PETITORIA DEL PRESEPIO
No te marches, calle, por los techos,
que bien sufren las paredes...
Porqué yacieron con sus cenizas yaciendo
el absurdo entre las sombras brillando
el desconsuelo de la acera desgajada.
Aunque como bien dices que digo :
Con mi polvo ignoro donde hube yacido
antes del tiempo que aún no pasa
Del acero numerado con una letra
Del sanguíneo asfalto al ser celeste.
Porqué son calcos o remedos,
de silencios ignorados silenciados
en el fonetismo de trompetas invisibles
en el ámbito recluso de la marginación
¡Presepio!... Suburbial de protolécticos olvidos.
Dicen que digo cuando duermo sueños :
Aunque yazga con mis sueños sólo
ausencias y lo que yaciere en compañía
por ser ahí, esa usualidad rosada
en la rigidez violácea del crisantemo con gardenias.
Porqué ya yacerá el sol como yacereis
en las estrellas caídas en desuso
con la neblina en la bolsa
con el anverso inconsciente
en la espalda de las balas inocentes.
¡Yaz pues, junto a los que yazcan contigo!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez