad genuina, unida es sueño... En esta mineral leyenda.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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DEL TIMBAL OTOÑO
¡Lágrimas de media hora!. Musitan las hojas, las plantas, del suelo. Esplendor, auditorio, vegetal. En las ruedas del esplendor, indoloro. En los otoños desvanecidas. ¡Húmedas!.
¡Cuánta media hora, en tantos siglos!. En La Insípida advertencia Con El Significado atemporal. Del ¡Plumaje llamativo, al infierno salvando!.
Motivos Del Timbal Otoño.
Motivo, llamado, del jugoso timbal. ¡Las hojas mortales de perdurables leyendas!.
Consonantes acuosas. ¡Del discurso seco!. Camina...Una...Delicada sílaba. ¡Un acento inocente!. En la esperanza, ortográfica, cambiado.
Otoño Del Timbal. Otoño, que sueña suene igual.
No Ya Solo...
Lágrimas de medio párpado. A veces, hojas, de la glorieta. ¡Un zarpazo!. Monócromo, ennumerar, fugitivo. ¡Extrañas, añoranzas, sin mácula!. De los lugares. De otros tiempos. ¡Al tejer, obscuros sueños!.
El Timbal Del Otoño. El otoño, diferente suena igual.
En El sórdido, rincón del desastre. ¡La pasión, desentraña, la estridencia!. Del suelo, raíz, alborotada. Del timbal el esplendor indoloro. Mu Si Tan Los ¡Desvanecidos otoños!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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FUGAZ-COLOR-CORAL
Cinco letras móviles hay volando Sobre los campanarios Confinados En la cara esbelta del charco ¡Los nidos suspendidos entre limones! Con el puente del corcel qué cruza... ¡La herida imponderable, mil fantasmas!
*Fugazcoral___(Color)
De tantas cosas Enterradas, aterrados, los cabellos ¡Son elásticos del coral, vivo, en tropel! Cielo al acecho____Escritura del polvo ¡Al estar la brisa temblando! ____Del hierro pelirrojo nunca visto___ ¡Al graznar vegetal encaramado!
*Fugazcolor___(Coral)
Los brazos agitando, cargan, dromedarios, Entre los gramáticos almendros, héticozzz Las montañas anónimas Las ánimas del disco duro Las horas cambiantes luces Campanas de las generaciones, oscilaciones, ¡Ahí, junto a la muerte, fugaz doliente!
*Colorcoral___(Fugaz)
Hay langostas de incertidumbres ¡Lejanos amigos de un barquero! En el fruto agonizante del olvido ¡Más sombra qué nunca! ¡Más calor qué color! Los hijos del exilio escuchan Las fuentes, de media voz___¡Seca!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Herviborosamente
El Tren lejano de la tarde, Infinita vegetal de soñadora transparencia, Deja perplejos los símbolos del impulso, campestre.
Despedida. Como una luminosa luna. Vegetal del incansable pensar sentir...Nada más y nada menos en la cabeza del sombrero hay un zapato dulce, lo dijo entonces, la orfandad del orfanato de ovoide hambre, y no movió ni la humedad del huésped hueco, ni una pluma, lápiz, apincelando el convoy, de papagayos.
Y entonces, en el, después, cuándo, al asombrerado árbol, dije: Apenas murmurando, el otoño de sus hojas.
Entre otros, exóticos acrobáticos y fluidos genuinos, los amigos se han ido antes, de las cualidades fatales nuevas, en el mañana, en el género flemático simpático disimulo, y también dejará, aquéllo qué anduviere divulgando solvente, como lo abandonaron las esperanzas de las lluvias del llavero...
Y dijo el herbívoro: "Nunca más."
Sobrecogido por dónde anduvieron los insectívoros al romper el silencio, el nivel nevoso y sus compuestos joviales tan idóneos subterráneos, subterfugios, el obtuso subtítulo, de kilográmetros gimnásticas palabras, sin duda lo que dice, enjoya, explaya, y es todo lo que sabe, de lo láctica una mácula, en su solo repertorio, arrepentido escarabajo, reaprendido, de un amo desafortunado, a quien desastre impío le dejó feroz ubicuidad, persiguió, al cenit mendaz sagaz del tragaluz, y acosó sin dar tregua al dócil mástil, hasta que su cantinela dejó al gato en paz cómo tardía ganzúa, y sólo tuvo tahúres, múltiples brújulas desorbitadas, genio artísticomelódico sin un sentido sólo.
El Tren lejano de la tarde Infinita vegetal de soñadora transparencia.
Deja perplejos los símbolos_____Insomnes____Viviendo la experiencia de viajes dobles del impulso campestre. Herbivorosamente____ lento e inefable. ¡Deportivos, vitamínicos, de lujo disfrutar, las semifinales de los cuartos!. Herbivorosamente. Por las calles carnívoras. Por las semanas finales. Por el torneo sombrío de los relámpagos mojados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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DUEÑOS DEL VACÍO
De la miseria dueño, es amar y proteger la muerte, para qué siempre exista la muerte cierta. La eterna muerte, una vez vida, vida del nunca.
Dueño, dueño de la miseria, es el efímero reptil de piel humana. Cuando la tristeza se apodera del aire, el espíritu se eriza, y el alma tiembla.
De la miseria___Es___Dueño. ¡Con el agua, insaciable sed!. Y arde frágil el hilo de los vitrales. Las grietas ondulantes de luces apagadas. En el súbito crepúsculo del círculo poroso.
Dueño, dueño de la miseria. Del haber alimentado al cementerio. Con el____Aliento naciente de la mañana. Con la____Ceniza de la tarde. Y el______Tabú manual de la demencia. Y la______Luz terrenal de la esperanza.
De la miseria dueño, el grupo. masa amorfa. En los hielos del más profundo frío. Son podridos salvajemente, los cristales. En los labios afilados de los humos.
Dueño, dueños, de la mísera riqueza.
Vaya, sangre luna, sangre saturno, sangre láctea, sangre de la sangre. ...Amor, retina de uña, retina de hueso. ...Amor aliento de gusano, de ceniza.
Dueño, dueños, de la misma miseria. Son... ¡Reino del perdón atroz de fantasía!. Con.. El espíritu natural de los metales. ¡Amor del plástico acordeón de porcelana!.
¡Oh, amantes infamantes!. De las necrópolis. Amor telúrico, abuso astronómico. ¡Cómico zoológico y vegetal pasión!.
Con la mísera riqueza miserables. Están___Por los ayeres y los mañanas. Cuatro gallinas, enleonadas, ensortijaron, las dos manchas de cien anfibios. ¡Las viejas controversias!. Iguales...Siempre. Cuatro anónimos geográficos. Los desvalidos cuerpos de un cadáver. Los nuevos artrópodos desayunando.
Dueños son de la inocencia. Asesinada que vive eterna. En el sueño del insomnio. Con la obligación ninguna del llevar consigo. ¡La cadena enloquecida y el candado mismo!. Cortando la noche con roja obsidiana. Dueños son de la miseria. ¡Dónde el terror huyó aterrado!. Con la frente del porqué del necesario. ¡En la absoluta religión del desconsuelo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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