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Domino intenso los cuatro vientos de lava ardiente tengo cimientos sobre un peñol fui edificado en Michoacán mi gran Estado.
Mirar el lago hasta el infinito ver las montañas, yo, te permito, Isla Janitzio, bella Tzipekua, el agua es canto de una pirekua.
Pátzcuaro lindo baña estas faldas, tiernas cabañas, amables tablas, es lo que ofrezco al noble turista, fui cincelado por Dios . . . artista.
Entre el follaje de una ribera islita, islote, por ti ya espera la ecología, natura fresca, botes y lanchas procuran pesca.
La Iris Kutzanda surca el trayecto, así, ante el mundo leal me proyecto, el Licenciado Juanjo Morales vela mi rumbo libre de males.
Soy fuente, veta, de inspiración de Agustín Lara del vals canción: “Janitzio”, Pedro trovó entonado tocó guitarras enamorado.
Tengo a mi lado muelle bendito Antiguo Apúpato, hoy San Pedrito, árboles, cedros, pasto precioso, perdón, me ufano, de ser hermoso.
Tumba de Hiquíngari, mil tesoros, numen p’urhépecha, hay en mis poros encanto, magia, un buen descanso en el santuario de paz, . . . remanso.
Vengan disfruten de mí y mi gloria, de la cultura, leyenda e historia del majestuoso acuoso acervo, fiel, los invito a bien conocerlo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Apúpato, San Pedrito, Lago de Pátzcuaro, Estado de Michoacán de Ocampo, México, a 17 de enero del 2017 Dedicado a Christian y Arturo, ambos de apellidos Morales Becerra; tributo a la Familia Braniff . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Junto a ti el ave reza . . .”
Estos versos van de entrada, el viento no le hace nada, tirolesa austriaca buena de Janitzio hasta Tecuena.
La fila se desespera aunque certidumbre impera, arnés, la polea segura, la vida . . . nos aseguran.
Mosquetón, el casco, guantes, junto al sol muy elegantes, breve viaje inolvidable, cable, acero inoxidable.
Fuerte, tenso, prolongado, volar, el sueño soñado, Pátzcuaro se magnifica tecnología comunica.
Isla Tecuena-Janitzio, cause, lago, precipicio, el agua se hace chiquita, ver las montañas cerquita.
Michoacano aquel anhelo de tocar, rascar el cielo, paseando junto a las nubes cuando a tirolesa subes.
Aviéntate nada pasa solo la emoción te abraza, adrenalina presente es lo que siente la gente.
Cosquillitas, muchas cosas, estómago, mariposas, vértigo de gran altura disfruta vista y natura.
Saluda al pato que pasa ecológico en su casa, con su precioso plumaje engalana, así, el paisaje.
Por este deporte extremo rápido, fugaz, ameno, feliz sonríes al bajar, presto . . . quieres regresar.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Islas Janitzio y Tecuena, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México . . . Dedicado al Sr. Antonio Reyes Justo Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Por Dios que vales la pena . . .”
Eres muy dulce, Tecuena, como toda la “miel buena”, bendita seas, Tecuena, donde quise a mi morena.
Pareces un sombrerito que flotando está en el lago, figura de panquecito de las olas empalago.
Remando voy a tu encuentro quiero evitar la congoja en las aguas, ya, me adentro, visitarte se me antoja.
Las ondas en ti convergen, burbujeantes te oxigenan, espumas que se sumergen poco a poco se serenan.
Todos los peces te adoran, trucha, charal celestial, en lo profundo bien mora pescado blanco imperial.
Andan bogando las naves, altas montañas cercanas, al trinar, concierto de aves, el viento hace caravanas.
Sopla, silbando, resopla, cuatro puntos cardinales de norte a sur, como copla, lo envidian algunos mares.
De los volcanes provienes, a Pátzcuaro perteneces, p’urhépechas son tus genes isleños, . . . te los mereces.
Una cruz, allá, en la cima, al frente queda Janitzio, Yunuén, Pacanda, te estiman, el aprecio es beneficio.
Que las nubes se desgajen aguaceros bañen rostros, que las gotas siempre bajen Tecuenita es de nosotros.
Quisiera pisar el muelle tu farito me enternece, que este amor por ti se selle guía mi lancha que se mece.
Duraznos, chile perón, capulines, las guayabas, chayotes, verde limón, níspero, higueras, granadas.
Aguacates, verde lima, chirimoyas, fiel carrizo, en Michoacán, huerta fina, porque Dios así lo quiso.
Hoy, que tienes tirolesa que emerja la economía, demuéstrale tu grandeza al turismo día con día.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla Tecuena, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, julio del 2014 Dedicado al Profesor, Federico Morales López Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Torre azul, un rascacielos, Manuel Suárez . . . sus anhelos.”
La Ciudad rinde tributo a tus pies, en lo absoluto, Centro Mundial de Comercio van mis letras con aprecio.
Torre azul, . . . robot amado, eres de hormigón armado, cristal del fino proyecto, genio, al fin, de un arquitecto.
World Trade Center, gran gigante, rascacielos elegante, doscientos metros de altura, ¡qué imponente, qué estatura!
Siempre erguido, entronizado rectángulo coronado, cuarenta y siete tus pisos, te acarician vientos lisos.
Con treinta y cinco ascensores has soportado temblores; dominas los horizontes, el valle, volcanes, montes.
Los negocios, convenciones, engalanan tus salones, el ser, el saber humano, contigo se hacen mundanos.
La mejor vista aseguras por Bellini en las alturas, restaurante giratorio, piano bar, adoratorio.
Que placer siento al mirarte escoltado por el arte, Polyforum Cultural Siqueiros, bello mural.
Fuiste, en sueños, un hotel, brindemos con moscatel, México mide grandeza desde el suelo . . . a tu cabeza.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 15 de enero del 2016 Reg. SEP Indautor No. 03-2016-070109301200-14
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Poeta
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“Piano Bar . . . adoratorio.”
World Trade Center aposento al que roza el bello viento, México, Ciudad Bendita, con su presencia palpita.
Elevador, dulce hechizo, mágico sentir del piso número cuarenta y cinco, cerca del cielo me afinco.
Ascendiendo, siempre subes, eso de andar entre nubes, donde está la recepción ¡madre mía, que distinción!
Decoración elegante digna de gente galante, estando a tan gran altura la clase se vuelve pura.
Restorán, circunferencia de hierro, hormigón, esencia de un pivotar serenado que ronda lo más sagrado.
El grosor de sus cristales azulados ventanales, barras grises bien pintadas, soleras fuertes armadas.
Maravilla lo bien hecho, candiles penden del techo, el estilo es conceptual luces de brillo virtual.
Rotatorio fiel destino, servir con arte su sino, el menú internacional comerlo es sensacional.
Manjares sensacionales, bebidas, copas, cristales, la cata se hace infinita lontananza veo cerquita.
Los meseros, Capitanes, todos ellos muy galanes, atienden con seriedad a clientes, . . . felicidad.
Restaurante giratorio, piano bar adoratorio que a la gloria dice: ¡hola! delicada pirinola.
Trompo suave, imperceptible, dando vueltas insensibles en el valle, que es “cazuela”, la cúspide te consuela.
Se habla de tú con los montes, los volcanes, horizontes, con el sol que da fortuna o con la plateada luna.
La música, una delicia, por las noches acaricia las estrellas fulgurantes, las centellas fascinantes.
Récords Guinness califica, premia, avala, certifica, más de mil metros cuadrados al negocio consagrados.
Siendo el mayor del mundo sobre ese plano profundo rotando se halla el Bellini que, a la cuenca, torna . . . mini.
Pequeña, desde lo alto el corazón me da un salto, vértigo que ni se siente el recinto te consiente.
En ciento cinco minutos de disfrutes absolutos trecientos sesenta grados, los sentidos asombrados.
Que siempre cumpla su anhelo besar nuestro hermoso cielo, tener corona por cuño, la capital en un puño.
Tal metrópoli a sus pies todo el tiempo sin traspié, la magnífica ciudad en su inmensa nimiedad.
Word Trade Center, torre azul, un sitio in, refugio cool, la urbe y Bellini son dos que están cerquita de Dios. Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 1º de octubre del 2017 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“El prócer Morelos murió sin recelos.”
Magnífico monumento te digo mi sentimiento, cuarenta metros de altura, de Morelos tu estatura.
Escultura colosal, coloso sensacional, toneladas de grandeza nos dan fe de la entereza.
Estatua que imagen guarda, que al mestizaje resguarda, de sobrio estilo art decó que el sol cautín resecó.
A los mil quinientos bloques el clima ha dado estoques, bizarra cantera rosa ha triunfado glamorosa.
Digna cuadrícula blanca grata de conciencia franca; pulcra efigie nos asombra, el árbol no te hace sombra.
Que estructura original, las venas son de metal, fibras de hormigón, de alambre, tejidas como el estambre.
Desde Pátzcuaro te veo y, presto, acercarme deseo, el lago rinde homenaje con lo bello del oleaje.
Tu aposento hermosa Isla, por ella siempre legisla Morelos noble patricio, vigilante de Janitzio.
Tienes la mirada altiva, virtual vista fugitiva, que apunta rumbo al oriente hacia horizonte naciente.
Saludas devoto al cielo, largo como rascacielos fuerte, recio, cual granito, alto puño al infinito.
Su hueco es un mirador que nos acerca al Señor, se domina así la cuenca y al ave que ahí se acerca.
En cabeza, el paliacate del villano es acicate, la túnica que te cubre es la coraza del pobre.
La justicia a ti te honra por eso es que se te nombra fiel Siervo de la Nación, te brindo mi corazón.
Fue recta tu trayectoria, espada de la victoria que empuñas con mano izquierda, que este país no se pierda.
No desenvaines el arma, que brille al filo del alma con valor y patriotismo la gloria de tu heroísmo.
Siempre has sido rey de reyes, en el regazo las leyes también un sacro rosario, Dios te hizo el escapulario.
Tu figura acampanada me recuerda una alborada, sonidos de libertad de un pueblo mayor de edad.
La base piramidal nos transporta a algo ancestral, esa hermandad de los hombres dignos, como tú, . . . enormes.
¿Recuerdas Valladolid? fue tu cuna de adalid, haber nacido en Morelia diciendo no a la miseria.
Michoacán ¿la paz extrañas?, ¡ay, “Niño” de las entrañas dispara balas de salva!, que aparezca pronto el alba.
Escaleras de espiral, venciste, así, al cruel rival con arrestos de insurgente, me postro ante ti . . . doliente.
Murales en intestino proyectan triunfal destino, no repitamos la guerra sembremos con bien la tierra.
Libro abierto, Carta Magna ¡mi México se desangra!, Cura Morelos bendito venid que te necesito.
A esta Plaza, fino atrio, ¡ondea lábaro patrio! hacen falta tus principios olvidemos los prejuicios.
Hagámoslo con gran valor, retomemos sin temor “Sentimientos de la Nación”, mas, con mucha devoción.
Si la impunidad escala, si la maldad no se acaba, si la violencia no ceja, poner fin al vil Calleja.
Por la espalda, ventanales, tú sí entraste a los anales de la historia universal, columna, espina dorsal.
Cañones de artillería muy prestos con gallardía, llamados León y Leona, hacen guardia en tu casona.
Comprendan propios y extraños, suplico no causen daños fuera y dentro del recinto ¡respeto al caudillo extinto!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán, 18 de abril del 2011 Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01 (Versión corregida . . .)
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Poeta
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“Pareces media naranja posada sobre sus gajos, seguiré la acuosa franja para estar entre tus brazos.”
