¿Te acuerdas de aquel venturoso día, Cuando ya la tarde se iba Te pregunté amor, si me querías? Tú sin pensarlo dos veces Suspirando, mirándome enamorada Dijiste que: ¡Estabas loquita por mí!
Desde entonces yo, ya no fui yo, Porque mi alma desde mi pecho voló, Para enredarse en tu cuerpo Y con sus alas te arropó. Un beso en la mejilla te di, Y un brillo de felicidad, en tus ojos yo vi.
Se encabritaron tus muslos, Al sentir mis manos en desespero, Blancas palomas fueron tus senos sobre el color de tu piel panela, Mis ojos eran como amapolas abiertas, Encandilados con el candor de tus secretos.
Delalma 12/09/2022 [/center]
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Poeta
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