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Mi vida...
Mi Vida Mi Vida.
Se iba, seguido siguiendo a los años los sueños, mi piel también se hacía viento, volando, al fondo marino. ¡Luz te soy tan ciego!. ¡Muchas retinas he perdido en el cabello!.
Mi primer sueño fue un inmenso rubí. __ En la estepa un lobo dibujaba en mi
piel. Y mi polvo creía tener aliento __ Mis pesadillas esculpían con el agua algodones. Y ella se me iba, a la punta del abismo,
antes de salir la realidad del siglo, ignorando, el vacío en mis huesos, como un soplo yerto. Y esperando, ingenuo, por las nubes nieves,
anudaba los pensamientos, como flores finas, de mis lentes inútiles, bebiendo mis latidos.
Mi Vida Mi Vida. Se fue, atrapando a los muertos la memoria,
mis manos también se hicieron plumas, escribiendo, al árbol hojas. ¡Agua, la sed ahoga!.
¡Minúsculo polvo he regresado al futuro!.
Mi último recuerdo será un infinito olvido. __ En el cielo una paloma, anidará en mi ausencia. Y mi polvo será lo que siempre ha sido. __Mis ausencias destejerán con el vientoestrellas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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EMPOBRECIMIENTO CIERTO
Al salir por donde la entrada es posible, e imposible perderse ignorado, e intangible parecer ígneo, con tan poco hielo frío, como mucha humedad acuosa.
¡Qué acusa que acosa que excusa!.
En el fondo más elevado, intermedio, En la cúspide más honda, incipiente, está, En el empobrecimiento cierto. ¡Cierto, cierto!.
___ Palpitante pérdida pasmosa ___
___ Vitrificada gloria vana ___
En el empobrecimiento cierto. ¡Cierto, cierto!.
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Ya que en la historia verdadera está todo cuanto en el pasado se contiene. Y no se dice a conveniencia. Ni se inventa. Y no se oculta contingente. Ni deforma, ni suprime.
Amputando a la memoria. El equilibrio. Ala manera del vuelo. De la tinta de la pluma. Ala moda del cielo. Infinito inventado inveterado.
¡Finito viento veterano!. ___ Al modo del hombre ___ De la espada de la espuma.
___ ¡Al hacer el océano plano y pobre! ___
Autor : Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EXORDIO CRíPTICO
Era extraño, el día no caminaba, ni corría el techo por el árbol temeroso a escaparse por el baño, y acariciar cada lámpara con lento paso, incluso de pensar en no hacerlo con los quince minutos que flotaban junto al vaso del tigre... ¡Sí!__Era el mismo tigre del acuario con el mínimo esfuerzo del humo frágil al salir de aquellos peces pintados en las paredes. ¡Vaya idea del barco a media noche!. El mar como un exordio, dos ojos, y dos décadas más tarde que de costumbre, y al hacer hoyos e introducir en ellos cascadas de ajos y de sueños explosivos, y todo por llevar cinco toneladas de gatos de todo tipo de terreno, siendo equiparable a la conquista del polo que despidió a la novia del vecino subterráneo, y le encordó un cable telefónico, estando preparado para una larga jornada con más dimensiones que formas diferentes inspiradas por los hongos comestibles desviados por los rayos de luz a medida que pasaban cuatro años por los distintos puntos del cielo, y que alguna vez pareció imposible.
Pues bien, no era ni amor lo que ella me tenía dentro del frasco, era tal vez el humo de tres campanas por el furor de la primavera, y las cuerdas vibrantes casi desteñidas por el parque de las hojas secas. Me preguntaba. ¡Tan críptico!. ¿Quién lo haría así? Es necesario pensarlo, y ser el primero en no hablar con la camisa arrugada, y plantando semillas en los muslos del coche donde se quedaron las maletas que nunca fueron sedentarias, y debieron amortiguar el impacto del choque, puesto que no eran reptiles entre las docenas de destinos para no repetir ninguno de los materiales al cruzar el equipo totalmente amenazado cuando se enfrenta a sus peores enemigos, la mayor parte del tiempo ajeno a ser un simple mueble de la oficina sin sentimientos campestres, y sentados en una cafetería. ¡No, claro que no!.
Antes que todo, deberíamos estar conversando de la adversa suerte embravecida con el deleite perverso de los lápices y plumas de pescado frito y palomitas. Sobre todo, con el frío del mármol nostálgico más angélico que humano al mezclarse con el eco tibio. No obstante, los rezos fatigados fueron menos fríos y agresivos, incluso por la misma agua sedienta de las dietas que hoy se conocen para tratar el nuevo piso rocoso que había dejado el muro de la cueva.
