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ÁRBOLES ENCARNADOS...
De pie comían sándalos, álamos, góndolas, gárgolas, tréboles, en la puerta frágil, néctar, símbolos, cántaros y cúpulas del templo.
Templado Encarnado Enmaderado. Y Tiende las manos, por el árbol. Grácil, ágil, de todas las realidades, llenas de piedras preciosas. Presentes de la voluntad. Tomando cuerpo, en todos los transeúntes. ¡Enarbolados!.
En La encina Celta En El tilo Germano En El sicomoro Egipcio En El fresno Escandinavo Y La higuera Indú Y El olivo Israelí.
¡Árbol, árbol, del mundo, eje, de la bóveda, dádiva y música insólita!. Diciendo: __Tened corazón, hojas como raíces. Sin serlo Una parte Del monólogo asimétrico Sin serlo Una parte Del cuadriculado circunloquio.
Nada De Erotófago, albífago, micrófago. Nada En La impresión más difusa. Nada En La curva más derecha.
Solo Por el sentimiento algebráico. Solo Por el suspiro helicoidal. Solo En el balido desvalido e inválido.
Y Deja que todo sea claramente. ¡Un árbol invisible!.
Joyas... Joyas... Joyas.
¡Qué han puesto el alma enferma, y endurecido el corazón, sin poner de lo necesario, un mínimo, en el último antes, en el mayúsculo silencio, en el minúsculo vacío!.
Piedad, tened piedad. Y del ti mismo tomadlas, tomadlas, tomadlas. ¡Al menos un más qué antes!. Haced que sea como crear una nueva cuenta, haced que sea como una búsqueda avanzada, que al inicio cure otros contenidos, sin más trámites, ni modificaciones.
Y Donde Todo se desvanece por el nada pasa. Y Donde Peor es hacerlo antes que nada sea. Por El poco ayer fuera del mucho mañana.
Y Desde La raíz donde Son los árboles. Árboles. Árboles. ¡Encarnados en cada hueso del fruto humano!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ODA A UNA CAMPANA ROTA
Como campanas Veo, por los Sonidos ¿Qué intacta realidad? Es De Las Campanas. ¡Al sonar!.
Olores de símbolos. ¡Fe qué ahuyenta!. Musical. Con su presencia, malas. ¡Influencias!. Y en las leyendas Se dice, sí... ¡Es cierto! Anuncia suerte... ¿O, es una llamada?... ¡Perdida!.
Perdida En las épocas pretéritas Veo otros Sonidos, intactos... ¡Sin olor!. Del perfume... ¡De flores!. ¡Secos pétalos de ayeres!. Fieles... ¡Sequías añejas!.
Como El Vino ¡Cómo el vino y se fue!... El sonido, la realidad, la suerte De ésa... ¡Realidad!
Realidad de campana... ¡Al sonar!. Símbolos de fe. Llamada, esperanza, despedida.
En El ¡Templo! ¡Qué contemplo!. Y Mi, templanza. ¡Veo!.
Campana. Campana de rotos símbolos. Cada Sonido. ¡Sordo!. ....¡Perdido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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+++ EXIMIO EXILIO +++
Moribundo el mundo contempla Las almas Exiliadas... ¡De los templos! ¡Con los ojos destemplados! Envidia... Envidia, que...
¡Qué huele a orilla! ¡Qué duele a manecilla! Envidia, y no en muerte.
Engaño de mosaico. Encima del mundo. Las almas, trémulas, discurren. Sí. ¿Volverán?... ¡Volverán!. A brillar... ¡Zarpando!.
Zarpando, fuera de la vida. Fervorosa, pausa, esperan. ¡Sorda música a sus ojos!.
Si, moribundo. El mundo... Ya no ven. Exiliadas de lo alto. ¡Viviendo!.
¡Saben que se apagan!. En la muerte. La muerte, nómada, suicida.
En el templo, sorprendido ¡También!. El mundo, discurre, trémulo. ¡En la orilla del reloj!. Y En ¡Ésta!...
Y En ¡Aquélla...! Manecilla destemplada. ¡Por el tiempo!. El Mundo moribundo ¡De las... Almas... Exiliadas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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