III.- AYER, HOY, MAÑANA. Autor: Omar Khayyam Persia: 1040-1121
Destacado en Literatura: Pensador, sibarita, ácido, místico y profeta, estudió Matemáticas y Astronomía, reformó el calendario musulmán, cultivó el Derecho y las Ciencias Naturales. Notable en el plano de las letras por sus famosas «Rubaiyat», que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante, frente a la finitud de la vida. El siguiente texto ha sido tomado de la obra «Rubaiyat» en la versión yuxtalineal de Joaquín V. González, de la versión inglesa de Edward Fitzgerald. (Texto íntegro, de acuerdo con el original).
Referencias útiles: https://es.wikipedia.org/wiki/Omar_Jayam https://www.youtube.com/watch?v=ZUxM9e1hmoA
III. Ayer, hoy, mañana
27 A aquellos que en el hoy aguardan su ventura, y a los que en el mañana fijaron su esperanza, un muezín les grita desde la Torre Oscura: -«¡Locos! ni aquí, ni allí, vuestra paga es segura!»
28 En sueños, otra voz, que me repite, advierto: -«La flor abrirá al beso de la nueva mañana»; mas un rumor que pasa, me dice, ya despierto: -«La flor que ayer abrió, dio su aroma y ha muerto».
29 Y los santos, y sabios, y rígidos ascetas que de ambos universos el estudio agotaron, son arrojados fuera como locos profetas, sus bocas y palabras del mismo polvo prietas.
30 ¡Oh! cuando yo fui joven ávido he frecuentado los santos y doctores, y oí cosas sublimes sobre esto y sobre aquello: mas siempre me ha pasado volverme por la puerta por donde había entrado.
31 Yo he sembrado semilla de aquel saber arcano, y la ayudó a crecer la labor de mi mano: y ésta fue mi cosecha: -«yo vine como el agua, y me voy de este mundo como va el viento vano».
32 Llegado a este Universo el porqué ignorando y el de dónde, como agua que, quiera o no quiera, corre, salgo de él como el viento que el desierto cruzando, sin saber hacia donde, quiera o no sigue andando.
33 ¿Y qué, y así me traen desde un donde cualquiera y desde aquí hacia allá, sin pulsar mi albedrío? ¡Si el cielo, al menos, darnos siempre el vino quisiera, que ahogue este recuerdo que la mente lacera!.
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Poeta
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