|
A los veteranos de Malvinas.
En mi deber, apremiantes, su cautela y su razón, pusieron ‘Miedo’ y ‘Coraje’, cada amigo su fervor, y un papel, mi nombre y clase.
Mi novia puso el retrato, mi padre puso el abrazo, mi madre lágrima y pena, yo, mi corazón y venas, la Patria puso soldado.
La ambición puso la causa, el ‘Diablo’ puso la bala, la inconsciencia la misión, el combate: ¡destrucción!, el Creador: no puso nada.
Todos ponían puntería y de ambos bandos caían pues ponían cuerpo y alma. La muerte ponía su palma y así, recogía la vida.
Al fin la guerra perdimos… Mas la peor derrota, amigos, es que habiendo puesto todo, la causa de nuestro arrojo nos pone hoy, el Olvido.
|
Poeta
|
|
CON EL CORAZÓN
Con el corazón plenos norte y sur están inquietos, sin el conocimiento, que no se atreve, a tenerles rencor en las limpias aguas, del otoño, en el lago, donde la luna es más blanca, del verano, en el río, donde el sol es amarillento, del invierno, sin nieve, donde el hielo le llora. Con el corazón
Como el mar, en su flauta de viajero, refleja, insondable en su brillo de suspiro, regresa.
Así es el amor, el fuego, el viento, de color idéntico, infinito, el cielo, el aliento, de sabor idéntico.
Helo aquí, alcanzado, profundamente entremezclado de pureza, en la verdad, del honor, humilde, soledad, amistosa.
Y una vez divina paz, alfileres de oro, jade musical, quietud, joyas preciosas, raras bellezas, sonrisa que vuela y no quiere ser misterio, sonrisa que sueña y si quiere ser, presencia vista. Y una vez divina paz. Una vez, divina paz.
Mas, ayer, menos, mañana, en el hoy profundo. ¡Otra vez qué vuelve, y se queda, otra vez!. Sin el mundo, el tiempo, el espacio, el hombre. Sin sufrimiento, ni el cielo ni la tierra.
Hacia un mañana donde pasado y futuro sean, simultáneos, y el tiempo y espacio uno solo, y la humanidad sea tan divina como su creador en todo lugar y sitio de la voluntad eterna.
Con El Corazón...Sin él, ó, a pesar de él.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Oh, qué triste lluvia fina, sin el viento que la vida, cría, viene de aire frío del sur, al sudeste de la nuestra esquina, caída, en vano, de un cielo no-azul, en el que se va, tan chica.
Oh, lluvia fina. Es llovizna que por nada descansa en el aire, como un velo de gotas, que vuela en la mañana que sería de verano. Oh, lluvia fina no-buena, trae el frío al Sao Paulo, y toma el sol de la Gamboa.
|
Poeta
|
|
Esa boca que guardas al sur de tu cara me provoca cruzar el horizonte de tu quijada me provoca de a una de a dos de a cuatro y siete saltar de tu pecho hasta por debajo de la punta fría de tu nariz esa boca que sostienes con las mejillas sonrojadas me provoca de a rato me provoca de a largas esa boca que guardas al sur de tu cara me llama.
|
Poeta
|
|