Poemas :  Entigrecerse laxo... (Experimental)
ENTIGRECERSE LAXO
( Experimental Neosurrealista)

Por
esas
lágrimas
que lloran

de alegría
con suavidad
no quiero
ser indiferente

como
cuando
la
inquietud
sostiene
la miel
de una
salada
abeja.

Después de tantos ensayos, con un nuevo fracaso diario,
tan interesado, predispuesto
y poco diestro, al comer el
hambre confundida con el apetito, determinando al presente
por accidente, mucho más
de prisa
que la primera vez, por
ser particularmente engañoso todo lo que es fácil y sencillo,
como cuando el agua tiene sed, y un tejido teje al sol la sombra.
En tanto que los tranquilizantes
aparecen inquietos, y los ojos
preguntan a los frascos las dosis que se hunden en el insomnio.

¡De la ceremonia cereza del cero con la cerradura del certamen!.
¡Desfilando con desgana por el deshielo
y el designio desigual!.
¡Por el eco del eclipse edificado ejerciendo empeñoso el encargo!.
¡Fabricante fértil ferviente del fingir fogoso al fondo frigorífico!.

Tal vez
sea
imposible
porque

no se
tocan
ni ven
los
perfumes
de
las
estatuas

desde
el agua
con
dientes
y los
números endurecidos. Atigrados camaleónicos tortugismos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas románticos :  Amartillados claveles
AMARTILLADOS CLAVELES

Amar la nueva imagen.
El validar, los claveles, del sistema.
Ideal del plástico, claro y sencillo.
¡Del experto navegante!.
Mal de muchas decisiones del vacío.
Encarnado del jardín.
En seca flor de arena.
El encuentro, previo, del registro.
¡Convento del agradable traspaso!.
¡Maldito momento rápido!.

No, no, amartillados claveles, no, no.
Solo claveles
Azucenas, margaritas del consuelo.
Flor del amor.
Flor del agradable canto.

A lo lejos, esclavo, del reloj.
Través de martillos obstinados.
De los dientes impacientes.
¡Las goteantes vestiduras!.
Rejas, en el pecho... Aterrado.
De licores, de plácidas criaturas.
La sepultura, torturada.
¡Obscuridad y balbuceo!.
De íntimas fragancias.
Jazmín, nardo, dalia.
La muerte, igual, de inerte... Hela.

Hela aquí, allá, ó en cualquier parte.
Amartillando.
Clavos espinosos de diademas enamoradas.
Coronas.
¡De la vida, de la fosa, ociosa!. A veces.

Símbolos, del metal mortal. ¡Sonoros!.
Ingenuos imprevistos.
De horizontes erectos.
La fiebre, con la metálica, feroz,
indiferencia, de repente. ¡Lenta!.
Las hay, aún, muramos primero.
Ultimas cabalgaduras.
Palabras en éste mundo.
¡No de ternuras, ni de verduras, ausentes!.
Escritas, están, por los campos, de la vida.

Cuando se desclaven los martillos.
¡Qué alguna vez será!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta