Yo quisiera que tu boca y la mía, En un convulso y eterno beso, Se bebieran hasta la última gota De este deseo que por dentro quema.
Yo quisiera entrar por tus pupilas, Para ver en tu alma la sonrisa amada, Cuando adormilada, en cada madrugada, Te acurrucas en mis sueños, amorosa.
Quisiera que tu piel fuera en mi piel, La caricia mañanera, el sol de primavera, Despertándome a la vida, día con día, Con tus colores bellos y aromas nuevos.
Quisiera que tú fueras, la amante amazona, Que ponga bridas a mis deseos desbocados, Y me lleves cabalgando por los prados, Montes y colinas, de tu cuerpo encantado.
Muchas cosas yo de ti quisiera, pero tal vez, Ya no es el tiempo de esos amores locos, Donde se entrega el alma sin desasosiego, Sin saber siquiera, que se entrega todo.
Por tan solo la mirada de tus ojos, El corazón, de mi pecho te entregara Más, si el rubí de tu boca yo besara, A tus pies, me pondría de hinojos.
Aunque siempre lo niegues Y digas que ya no me quieres, El brillo en tus ojos, está hablando por ti Que en tu corazón, yo sigo presente.
No podrás olvidarme y quizás Hasta quieras volver a tenerme, En cada momento de tu sano juicio... Pues el destino, a veces saca de quicio.
Tu risa nerviosa acusa y sentencia Lo que sigues sintiendo día tras día Cuando te hablan de mí, bien lo sé Porque nadie te ha dado lo que yo te di.
Nadie más tiene el mirar de mis ojos Como estas miradas con las que te adoré, Ni el sabor de mis besos en tus dulces Como aquellos que a ti te entregué..
Desde que tú te marchaste Mis ojos y labios quedaron sellados, Nadie más ha acariciado mi cuerpo Ni ha dormido en tu almohada.
Y aunque parezca grosero, Decirte que aun te quiero, ruego que nos perdonemos, y Si tú quiere volvemos.
Para cuando tú vuelvas, Ya mi amor tendrá otra dueña, Habré puesto a orear mi corazón Colgado de un cordel en mi ventana, Para que el viento con su fuerza arranque Los recuerdos que de ti quedaban.
Serán de otra mis caricias que eran tuyas, Aunque al tiempo mi mente te evoque Ya será muy tarde, otra dormirá en mi cama. Privado el corazón de la razón En otra boca, tus besos habré olvidado, Para cuando tú vuelvas.
Como una golondrina pasajera me aventuro, Por los valles pubescentes de tu cuerpo. Para orlar la belleza de tus montes, Dos jazmines en el pico estoy trayendo.
Divagando la forma de entregarme, En la lozanía de un divino beso, Ante mis ojos curvas peligrosas aparecen, Henchidas de pasión, rozan mi pecho.
Mis labios beben en tu piel humedecida, Como los pajarillos en las hojas, el rocío, O las mariposas, el zumo de las rosas, con Ternura, para no horadar tu hermosa figura.
Es entonces cuando entre caricias Empiezan los temblores en tus valles y, Por la quebrada, al centro de tu vórtice, Densos efluvios acuosos se desbordan.
A pesar de los años que, gracias a ti, Ahora llevan luto, aún puedo entre Esas sombras vislumbrar, añoranzas; De cuando tú eras mi piel, y yo, tu deseo.
Sin pensar más que en la felicidad de Entonces, nos echamos a andar en un Camino que no era el nuestro. Eso fue Una casualidad un mal juego del destino.
No medimos riesgos, ni consecuencias Y nos amamos con locura inusitada, Cual par de vagabundos encontrando un Ojo de agua en el desierto, nos bebimos.
Mas todo fue un error, ese cruce de Palabras debió haber sido solo un cordial Saludo, nada más. Sin embargo nuestros Ojos se buscaron y cedimos a la tentación.
Después de ti solo me queda el silencio Que es la única manera que yo tengo de Recordarte. Tú fuiste mi alma, mi sol, mi luna Mi estrella; pero ya se acabó. Lo sabes bien.
¡Vuelve, te suplico amor, vuelve! Que sin ti no Podré más vivir, te lo imploro; ven y dime que sí. Yo te estoy esperando para darte mi calor. No, esas palabras jamás de mis labios oirás.
Tal vez en algún momento de mi vida te recuerde, Más no será por tu amor que me haga falta, mejores He conocido y el tuyo, hace tiempo que ya pasó Al olvido. No pienses que volveré para rogarte.
Sin embargo debo ser agradecido por los años que Me diste, por eso te digo que esto no es un juego, Ahora lejos de ti, tengo la claridad del día para Ver todo mejor y no veo que tú estés ahí.
Cuando llegue el día, tú sabrás. Acariciará tu cara, como suave viento Besará tus labios, sentirás su aliento. Cuando llegue el día rozará tu piel, Sentirás el alma enloquecer.
Cuando llegue el día mirará a tus ojos, Podrás ver su luz, podrás ver su alma. Té dirá te quiero, te dirá te amo. Tomará tu mano, sentirás su fuego. Cuando llegue el día, tú sabrás
No será tu hermano, no será tu amigo, Será tu amante quien estará contigo. Cuando llegue el día, tú sabrás Estarás enamorada y él será tu abrigo Cuando llegue el día…