Poemas :  Compulsa evocable...(Neosurrealista)
COMPULSA EVOCABLE

Entre las azules sonrisas el tiempo,
nos ha olvidado por el atroz rojo del aire,
en el capullo de lluvia que arrulla,
los empeños del grito que se fija en los,
detalles de las inmundas reacciones detalles,
en la virtud del callejón que regresa enseguida.

Compulsa en la playa con traje.
Evocable en la orilla desnudándose.
Compulsa en la esquina carnosa.

En los vasos irritados de versos interiores.
Con la angustia reincidente de las nueces.
Y unas hormigas unos años unas horas.
Lejanamente amarillas por cada parpadeo.
De los máximos fragmentos cada asamblea.
Atestando estrepitosamente una aguja.

Evocable como el suspiro del granito.
Compulsa como el misterio del verde.
Evocable como el contrato del manto.

En la desolación del espacio niño.
Al salir del rostro abrupto el árbol.
De la reunión de las ostras amadas.
Al enrabietado caminar corriendo.
Al amurallado comienzo terminado.
¡Con las curvas del absurdo cuadro!.

Compulsa fervorosa y pura compulsa.
Evocable vibrante esmeralda evocable.
Compulsa frondosa y suave compulsa.

En el triángulo que rueda sangre.
Y el hambre ahorca lenguas fría.
El olor con sabor a nada queda.
A nada importa a nada escapa.
Del tiempo inmensas uñas aquí.
Por el sedimento seco bloque.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Pulcra Sordidez... (Neosurrealista)
PULCRA SORDIDEZ
(Neosurrealista)

Abajo en el fondo,
alto detiene su punta,
el gris callando,
al silencio del piso,
que pasa, que pesa, encima.

Dejando atrás las huellas de sus seis uñas guiadas,
a control remoto, porqué cavó en un suelo fino,
como la harina, en medio de un panel solar,
con un alto contenido de silicio,
a mediados del verano,
como un rosal tempranero de líquidos cristales.
Por suerte, llevaba puestas las ruedas en el corazón, que rebotó más de quince veces, por el espectrómetro de rayos X y protones alfa, para analizar la composición de las ropas interiores, y aquéllo que sostiene la vista fija, en el futuro vaporoso de nubes, y el paisaje bajo cero.

Por la bruma
del amor al péndulo
el abecedario baja
una escalera bien lavada
en el vértice de miel...

Pero el timón gira; las cuerdas suenan cuando las velas
son pudorosamente realineadas, con un tamaño de tres
metros al nacer, situado en la bifurcación de la espuma,
que había sido convertida en una pasión alargada, al borde
de los bancos de hielo, y las bóvedas de fuego sospechoso,
de realizar algunas reparaciones menores y reabastecerse,
antes de hundir suavemente su dispositivo portátil, en los
botes, respetando las señalizaciones borradas por el tiempo,
en la medida que son coherentes, y complementarios al ser
su destino, forjado por la voluntad, en época de confusión,
y de total decadencia espiritual. ¡Al devenir puro del cambio!.

Más allá el agua
abre la boca seca
llena de huecos rotos
con la seria mantequilla
en los zapatos del barro.

Por supuesto, en la pupilas, en que los olores han sembrado
sus virtudes, se tejen los destinos, con los hilos del tiempo
que la vida consume, agrupada en la fertilidad del cambio,
en la regeneración periódica, en la polarización del ser-no-ser,
forma y contenido, esencia y apariencia, por la sucesión de moda,
donde nada eterno puede suceder, por la ley del devenir, con
la abolición del tiempo, donde ningún cambio es definitivo,
con la evasión confrontada, donde cada transformación no es,
sino palingénesis, con la más modesta práctica, que da la fe de la
santidad telúrica, que no puede conseguir una litera en una choza,
que paga cuotas al olvido, que obstruye las salidas de emergencia.

Por esa pulcra indiferencia
que con languidez arranca
las letras fatídicas y bellas
de la sordidez en ruinas.
¡Dónde un ósculo fogoso, en su estertor expira!.
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta