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EUFEMISMO DIVERGENTE
El espacio está pensando despacio, en el trasluz castaño del año, añejando primaveras sobre aviso. Aunque traiga tumbas desiertas, y emborrache alegres mariposas.
Ya no muerde como la leche, en la pompa arrancando huracanes. Crueldad que asombra sombreros, de robles tutelares dormidos, en el patio sumisos reflejos.
Se cultiva en la luna lagunas, de un olvido adolorido. La noche sin cuerpo extraño, es furibundo eléctrico drama. Y el espacio espeso está callado.
En la desnudez de una oruga, la inscripción de una lágrima, eriza trenes y una gota de sangre, en una perla de nuez y queso. Averno de barata perfidia.
Una gorra gris hace piruetas, donde las piedras son alas, pues su oculta naturaleza, alarga la brisa orgullosa, y baila bajo su primera raíz.
Así, el beso cariñoso labra, cuando caninas las piedras corren, rugen, nadan y se rascan, las uñas, los moños, las muñecas, y brotan las raíces altas.
Enemiga prisionera del tiempo, permanece escarlata la espiga, porque tiene ojeras y orejas, para comer al año algunas semanas, en el fondo peregrino escalofrío.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Empeoramiento Frondoso
Los peores humos desayunan, las plumas temblorosas, de miedos nuevos, mordiéndole al pasado las arrugas. Dime si puedes: ¿Quién inventó éstas preguntas?. Si el hacerlas le duele a las respuestas. ¡Ven, vamos vamos!.
Vamos al jardín de las palabras. A labrar el alabastro menos fanático. A lavar la memoria, menos borrosa. ¿Qué dios necesita del hombre para ser lo que es?.
¿Qué dios sin alabanza perece?. ¿Qué dios necesita que lo ayuden?. ¿Es la noche menos noche si no la miras con estrellas?. ¿Ves más tú sin mis ojos, en tu piel que nada escucha?.
Ésto me preguntan los sombreros, que han perdido la cabeza, y los vestidos el cuerpo, y la voz la lengua, y el silencio la fuerza, como las palabras la razón, como la materia el espíritu. ¡Desayunando el humo al fuego, y la ceniza la leña el árbol!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SOBRIEDAD ESMERALDINA (Neosurrealista)
Hoy la memoria me ha vestido, con el pálido recuerdo del olvido, en los ojos de la noche bajo el techo, en las manos del tiempo fallecido.
Hoy que soy mi ayer en el mañana, del espejo que arruga sus perfumes, en los labios de las flores secas, en los ríos de las nubes duras.
Ahora que una lágrima me llora, entre los viejos párpados del silencio, con tantas sombras bajo el sombrero, con tantas luces rojas cegando al ojo.
Ahora que la esperanza ebria está, y teje a la fe con la soberbia, entre tantos caminos sin zapatos, entre tantos silencios sin pestañas.
Ahí donde los sollozos son más grises, que azul el violín del cielo triste, en el alma abandonada de una herida, al final de la muerte temblorosa.
Ahí estará nuestro pasado sepultando, y el futuro con el viento bajo el agua, de la sed que se levanta inquieta, donde pasa, y pesa. ¡Espesa la esperanza!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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La intimidad (Dadaísta)
Atrás de aquella nube he dibujado, alegre, la voz en la tarde voluptuosa del invierno, al estremecer la hierba con una sonrisa, que deja la mesa bajo el jardín anhelante.
Aunque las letras son de cera virgen rosa, los cabellos ya no traen pañuelos verdes, donde las frambuesas están llorando sal en la procesión de las caderas ligeras.
He encontrado la tristeza, danzando arrugada, en el atardecer de un clavo dormido con fiebre, acariciando los sueños con las palabras de una hoja con el rostro de un insecto distraído.
Todos deseando traspasar la luna con miel en la lentitud ondulando lubricada dulce anudando anillos al suspiro azul erecto con la frescura del clavel satisfecho.
Aquí ha llegado la calle, inquieta obligada, hablando de los troncos, secos al caerse, en la ventana que duele al techo indiscreto por las dudas en traje de baño muy corto.
Ya ni el sueño del sombrero quiere más que al miedo de las flores en camiseta ni los muslos del fuego en una caja abierta donde una oreja ladra a la luna por minutos.
Aún cuando los ojos están tejiendo al hambre los sentimientos mascados en la orilla dura cuando se fuma una naranja con las rodillas al filo de una cama bajo el árbol temeroso.
Piensa cuando nada de esto sucede, un poco, como al verlo, sufre la leche al secarse roja, por oír llover los caballos con arena blandos en la noche desnuda sabor a miel varias veces.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ODA AL ASOMBRO
Aquí allá en cualquier parte.
Se vende se cosecha resucitando intempestivo. Perdidas las sombras en la arboleda infernal tortura las noches han visto el tiempo andando en el reloj invisible la paz agonizante dentro de las campanas mudas las espigas del campo desangrado de amarillo gastado por el aplauso duro del esqueleto durable del trino en la corriente con asombro del silencio.
Flotando fúnebre metal con sus semillas vanas coléricas en la sangre del viento por las calles desoladas, temerosas, secas, de los apellidos que las miran viudas, huérfanos, multiplicados.
Asombrados los relámpagos el fuego pulen con abanicos de lodo de lado a lado quieren conversar embalsamados con espinas repetidas perforados destrozados muchos en las esquinas con guantes que ya no aguantan las estatuas que ríen que encubren que oprimen al corazón de la intemperie indefensa y desarmada la luz envejece por tanta vela inútil que solo nadie ve ciego muerto en el mar muerto.
Ahí donde la sorpresa solo duele repetida por el pueblo que sacude al vestir a cada una con el recuerdo con la esperanza quebrada furiosa callando cotidiana como ancla en la piedra en la vida de la luz cercenada.
Asombro...¡Oh, asombro! ¿Qué sería sin ti? Bebiendo la inquietud que mata tranquila indiferente fría de un lado a otro escribiendo al sombrero de la sombra que sobra sobre la obscuridad sobria debiendo estremecerse en las hojas de mil libros de la vida hecha añicos fragantes fragmentos frágiles del impacto adormecidos conmigo contigo con muchos a veces ninguno te evoca al día siguiente tan cotidiano te han hecho negocio...¡Asombroso!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INTÉNTALO
Camina que hay un abismo que nos encuentra, en sus sandalias, ahora y mañana, ignorándonos, a cada hora, en su bolsillo. ¿Sabrá del ocaso acaso escaso, en la espalda del sombrero?.
Camina si hay escaleras en las nubes, en el vuelo de los lagos, esperando a las montañas redondeadas. ¿Sabrá que el azufre sufre, del azul en su amarillo?.
Camina como el viento de las hojas, en el otoño de los mares, dibujando los bosques desolados. ¿Sabrá cambiar del llanto raudo la pipa sin cambiar el humo?.
Camina como el agua entre los ojos, en las flores secas lunas, destejiendo las noches tibias. ¿Sabrá desnudar al sol naciente, la sombra sin ser ciega?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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COSECHANDO CAMÁNDULA
He sacado ese sueño de la cama, con la espada del bosquejo, del bostezar del almohadón, que prepara la sombra al sombrero, y los botones al bote del lago, y las botas a los brotes más largos, que protegen al sol del agujero, del alfiler del almidón del alfil, con la espuma del boceto, he soñado sacar esa cama dormida...
Cosechando, oye, oye. ¡Oye lo que no ha pasado!. Sembrando, palpa, palpa. ¡Palpa lo que sí ha pasado! Cosechando. Cosechando. Camándula tras camándula...
Ve lo que nadie ve... ¡Sonriendo!. Ni aplaude sin sueldo rastrero. Ni espera que le pase lo mismo. Cuando la tarde se fue quedando, como la cuchara come la sopa, y sopla cuando enciende el hambre, al agua del alma ahogada, en los versos. En la duda preparada, de las respuestas sin remedio del jardín, ladrón de las abejas y de miel de bala, de bolas de bastos de biombos de plomos, en las orejas de fusiles acostados acosados, en los minutejos ortejos de relojes yertos.
Por elegir pensar con la lengua. Por respirar alto con el pelo. Por caminar bajo con el pecho.
La cama del sueño me ha sacado, cosechando fabulosas pesadillas, cosechando rugosas hendiduras, al desenfrenarse la calma ardiente, al desempolvarse la muerte sonriente, camándula, camándula, camándula.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Oda al olvido incoloro
De mañana por el sol petrificado derribando las murallas del recuerdo impermeable por el agua perdida en cuanto gota seca hialina en diagonal en cuanto laguna oblicua entre zoquete en cuanto mar altisonante y barroco en el subsuelo.
