Por Dios, si la luna hablara y mis cuitas te contara de este ser no habría secreto, su lucero no es discreto.
Porque ha visto la penumbra cuando ya ni élla alumbra los abrojos de mi vida, ni siquiera despedida.
Cuando de mí te alejaste y tan solo me dejaste a la vera de aquel lago abandono fue tu pago.
La tarde miró el tormento del mustio apasionamiento el agua, el muelle, el oleaje, junto a mi vida de estiaje.
Tornaron triste el momento, el tiempo pasó muy lento hasta el paisaje fue tenso, el silencio surgió inmenso.
Como de pena en calvario todo quedó en solitario como la barca atracada mi alma está por ti atrapada.
Sin ti, como la palapa, siento que el color se escapa hasta en las montañas quietas que, hoy, son tan solo siluetas.
Mudas testigos del trance, ojalá el llanto me alcance para salpicar el cielo estrellado en mi desvelo.
Aún guardo la esperanza tengo la fe a toda ultranza de encontrarte por el cause y que nuestro amor se encause.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Restaurante "La Palapa", Isla de Janitzio, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Fue tu dulce voz, la voz que me regaló sus versos, unos versos despiertos por tu amor, un amor que me deseaba con fervor.
Y de tu voz salió una melodía, una melodía dueña de mis sueños y pesadillas, unos sueños acalorados y fortuitos, unas pesadillas de temerosas y sangrantes letrillas.
Como temeroso estaba yo del porvenir incierto, porque era incierto tu tenaz envite hacia aquí, ese envite en palabras pícaras lanzadas, y pícaro emanaba tu aliento embelesante hacía mí.
Embelesado me plantó en mi sueño actual, un sueño en el que muero baladí si no estoy contigo y tu mirada atrapante, porque me has atrapado sin poder volver allí.
Allí donde vivía gris antes de leerte, allí donde todo era vacío e infierno, allí donde frío temblaba en el averno, allí donde triste creía que nunca podría tenerte.
Y leyéndote me enamoré de tu primera frase, una frase tantas veces escuchada por tantas bocas, pero que saliendo de la tuya calentaba mi alma, la elevaba sobre tus nubes y mis esperanzas pocas.
Porque poco era el sentido que dolía en mi vida, poco era el que ardía, el que sentía, …, el que quería, porque de no querer nada pasé a quererlo todo, todo y mucho más, querer, sentir, …, salir de este lodo.
Me hiciste salir de mi oscuro refugio, de un oscuro, lúgubre y solitario abismo, solitario, con la soledad de celestina tuerta, porque tuerto y medio sordo andaba siempre alerta.
Alerta de todo rápido o lento movimiento, y rápida era mi huida a ese citado abismo, porque escapaba raudo de todo dejando atrás mi alma, un alma hostigada y hastiada de un cuerpo sin calma.
Pero halló calma al final mi cuerpo con el tuyo, porque tocándome rompiste mi fina tela, una tela que escondía mis luces y mis sombras, un claroscuro que aceptaste cálida, que ya no me desvela.
En este poema de amor se expresa el proceso del enamoramiento y las razones del mismo partiendo de una descripción del protagonista.
Hoy escribo este poema a una mujer que me impacto, mirarla es una tentación, pero hablarle es un temor.
Si solo podría hablarle y decirle mis sentimientos, si mi corazón pudiera decirle lo que siento.
Si fuese alguien valiente para mirarle a los ojos directamente, conversar con ella es mi ilusión es que mirarla es una tentación
Pero no quiero quedar callado al conversar es que talvez ningún tema de mi, vaya a salir si fuese por mi, las estrellas ha de viajar hacia ti.
Sentado en mi carpeta observo a la mujer elegida con su singular maleta ¡No sé si ir hacia ella!
Es un dilema que llevo dentro no sé si ir y contarle, o suprimir este sentimiento no sé qué decidir, ¡Ya no sé qué hacer!
Si mi corazón logrará hablar tal vez no me aceptara es lo malo de contarle, aunque no puedo dejar de amarla.
Pero si mi alma no hablara mi corazón me condenará, vendrán las ganas ir al pasado para remediar en lo que he fallado
Unos dirán que estoy exagerando, que no es para tanto, dirán: solo tienes que hablar. Pero hablar con el corazón es algo más, es más que decir simples palabras
Es que si voy donde ella enfrentaré el temor de no ser aceptado de nunca estar a su lado, no abrazarla y decirle te amo.
Brisa serena es tu mirada mi sociego, el gesto de tu cuerpo gentil mi armonía, la luz de tu vida mi dicha callada, tu sombra dormida place mi alma.
Sobre tu paz mi beso cae abandonado, me dejo llevar por idílicos y locos versos, inspirados en tu piel dormida en valles de rosas, tu cuerpo se llena de metáforas y de lunas.
La pasión se aquieta lentamente, susurros de labios secretos se acallan, mis ojos como estrellas escudriñan tu alma, el silencio se hunde en tu noche mágica.
Caricias nocturnas se refugian en ti, inmerso en tu soñar; te sueño espléndida, tus suspiros angelados duermen el silencio, Orfeo deja de tocar...y se marcha lejano.
A veces, soy el camino la muchedumbre y la soledad. A veces, soy la lejanía de un recuerdo en una mirada sola. A veces, desolado mi corazón se llena de silencios y huye vulnerable. A veces, la esperanza yerma veo habitar en cada tumba blanca. A veces, se detiene el tiempo donde mi alma se aposenta. A veces, versos imperfectos llenan de deseo mis manos. A veces, soy el viento y la pasión girando entre la tragedia ajena. A veces, sucumbo en una vida intrigante incomoda e inexplicable. A veces, puedo tocar algo imaginado sin renunciar a la razón. A veces, soy esa palabra que existe, siente y vive en un verso. A veces, soy una lagrima fútil espontanea que vibra. A veces, existo incorpóreo en un aire fantasma. A veces, exhalo mis sueños y me desvanezco. A veces, soy yo en mi alma. A veces, soy solo mi alma. Solo a veces...
Cuando te miro, vos sabés que lo hago con mi intención viril amartillada como arma de forajido; es lo que se espera. Pero, ¿sabés por ejemplo, que también te miro con mi infancia intacta y mis ganas de jugar con vos? No, no lo sabés, como tantas cosas no sabés de mí cuando te miro. Sensiblero, me decís... Por eso es que mi ser tiene reservas, silencios, escondrijos para guardar lo que no ves; ¡que se muera conmigo! ¿Y cuánto ignoro de vos desde tu última mirada de interés? Escalofrío, me da pensar que nuestra vida se compone de lo poco que me sabés y un algo que te adivino. Sin embargo, aprecio que fiel a tu indolencia, apartes la mirada que no me ama cuando te miro mientras atraganto de pertrechos desganados, las fauces de mi valija de salir a buscar amor.