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ACRISOLADO VIANDANTE
Me dices que digo: Anocheceré temprano en lo que cabría una tarde. Porqué piensas que pienso. Acrisolado viandante. Siendo soñado por el viento. Y que. En la medalla de sueños hay una montaña, con un violín de cristal adormecido, en la mitad de una burbuja, por donde un glaciar esponja indemne. Viandante siendo solo pienso. Porque cabían mas sombras tibias.
Viandante, viandante, solo viandante. Por el ruido del albañal giratorio y pasajero. Por el cubo de dos manos etéreas y vacilantes. Por el peregrino del pergamino fiero y llano. En el plácido gorjeo del infinito. En las espaldas virginales del candado. Con la entrada del crepúsculo bañado. En la flecha del viento y de la jungla. Tanto como si hubiesen cabido las paredes. ¡Por el vidrio que camina al borde del lago!.
Acrisolado solo por el hálito impropio. Allá por donde el árbol forzó la nube. En la tortuga gemela del metal. Como si la nube hubiere forzado la tarde. ¡En un intachable tilde protervo!. Como si la tarde forzáremos soñando. Por el vano atemperarse execrable. Ante el llanto del débil y del inocente. ¡Con todo lo tétrico hierático y servil!. En la estaca necia de los adobes mercachifles.
Viandante, viandante, del acrisolado ultraje. En las jaulas del tedio inactivo seríamos. ¡Bicarbonato bienhecho de bicicletas!. ¡Pescadores del polígono perplejos!. Entre el amarillento perentorio. Entre la verde indecencia. Entre la ecuánime transparencia del rojo. Entre el azul fogón del menosprecio rosa. El olvido más gris del basurero más cercano. Leyendo las tenues jorobas del patio enlodado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ENSOÑACION EXTRAÑA
De almohada admisible. A veces. En las sórdidas magnolias, han quedado las caricias. Al compás reciente drama, en los trenes erizados de piruetas. Ensoñación de atmósferas, trémulas solares, vendaval angosto.
Porque En las ruinas de caricias, tibias las manos duran humedecidas. En la extraña combustión, de los suspiros almendros azulados. En las blandas tardes acaso, sean los lagos un lírico transporte.
Más Sin rumbo las veredas ceden, quietas al sendero entristecerse Por la vista del delirio, al desvestirse ajeno grácil escondido. Extraña. Lid impenetrable extraña, cada fuego de hostil aguja Al vibrar las hojas del cabello, prendidas en los ojos. Por el ánimo imagen adorable. ¡Un pajar de luna!. En la pradera reflejándose, la nieve gris brisa tibia.
Extraña. Del sonido insondable sonrisa. En el sincero perfume rendido. Las flores manjar congregado.
¡Oh, ensoñación!
En los astros qué las arañas tejen En las cuerdas sutiles encantos ¡Al sabor del efímero besarse! Bálsamo, aterciopelamiento.
¡Extraña ensoñación!.
En la ventisca empalmado Porque.
Del silencio llueven llaves. De lo desconocido. Dulce misterio. Dulce caricia.
Extraña Aurora Añora Año Con Año.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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DESLUMBRAN
Des Lum Bran Entre las sombras Tibias El amor de luto Encendió El deseo después Del volcán Incendiado En los muslos ¡Ternura! Pura Desnudez de las uvas Follaje de los peces Las plumas El aire tejen A la brisa en flor ¡Miel semillas miles! Del tronco ¡Flexible cálido vaivén! Tibio moverse lento Del luto olvidarse Las sombras Del amor ¡Qué a crecer inicia! Enardeciendo sol y luna En el vientre bajo el mar la espuma. Des Lum Bran Veloz Al sol sin llanto invoca Estando yermo al éter La noche encima ardiente fuego ¡Vestido de golondrina un halcón! Amarga la lira, deforme la estrofa Deslumbran los rayos, los reflejos Del ayer qué al pasto muerden Alguien entre la miel más dulce ¡Qué salado enterrar el mar! ¡Qué gime, qué quema y cautiva el alma! Envolviéndole arenas selváticas Entre las mismas comarcas ubérrimas. ¡El tiempo del vivir mucho! Venerable al lecho ilustre De lustro en lustro diadema la nave nieva El sol al qué deslumbran ¡Porqué sacude al torbellino lento! Relámpago estirpe meciendo temblores Espesa la hierba, distante zumba y deslumbra ¡Altares del follaje en la brisa! Apresada del patio indistinta Por el áureo qué domina el musgo¡Lúcido del jamás digas! Al prado del sudor sutil ¡Yermo ya veloz yermo! Porqué al suelo ya apaga y deslumbra Al mismo fuego con la ceniza erizada de los trenes Deslumbran las curvas de la frente al frenteClaridades Silentes De las adversidades Perseguidas ¡En la fragua férrea, que dichoso endulza el ser!. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACUOSIDAD
Por el sonido mojado que duerme. Se encuentra la brisa. Con el relámpago. ¡Turbado!. En él. Al arroyo. Verde bambú. Bajo la escarcha. Falsa temblando noche. En la sacralidad capullos. Al pestañeo del jardín. El sonido también. Duerme la brisa. Ornamentando. Grácil. Especiosa. Con relámpagos. La escarcha recordando. Ceñido al talle el valle. Suspiros alados intermedios. ¡Goteando sus ternuras!. En trompa izada lejos. Un elefante sueña. Flores apiladas. Ambos alientos. Humedades. Tibias tardes. Bajo el suspiro. Donde se funde y refina. ¡Mojando la brisa aguas distintas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPEJEADOR
A Un Paso De La Distancia. Del incierto funambulista, espejeador, reflejado. ¡Quedó el camino cerrado!. Saludando Al Espejo ¡Respirando, los latidos y la vida!. El Amor En la penumbra, en la piel de las campanas. En La consciencia postrera. El sabor, el beso, devoto del pasado. Infinita impresión. Por El Espejo, por el reflejo, transparente, húmedo. ¡Figura impenetrable!. Paraguas inquietantes, rebanadas doradas. Tibias frutas en las mejillas. ¡Enjambres indistintos, impasibles pulpas!. Con Las Albas escotadas por los ardientes embudos. ¡Del corazón de la belleza fluyendo!. Hilos Blancos Vestidos los bosques amables, del interior, reflejo... ¡Reconciliación en paralelo!. Prisma sublime en la unión, un flexible cincelarEn la distancia. La Penumbra devota. Con Las Guitarras de fuego, jugo de la palabra no dicha, sentida con el alma del tiempo, una vez huracán, volcán imposible, más allá, de las rutas de pesadumbres dulces cumbres. Espejeador. ¡Sensible a los versos viejos!. Espejeador. ¡Sensible a los labios dichosos!. Espejeador. ¡Por el sendero del arquero!. En La Vida. ¡Sin dejar huella herida!. Impene Trable Al Es Pejo. ¡Añejo vino del comienzo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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