La diestra en lo alto, a tu gloria exalto, el puño en el cielo buscando un anhelo.
Isla de Janitzio de la paz resquicio, cabello de elote el lago tu escote.
Lugar de unos cuantos, algunos muy santos de sangre lacustre, territorio ilustre.
De Pátzcuaro orgullo, Michoacán es tuyo, México y el mundo te siguen el rumbo.
Desde un principio, de ti ha sido el sitio del turismo, bastión, en la linda región.
Por las nubes, patos que vuelan muy gratos me dan bienvenida hasta mi partida.
Estás en la mente de toda la gente, Jarácuaro, Urandén, amores van sin desdén.
Ahí, en la Tecuena, quise a mi morena, por Yunuen, Pacanda, la virgen lo manda.
Acuático lirio vencer con delirio, lograr terso anzuelo para el desconsuelo.
Mariposas redes quedo a sus mercedes, mi enamoramiento hasta el firmamento.
La barca se mece, el verte enternece, en el frente el faro y un lecho preclaro.
Las boyas me guían, pues en mí confían, hacia vida aislada por agua rodeada.
Que hermoso amaneces, la corte de peces con suave candor se forma en tu honor.
En el Monumento de Morelos tiento paz, la libertad, vientos de lealtad.
Janitzio y montañas canto a sus hazañas, bóveda celeste firmamento agreste.
De plata es la luna con figura de uña que, como ninguna, tu destino acuña.
En comercio, pesca, gente pintoresca amable, agradable, ¡qué su casta hable!
P’urhépecha idioma que el oído aroma, lengua cantarina que la voz afina.
Son blancas tus casas, algunas grisáceas, rojizas de tejas, focos candilejas.
Del buen visitante cariño al instante, lindos rinconcitos, oleajes bonitos.
De alma reposada tan cordial posada, pasión desmedida sin cruel despedida.
Bonitas las fiestas con baile y orquestas, comer, ni se diga, ¡qué Dios te bendiga!
Tristes días de muertos las tumbas son huertos, laten corazones huellas de emociones.
Aquí, en mi pensamiento, con fervor ya siento la ilusión de ver a Dios antes de decir . . . ¡adiós!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Michoacán, 02 de noviembre del 2010 Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01 (Versión corregida . . .)
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Poeta
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De un Tenerife querido les voy a contar un poco, como era y lo que ha sido de su belleza ancestral, que han logrado erradicar tanto político loco.
Era mi Isla un encanto de armonía natural, cubierta de un verde manto en montañas y barrancos, desde tiempo inmemorial.
Del Valle de la Orotava una vez dijo el gran Humboldt, que era el lugar más bello, no había otro en todo el mundo.
¿Saben que quedó de aquello? Construcciones a mansalva.
!Ay Tenerife querido! Como han rasgado tu piel. Por autopistas herido. Tus volcanes destruidos.
No hay nadie que ponga un “ pero” y todo por un papel al que llaman don dinero.
Se trata de construir, si es en las playas, mejor, hoteles y apartamentos. ¡Que bonito porvenir! Así mantienen contentos a tanto especulador, que suelen comprar por ciento y luego vender por mil.
El turismo es el futuro, dicen ediles y alcaldes, miro el paisaje y lo dudo, si no hay nada que mostrarles, ¿Quién se va a tragar el bulo?
Y lo peor que ha pasado es que no hay agricultores sembrando las medianías, los campos abandonados, se ganan sueldos mejores currando en la hostelería.
Se están destruyendo fincas para hacer campos de golf, meter la bola es mejor, a la hora de la “trinca”.
Y yo digo¡Madre mía! si el turismo se retira, de que vamos a comer, si no podemos volver a cultivar lo que había.
Nos dejarán algo nuevo: un parado en cada esquina y apartamentos vacíos.
Y entonces... ¿qué hacemos tío? Los llenamos de gallinas y les mandamos los huevos.
Mel
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Poeta
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