Sonetos :  Silencios de Vida
Uno se arrepiente de su pasado
La vida que nos toca, no resiste
La verdad y la mentira aún persiste
A pesar de la muerte, has lastimado.

Personas que estuvieron, las heriste
Te fuiste tras un sueño que soñado
Lograste terminar lo terminado
Pero nunca volver a ser pudiste.

Años pasaron, confiado volviste
Pero ya no estaba, atormentado
Por la soledad, tu vida has dejado.

En silencios largos, amarga hiciste
Tu existencia, aquellos sueños viviste
Pero no sirvieron, los has matado.


Por Conrado Augusto Sehmsdorf(Kurt)

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Poeta

Poemas surrealistas :  Blancas puertas
BLANCAS PUERTAS

En la cerrada... Salida del tiempo.
Cebada , brillan los grillos trigos.
En la tonelada... Del mármol ágil.
¡Se pierde la cabeza!... Sombras,
del perfil bajo los años del gato.
Con la historia qué escarba.
Qué tira sus nobles chozas.
¡Aún distantes, aún, aún!.
¡Sedientos delfines de preguntas!.
En
La
Cerrada... Salida, de grillos trigos.
Blancos, blancos.

Son, son los caminos.
¡En los cielos silencios!.
¡En los vergeles tiempos!.
¡Luz de campanas rotas!.
Blancos, blancos, son los caminos.
Puertas, redondas, remotas.
¡Apología de monumentos blandos!.
¡Con el eco frutal de cada lápida!.
El mar, el corazón,
el alma... ¡Cuándo calla!.
Puertas, redondas, remotas.
Una
Gota
¡Qué sueña el cielo!.
Rueda
Sin escarbarse historia.
¡Piel congelada del eco!.
Una
Gota
¡Qué sueña el cielo!.

Blanco, blanco.
Predica informe. ¡La sangrienta masa!.
Odio
Abuso del fuerte del pobre inerme.
Y canta, canta... Los ricos vicios.
Blanco, blanco...

¡Puertas de lo mismo, mil veces mismos!.
Moradas imposibles.
¡En las esferas cambiantes!.
Puertas blancas, rojo sangre.
¡Rojo de muerte, rojo de vergüeza!.
Roja, roja, han dejado la consciencia.

Las
Blancas
Puertas... ¡Falsas, falsas, falsas!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de desamor :  Deuda
DEUDA

¡Nos quedamos debiendo tanto amor!
¡Qué necio fue creer parar el tiempo!
Gastar como ebrios los momentos.
Posponer como ciegos el amor.

El acero enraizado que bullía.
Fortalecido en distancia.
Que brillaba en tus ojos.
Que vagaba en los míos.

¡Nos quedamos debiendo tanto amor!
De la mesa cotidiana, hoy
me duelen los silencios.
Y es ahora, mi viejito,
en tu ausencia de martillos,
o en tu patio enmudecido,
que te gritan mis cimientos,
se lastima el corazón.

Por pantanos rutinarios
extravié mi red filial,
Nos amábamos silenciosamente
Fuimos rieles bifurcados.
¡Ay, qué deuda más absurda!
Con racimos en los brazos,
demorando en abrazarnos…

¿Habrá, Dios, aún espacio
que nos colme de consuelo?
¿Qué compense esta torpeza
que hoy sacude mi canción?
Poeta