Degeneración Organizada
En las manos de la tarde se desteje.
El horizonte de caminos circulares.
En las hojas de la noche se desata.
El infinito de fragmentos presos.
En las nubes de la sombra se destila.
El solitario de frágiles telares.
Como tampoco ha servido enterrar los olvidos
Y derramar las horas nacidas del ocaso
¡Con la esbelta sonrisa del silencio!
¡Con la estatua líquida de ensueños!
Y derretir las hojas heridas del acaso
¡Cómo tampoco devorar el firmamento!.
Vamos ya enriquecidos de un letal quebranto,
mascando impávidas mandíbulas.
Con la faz adversa entre las uñas,
con la paz inversa entre las tumbas,
meciendo inflamados resplandores.
Vamos ya empobrecidos a un futuro incierto.
De abundantes marañas son las mañanas.
De arrogantes pañuelos son las patrañas.
¡Muchos hay tendidos bajo el suelo!.
¡Muchos son sembrados sobre el polvo!.
Solo el odio y la ira relucen granos,
solo cosechan amargura y corajes cautivos.
Destejido desatado destila destrucción.
Las manos que deshojan las nubes.
¡Inocencias!.
El horizonte infinito y solitario,
abundante de fragmentos y sombras frágiles.
¡Las esqueléticas conciencias de escombros hombres!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez