“Deleite del propio Cristo.”
Todo comenzó un domingo cuando llegó a Tenancingo de Degollado un Obispo, representante de Cristo.
Como era fiel menester se le ofreció de comer sabrosa “tripa de seso”, así empezó, fue por eso.
La célebre tradición de nuestra linda región del rico “taco de obispo”, en estos versos me avispo.
“Deme de lo que le dio de comer al santo Obispo, deme de lo que pidió otra vez el propio Obispo”.
Platillo que brinda vida, carne de cerdo molida con jitomate mezclado, epazote combinado.
Cebolla, chile manzano, con sazón, el más humano, en la víscera metido conformando un embutido.
Primo hermano del chorizo, del salchichón, Dios lo quiso que los supere en grosor, por supuesto, en gran sabor.
Tal receta fue muy breve, mi conocimiento es leve, porque, cada cocinera guarda fórmula certera.
Existen muchas versiones con almendras, con piñones, con pasas, con dejo a dulce, lo que al paladar seduce.
Su preparación al horno de tierra que no es muy hondo, como barbacoa de hoyo a veces se hace de pollo.
El grato guiso de “obispo” que disfruta el Arzobispo, en la tortilla se pierde entre salsa roja, verde.
Así se conforma el taco gordo, regular o flaco, que, con la mano se abraza y con dedos se atenaza.
El movimiento es innato depositarlo en un plato servirlo con nopalitos, zanahorias, exquisitos.
Esta costumbre celebro que lo goce todo el pueblo, mas, es de reyes manjar, ya se me empieza a antojar.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Tenancingo de Degollado, Estado de México, a 24 de julio de 2018 Dedicado a la Señora Rosa Cristina Mercado Barrera, como regalo de cumpleaños . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|