Perdido entre palidez sin sombrero ni paraguas con chaleco de guerrero diminuto nave desdentada por ennoblecerse abribonado en la ígnea extensión del tedio encerado nácar de primavera.
En la nimiedad un churumbel fortuito remoto de pronto esfumada la tintura vibración por la niebla saturándose de huecos sobre tiempos secos años dentro del camino sin cifras por el vidrio plano entre charcas y lagunas, No sé ¿Quién? Está cribando al cedazo. ¿Cuándo?... El suelo tortuoso empezó a gritar era o no así repitiendo hasta el cansancio el relámpago.
¿Gris memoria extraviada?. Por las campanas que lloran la muerte insepulta palpitando en las hojas de los ecos impacientes por el mar golpeado ennumerando las burbujas del polvo triturado y sin aliento, soñoliento y sin amartelarse, truhán en la fimbria de franqueza por el suelo oprimido en la sed sucesiva de la sangre descabellada de la telaraña de la frente sin saberlo el hueso en el letargo abejas inmóviles hormigas sin negocio bebiendo indiferencia por las calles y los campos hechos añicos del grano obscuro, germen intemperante inexorable caída de nuevo ... No sé, soy invidente al horrísono ambiente de orfandad incólume vetusto retorcimiento, rumboso el tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SAHUMADA ENSOÑACION
En el césped. Plumas finas al olvido tejen. Por las otras vertientes del humo el agua. Bajo el roble abierto flor invierno. Añora la cuerda el canto tanto. Estaño para salir en piernas cañas. Tiernas más, tiernas menos.
¡Más a menudo, el mundo espesa!. El sombrero de abejas doblando dedos. ¡Hilo!... Que falta al tiempo tienta. Tinto al caliente aliento. Suavemente giratorias. Por el viento al abismo, secas, pajas deja. En la casa cicatriz al espejo. ¡La nieve se derrite, la nieve lejos!. Porqué la tierra ronda. La pena de azul sal dulce suena. ¡Una taza verde!. Amable al frente quema. La flama en filo enfriada. Al gris que la sorpresa desvanece. Estimulada de la realidad plana. Al extraño pecho, alas del aire.
¡Por ser de la reja un gajo!. Las sombras de la tierra.¡Después del cielo!. Centinela de otros bajos, al frente quieto. ¡Tan inútil qué no sería difícil, no creerlo!. Porqué al mismo, al mismo firmamento acaricia. Lo mismo al mar magro, que al hilo amargo.
Por el momento en su acústica, dureza grácil. En la nada, de las vertientes, polvo al aire. Brisa de la vida, en las calles, que prados pierden. Ensoñación sahumada, ensoñación ahumada.
¡Vivos los colores!. Del corazón pájaros. ¡Vuelan ondulando!. El polvo en cataratas. ¡El rato roto rota! Del paisaje.
¡Los sueños qué nos sueñan!. Despiertos, en las calles, olas. ¡Espumas en las hojas!. Nunca menos qué mañana. ¡Del humo espesa la nieve!. Las cuerdas en tanto que menudo añora...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TEMPORARIO
Por El Oro Orar Ahora Hora tras hora horadando hondo.
Temporario En esa irrealidad antigua han muerto congelados los relojes han muerto han muerto las viejas realidades los vientos defensores abandonando Temporario...¡Abanico del cántico amatorio!. Al fondo que girando propone. Al canto textual de la oruga. Al inequívoco placer del sombrero. Al trovador de las fechas idas. Al aumento del fallido sello. Al Ahora Orando Por el Oro ahorcado Hondo horada hora tras hora.Temporario temporario. Del dormir Un huerto un muerto unánime. Del sentir Un devenir un delirar anónimo. Del hablar Cada causa recordando repetida. Del callar Cada silencio suprimido clama. En La Clara Calma... ¡Solo clama sin calmar al mar!. Quitando la humedad al agua. Clama Temporario En La Marea enlunada, donde calmo cala claro. Ahora Por El Oro Orar Hondo ahorcado por el oro ahorado. Hora tras hora. ¡Ora y ora!. Llora Temporario temporario Al Ser sólo razonable el sable Del magnético bagaje un cordero Bala y bala, en su momento lúpico!. Áspid Y dragón, temporario hora tras hora Ora y ora... ¡Ah! Llora temporario el oro ahora.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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