Bien sabemos que la historia está plagada de malas intenciones deseando informarle de inesperados relatos alzando los riscos de viejas ilusiones, y allí sembrando las tardes en una sola lámpara, nada más en una lámpara... ¡ Qué falta de tacto !.. Como si fuera tan fácil sacarlas después de eso, y sin gastar energía que envenene los pozos en empaques pequeños y de fácil manejo.
Pero aquí no acaba todo, puesto que es insípido el libro, incoloro el cinturón e inodoro el alivio ligero de moda suministrado intencionalmente con el asunto enmarañado que distrae al verlo. Supuestamente, sería todo un éxito con un poco de eléboro negro en la contabilidad de la lluvia, muy distinta a como la vemos nosotros, y dónde la confusión abunda entre las criaturas marinas.
En fin, no deberíamos ni intentar comprender estos acontecimientos sin pensarlo en la grata intimidad de un tapete indignado por el lecho de toscas vestiduras. Extraño pues, es este látigo de letras sin sentido definido, con la memoria inerte, y la fragancia de los ojos asombrados en cada momento que se olvida clandestinamente por la inmersión total en este tipo de escritos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Ahuecado prodigio
En ese día que se comió la noche. Al Caerse. El Mar secreto en un desierto. Y... En la mirada. ¡Miriadas de retinas!. Con el día fantasmagórico. Del milenio. Al caer. De punta el punto enorme. En un piso de llaves. En un techo de plumas. La noche fue comida. Así Por ese día Prodigio... Ahuecado.
Entre Las herramientas con bata de papeles. Frenesí arbolado entre dragones. Entre Las esferas con manojos de seda. Lenguajes que desprecian letras.Donde Compran los modales mejill as y manzanas. La dimensión humana hundiendo. Donde Venden las palabras pálidas y perlas.Al rojo parpadear desmemoriado. Ahuecado... Prodigio. Hohl, cavo, creux, hollow. Por Las ardientes caricias momificadas. En las avenidas de los latidos. En los acrílicos de las espumas. Las magnéticas manos anaranjadas. Prodigio Ahuecado En la gris propuesta de la mandrágora. En la rosada cama herida silvícola. Sillín Por Un castillo peinando naipes. Con Una botella ígnea dulce. Entre Una almohada imprevista. Ahuecado...Prodigio...Ahuecado. En la inquieta hoja del otoño. Vollendet, finito, over, fini. En la tranquila raíz del verano.Textilware, tessuto, tecido, textile. En la carne de vidrios nieves fresas. Skelett, scheletro, squelette. En la llama sin salir acalorada. Prodigio...Ahuecado...Prodigio. Es Cuando La primavera de gala envejece joven. Es Una rama del agua solitaria. Es Un número enfermo de vergüenza.Es El invierno de acero alambrado.
En La llave de terremotos educados. Prodigio Ahuecado ¡Qué obedeciendo la playa se desliza! Al eléctrico secreto revelando. Ahuecado vestido de tres caballos de viaje. ¡Más allá!. Donde la voluntad flota caminando. ¡Más allá!. De los faroles entretenidos del tumulto.
¡Prodigio, prodigio, solo, ahuecado, ahuecado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Denigrante
Globoso. Glosador. Glosítico. De la vida la muerte dueña se sueña. Porque venden las tiendas la condena. ¡De las cadenas en cualquier parte!. Toda obsesionada y maquinal desenredándose. De la matriz traídas de mar adentro. De hilandera perseverante, sangrientamente. De los siglos sucursales donde los dolores hacen, de los cráteres abonados con las ratas rodando...
Denigrante Del sombrero Hasta la suela Haciendo la honestidad clandestina Bajo el suelo del qué sólo se alimentan
Los desaparecidos Con los molidos dedos del vidrio Los desaparecidos Con los cargados dados del plomo Con toda la ignorancia deslumbrante Usando la calle al salir cerrando La hermana de las termitas apolilladas
Denigrante Son Los triunfos del arsénico piadosos Son Los velos del retrato consumidos Son Al sacudir la pesadilla la cintura Al fondo enormemente alto Al beber la timidez exuberante Al sembrar las nubes culpables.
Denigrante Es Dónde los mismos postes vomitan Al ingrato ingenuo irresistible Alimento postrado por las urnas En las cenizas de mausoleos ríos Rindiendo culto a los botes vanos de la basura ecológica altavoces entre los cadavéricos habitantes de los cielos prometidos en el bolsillo del hablar un pollo frito por las manos ¡en vez de intentar estrangular al aire! !en la repugnancia frente al espejo uno! Con la espera bajo el suelo disfrazado Y los cocodrilos enamorados de las pupilas En las ausencias de las retinas intoxicadas Por las barajas En las ruedas Del cobarde Talco...
Denigrante ¡Ha quedado esparcido el cementerio! Denigrante De las pálidas frentes almarrajas Denigrante De las rodillas arandelas cabriolas En La Raíz De Los Retratos... ¡Transmigrando!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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HISTORIA DE UN CUENTO
Desde el vientre de una diminuta pluma antes, quetzal era su madre solo en la mano aunque no con mucha frecuencia del principio al fin entre las hojas, ramitas, frutos a veces volando, cuando empezó a salir muy pequeño pero muy visible, con unas letras tiernas balbuceando... En los renglones imaginarios de las blancas hojas recicladas. Luego marchaba, torpe y lento, como gateando cuatro verbos y el sujeto, a veces caminaba en un pie pues le dolían los adverbios y alguno que otro artículo de taciturnas frases entre largas y cortas oraciones.
A poca distancia bajo una vieja y desteñida gorra estaba su padre cultivándole sueños, reales o alegóricos [/font]ensueños gráciles, en los intrincados caminos de grises y blancas substancias amables e imaginativas circun- voluciones que ascendían inocentes hacia ahí, a ese lugar especialmente secreto, desde la región reticular del tallo de los deseos del despertar y de la protuberancia sutilmente.
El día avanzaba sin piedad, entre nublados melancólicos, sin duda de carácter débil, pues aún atormentados, la sequía continuaba.
Esa vez, su madre fue tomada amorosamente por la misma mano de su padre qué lo había engendrado, bajo la sombra del árbol, qué caía sobre la gorra, y le indicaba suavemente plasmar en letras confortables a los imagina- tivos ojos qué tal vez leyeran.
Al principio, recordaba él, no se escribía. Hilo contado parecía y seguía, y muchos lo pasaban de boca en boca como a él, que recordaba muchos, de sus abuelos, mitos, fábulas, leyendas... Estaban en su memoria varios, desde los Vedas Hindúes, hasta los de Sherezada seguidos de una interminable lista de épocas y lugares..
Tras su confinamiento en aquél cajón polvoriento y pálido estaba plasmado, pasmado a veces sobre unas letras irregulares. Había viajado en sobres, bolsas, cajas, maletas, carpetas, en fin una vez le cayó agua de un techo y por poco y se ahoga. ___Así se sobrelleva el embate del destino, se decía, bosquejándose tiernas arrugitas del papel amarillento donde estaba___ ¡Y del qué misteriosamente desapareció!. Esperanzado pensaba en lo inmaterial del tiempo inmemorial, diciéndose: Algún día alguien me verá con buenos ojos abriendo sus ventanales creativos, y podrá reconstuirme, encontrarme quizá, en la
misma fibra de su vida, coloreada entre realidades, fantásticas, o doloridos vientos susurrando, multiforme ideas y estilos. Y me verá correr, sonriendo moralmente serio, extraño artístico y despeinado, fumando filosofía, ó cazando historias hechas o por hacerse, entre sabores románticos y olores mágicos, o en las infinitas formas y esencias qué mejor les acomode. Aunque por éstos tiempos, esperaba, invisible, hasta cierto punto creación en germen, y solo dialogaba con algunos de sus hermanos textual- mente físicos y muy variados electrónicos digita- lizados increíblemente antiguos.
No obstante, vivía latente en blandas mentes, en el fondo espiritual de corazones razonables, en el mismo ser encarnado del relato... Y solo esperaba. Esperaba salir de nuevo, al espacio psíquico multicolor trascendente tal vez algún día.
___Para hacer su propia historia y contarla__
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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NECRÓTICAS ALGAS
De pajas mil veces absolutamente verdes,
al suelo indescriptible del rabillo, se anudan, negras páginas, desnudas,
playas, espectrales, indefinidamente, automóviles, de gesto fiero en la mirada,
sin conmiseración, descongelan los talentos, lentos, huesos.
¡Terribles carreteras y cicatrices!. Artesanos vagabundos y un ataúd gratis, efusivos los platillos honorables, compañero de un pálido despacho, primero adorable trayectoria, luego. Al anaquel entre las urnas, en el desdén de las cenizas. La brisa hecha trizas. Algas, algas. Espaldas, con toda la presencia de la nada, de moda, entre, los cabellos poligonales un estambre, encima, necróticas costumbres y noticias lánguidas, azules, al orgullo de las truchas, lechos, topos y patatas, contando, transeúntes acariciantes, pompas y jabón, Al gas, aceitosamente verde, mil carretillas, atrás.
De Los fantasmas de las noches muertas, De Las tardes de los arroyos inoportunos, Del lado opuesto. ¡Cantando las muletas a los turbantes!. Y Resignada, la bajada, la vajilla, en la bolsa negra. Necrológica ecológica. ¡Algas, naden, algas!. Sin la sirena.
¡Qué para entrar se calza!. Y para salir se escarcha, en los trámites las mangas,
en un vaso frotado, de huellas apuñaladas. Al Gas Negro En las cucharas de trapos. En los tropos de cachucha. Oleosos. Es el nigrotrigo, un tigre anémico,
Sólo del trigo de bombones imaginados. En la médula, inicial de una escultura.
Y toda la bebida de verticales verdes. Abanicando. Las caderas.
Algas triangulares. Bellas algodonosas.
Nadando muslosas. Los espléndidos carriles. Al morir las necrológicas.
En el amor ecológico. ¡Más lógico, eco, esmeralda, más diamante, del rubí palpitante!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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SAGRADO POLVO
Cuando el silencio palpitante de la sangre. Lleva el eco de la piel. ¡El túnel íntimo de raros frutos!. ___Polvosagrado___ Es De la mirada clara, al salir sin énfasis. ¡Acusado de vagabundo!. El silencio. ___De mala suerte qué no se encuentra. El silencio. ___Lo sabe muy bien, ciertamente fácil. El silencio. ___No lo disimula, ni tiene sentido.
Polvo. Sagradospolvo. Polvosagrado.
El nido en el corazón, anda, quieto. ¡En unos corre y en otros se entretiene!. A veces, hace mil pedazos un final. A veces, vive mil anhelos al inicio. ¡Atando sueños al infinito!. Mil playas, dentro, de una concha.
Polvosagrado. Polvo. Sagradospolvo. En el manto rico, sonríe al tiempo. En el canto, la gracia libre. ...Se derrama, luz, flechas, amor. El silencio vagabundo. ¡Se dilata sin asombro!. Al mover del mundo. ¡Otro mundo en otros!.
Sagra. Dospolvos. Son el mismo mundo, en otros.¡Mundos paralelos!.
El Polvo Palpitante del silencio El Polvo Sagrado del amor. ¡Perdida lámpara encontrada!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Verídico espejismo
Reconocí al espejo copiando el rostro, del tiempo de un viejo reflejo. ¡Qué cambiaba lentamente!. ¡Qué parecía ser el mismo!. Incapaz de verse. ¡Más allá!. De Los Parpadeantes latidos. Y desde Dentro. ¡De los reflejos de todos los días!. Donde Se Escucha solo la fuente seca de todas las noches. Donde Se Palpa el eco dulcemente. Donde Se Bebe al musical vacío.
¡Verídico reflejo, del reflejarse espejo!. Prófugo esplendor. Fulgurante pérdida. ¡Por el reflejo cauteloso!.
Yaciendo sobre el sol dormido. ¡Que quizá quiera salir del sueño!. De Lo verosímil colosal fanático. De Lo sinuoso vulgar cárcava.
Espejismo de los títeres. Veraz custodio de la miseria.
¡Qué quiere ser otro espejo y otro reflejo nuevo!. Y atrapar el aire lento, y cambiar la luz que ciega, y tener la obscuridad que alumbra.
En El rostro de cualquier espejo. En Las alabanzas de la grosella. Con La indumentaria de gacela. ¡Solo verídicos sueños!.
Espejismos son, con las opiniones enraizadas. Prudentes Las opiniones anunciadas. Honradas Las opiniones enramadas Templadas Y ¡El rostro del viejo reflejo!. ¡Entre los espejos nuevo!.
Sencillamente el verídico espejismo. Del Siempre. Con el nunca en cada instante. Del Vértice. De la burbuja de una sola ola. Del Desabarquillar al falso espejo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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