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La intimidad (Dadaísta)
Atrás de aquella nube he dibujado, alegre, la voz en la tarde voluptuosa del invierno, al estremecer la hierba con una sonrisa, que deja la mesa bajo el jardín anhelante.
Aunque las letras son de cera virgen rosa, los cabellos ya no traen pañuelos verdes, donde las frambuesas están llorando sal en la procesión de las caderas ligeras.
He encontrado la tristeza, danzando arrugada, en el atardecer de un clavo dormido con fiebre, acariciando los sueños con las palabras de una hoja con el rostro de un insecto distraído.
Todos deseando traspasar la luna con miel en la lentitud ondulando lubricada dulce anudando anillos al suspiro azul erecto con la frescura del clavel satisfecho.
Aquí ha llegado la calle, inquieta obligada, hablando de los troncos, secos al caerse, en la ventana que duele al techo indiscreto por las dudas en traje de baño muy corto.
Ya ni el sueño del sombrero quiere más que al miedo de las flores en camiseta ni los muslos del fuego en una caja abierta donde una oreja ladra a la luna por minutos.
Aún cuando los ojos están tejiendo al hambre los sentimientos mascados en la orilla dura cuando se fuma una naranja con las rodillas al filo de una cama bajo el árbol temeroso.
Piensa cuando nada de esto sucede, un poco, como al verlo, sufre la leche al secarse roja, por oír llover los caballos con arena blandos en la noche desnuda sabor a miel varias veces.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PERLADORIGEN
En La Raíz de la sombra, el futuro teje, su presente. Noches Con Lunas... Lunas de noche. ¡Soles de sombras!. En El Altar de los años. Edad de las campanas. Con el pecho en la cabeza, ¡Coronado el corazón al sueño frágil!.
Origen De Una perla, por el tiempo, el mar de nubes.
Es En las mejillas, de las fisuras rojas, unos claveles excesivos, llanuras, flotantes.
Perlado El horizonte bajo el agua. Origen De nacarada concreción. ¡Peripecia y permanencia!. Perladorigen.
Raíz de muchas otras, perlas, de viva sangre, flor de cuna, esmalte, esmeril, entre disyuntiva y ditirambo, borla y blonda, de aticismo atigrado. ¡Cálida semilla del hogar lejano!. Aroma de leyenda, aferrado a la tormenta. ¡Eslabón al breve regazo!. Al fondo. Al anuncio de intrépidas rodillas, está el guardián de cubos, al bronce del desagüe, con el perladorigen.
Luego, las lentejuelas visten de traje largo. ¡Lunas cuadriculadas!. Donde... La madrugada, desdibuja, las cúpulas, en los muslos húmedos del sueño. ¡Oh!. ¡La oscilación de los espejos!. De tornasol interminable, la jaspeada piel de anís. ¡Oh!. El futuro de abanicos y meteoros. Y Luego... Hace con el dedal, un manantial. Un cofre, lleno de tesoros, y el pasado teje plata. ¡Cada almohada, égida, efusión!.
Perladorigen. ¡Al esplendor de viejas cosas, enmascaradas!. En bandadas, de las vajillas, calmas, de los apetitos, de merluza y mesura, un placer alado.
Así quedó... Perladorigen.
¡El futuro erguido, del centro circular!. ¡Raíz indestructible!. Hoja de arena y mansión de las medusas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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La baya habló jugosa
Me dijo... ¡Qué le habían dicho!:
¡Vaya!___En verdad bella baya ... Sin la valla del vello ¡Aunque por el valle hay belleza! ... Siempre dentro del ver ... ¡Atento!... Se disfruta, se disfruta.
Una tarde de la primavera...
¡Completa, no en abonos! Y ¡Menos a crédito!
Si buscas presto caminos a duras penas en flor en la tierra, a ratos perdidos no mates las palabras a fuego lento oye si aún puedes. ¡Vivirte dignamente!. Oye si aún puedes el alma vieja, nuevamente.
Y Cuando Dentro del fondo El agua alguna vez ahogues ¡Con el cuello qué tal vez piense!. Sabrás. ¡Qué nada se parece al nada pasa!.
¿Qué el mismo mal se extiende con apariencia de albo lino?.
¡Cuándo de la belleza no se aprecia lo invisible! ¡Cuándo de los minerales aniquilados nada saben las monedas!. Que le visten, y sean los codos confundidos con las rodillas. En el traje de duelo, por el pero contrariado, Por el nitrato decírtelo con los potasios amables. Por el azufre piadoso y el carbón blando.
En el traje de fiesta, puede decirse un antes. Por los homúnculos, homínidos fósiles ya recientes aleaciones. Por el precipitado reactivo que sobrevive.
Ama de la baya la belleza en los valles del mundo. Evidentes ó invisibles. ¡Aunque mucho ayer haya dentro del poco mañana!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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=*=*= DESFILE FERMENTADO =*=*=
Mira de lupa y pólvora cada cofre, la flama y las llaves fueron a la luna. Sí, a la luna de opaco espejo. No, a la luna de vidrio viejo, donde hay cosas que no existen, que anhelan cielos sin estrellas, que anudan las zapatos del sonido, y la música con humos afilados...
¡Desfile fermentado, desfile fermentado!.
Observa cada torre su peón y su caballo. Cada pañuelo, cada nuevo jaque. Un tablero de corderos y de alfiles. Uno de blancos cuadros. Uno de verdes aperturas. ¡Con las retinas de un siglo!. En los años y pestañas entre gotas, húmedos y diminutos minerales.
¡Desfile fermentado, desfile fermentado!.
La goma de un aceitoso valle. Aprisiona mil sueños de langostas. ¡En las costas de las ostras!. ¡En las tijeras traje de hospital!. En las nubes con fiebre. Y la campanilla cargada sin reloj, con el anillo terrible de la sed. Ignora el telescopio al pobre microbio.
¡Desfile fermentado, desfile fermentado!.
El párpado ya no cultiva retinas. Las pupilas están en los dientes. Y los hombres las esponjas venden. Las manzanas de coral desnudo. El aire devoto con ceniza. El croar de cien herreros. ¡Los tulipanes grises!. Y el queso crepuscular de flores añejas...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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