DEL SUEÑO MILITANTE
Exiliada la noche corría a dormirse,
tan simple y natural,
que los astros mueve,
sin mirarse,
prisionera.
¡Del extenso campo!.
Militante del sueño.
En la belleza, sin cárcel del viento.
¡Todo de agujas en ruinas!.
De la estatua un espasmo espeso.
¡Salta del árbol desnudo!.
Lejano envío del fresco sol.
Militante del sueño.
Traje
De
Soledad bañada.
En la hora elástica de las gaviotas.
Hay una ballena crispada de ladridos.
A lo lejos, sin ser,
del sueño militante.
Va volando flagelado el sol esfumándose.
Va volando su antorcha al morir.
Va destruyendo al firmamento.
¡Sin ser, a lo lejos iluminado!.
¡Del militante sueño!.
Antes de brotar entero el fuego.
Con grandes marcas del bostezo.
Por el clarín blanqueado supremo.
Al cerrar la boca el tedio.
¡Quedó de la noche impávido!.
De la suerte llanura vagabundo.
El sol sueña exiliada la noche.
En la medida que no tiene.
Lo perecedero inédito.
Lo permanente inaudito.
Con la fugitiva luz imperfecta.
¡Como si lo volátil fuera capaz de fijar!.
En la obscuridad elíptica la duda anuda.
Con el hermetismo inesperado del combate.
En la dimensión opaca del misterio.
Con el bosque dedicado a una revista.
¡Siendo desertor del tiempo!.
Y alejado del tapete, conversando con el techo.
En la obra de motivación interna.
Con la lista del concreto adherido.
¡Está frente a los heraldos la sinrazón!.
Dejando al papel inevitable con sigo mismo.
¡Quizá indeleble pieza sola!.
¡Quizá amanecer del almanaque!.
¡Desmilitarizando los sueños exiliados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez