Poemas :  Íntimo pestañeo
ÍNTIMO PESTAÑEO

En aquella mirada salía un recuerdo
persiguiendo los dolores perdidos
del agua del fuego del aire
con la sombra insomne
del papel agitador
de viejos libros
libres de polvo.

Las pestañas de seda tapizando
en la furia de ternura y de cadenas
como el coloquio largo y solo voz
lánguida y obscura, dicha y consuelo
y trece blancos péndulos inquietos
temblorosas las rodillas, las retinas
de la intimidad más descubierta...

Como trepa a su cumbre la montaña
la mañana escondiéndose de tarde
en la noche de las estrellas esclava
de la aurora sedienta de luz tibia
de nubes nevadas sonrosadas
por las brumas del camino
por las huellas del vacío.

De las miradas furtivas, fallidas,
De las soledades...¡Agrupadas!.
De las almas...¡Atrapadas!.
Entre lunas ardientes, sonrientes,
Y quince sombreros ligeros
Entre dientes desesperantes
Y sólo del escándalo curiosos...

Con la muerte angustiada
cuando se le pide nacer tierna
en la pierna imprevisible
del lenguaje aparente
del secreto evidente
del infierno razonado
del gusano asustado.

Por
Las
Intimidades
Al
Pestañear
Solo
Soledades
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Espejismo especulativo... (Neosurrealista)
ESPEJISMO ESPECULATIVO
(Neosurrealista)

De cobre lento lirio la tarde tiene grietas,
con blancura de blandos tenedores,
decorando las rodillas de las monedas,
y desnudando la espalda de los espejos.

Y ante ello, crece la desgracia: Con la fuerza bendita del tiempo,
viscoso de la cita, ya tendrá que hacer un banco de madera.
Al espíritu le viene bien la espera, brumosa de la niebla,
que se alza. Y así, acompañar el canto de los sembradores,
dentro de un grano, glorioso goce glacial, en el mismo,
discurso de la edad, como un templo de vuelos que esperan,
a quién presentía, la huella que deja,
otro cántaro capaz conforme.
Así lo deseaba. Quería someterle y del desdén participar,
por la espiga que promete, al plato que aflora,
en el oro de la juventud, la amistad de otros tiempos.

El camino, en cambio, no es recto, ni sujeto va de las penas,
sirve al encanto por las bridas, dolientes, nobles,
como las mulas al final de las lagunas, ven al cielo,
corridas, de la dicha que flaquea sin curvas.

Lleva consigo al infortunio, elevado, de llameante dicha,
cuando es el alma libre y no la vence el zapato en la cocina,
donde ya no sucede nada cierto a las cadenas,
y tantas moscas están rondando, felices al azúcar,
Y nada dicen, que ahora otro mantel no recuerde,
tan alto entre mayores goces al encontrar la carne,
que busca una joven, y canta con ella la piel,
que la une y entrelaza como al duelo,
y nada complace a los caprichos de su pecera,
que vendrá a vestirse con las fábulas,
de las caderas, los ojos y los gestos. ¡Hechos con helechos!.

¡Sí, sí!. La bilis es tijera de sótano,
¡Sí!. De amarfilado sótano intacto,
En la tarde con la puerta bocabajo,
Donde la piel cubre las almas secas.

No hubo en el camino espada traicionera, ni ceniza de flores nuevas,
donde solo los espejos especulan, averigua ya quién dio,
esas ganas de morir en el jardín. Cansada de cadenas y camisas,
de trompetas, que dilatan al destino con silenciosos cantos.
En ese abismal regocijo, de blancuras incurables, continúa,
arrastra las flores falsas, y sus recuerdos, con la genealogía,
entristecida y conforme siempre, con la plata,
y unos azules pantalones de tres botones,
con los zapatos y su lenguaje de sueño de hombre,
y de su sombra ninguno sabe, del ramaje umbrío,
espejismo, uno más, arriba de todas las estrellas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de sombríos :  Encajonamiento Errátil
Encajonamiento Errátil

Celebrar al cajón un vacío trepidante de sospechas,
a la vuelta, de una esquina temerosa, telaraña,
con la penumbra en las rodillas, que postergan,
al gris afán verdes faenas,en el sol empapelado,
que sujeta cada flor, al subir crepuscular,
donde brotan las espuelas, al galope blando.
¡Por abotonar al mástil humedecido!.
¡Por sostener al sueño realizado!.
... Suculento sortilegio suculento...
Tan sicalíptico como jugoso.

El cajón alborotado, satisfecho obedece,
flexible, útil, desenredado y... ¡Liberado!.
¡Sin pecar aunque quisiera amar al mismo
infierno, en la pureza que ablandó,
los callados relojes, en la dureza!.

Sólo, sólo es el encajonamiento errátil.
Hablando de la espesa aspereza,
de la incontenible, torpeza tenaz,
del horizonte agotado, en tres arenas,
cuatro acantilados, cinco sapiencias,
seis ecuanimidades, siete iletrados,
ocho escarchas, nueve muescas.
¡Callando al silencio mismo!.
En el grito malbaratado.
En el grito nefasto. El cajón pulula.

Con la adustez mimada descortés.
Con la embriaguez estrafalaria.
¡El cajón es bondadoso, con el olvido,
de la ausencia, muerte injusta, tendida,
en cada nube, y raíz que se respira!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Prosas poéticas :  El último enigma
EL ÚLTIMO ENIGMA

Cuando el aliento hubo al polvo desenterrado, una
voz se perdió entre los silencios, y las rodillas,
volaron y devoraron su angustia al espejo en la
tormenta del escarabajo.
¡Uf!. Los algodones presurosos embriagaron,
al tabaco en el asfalto, los latidos espinados.
Entre la niebla limpia se cultivaron los huesos,
y se gastaron los escalones hacia el cielo,
abajo de los pantanos en ruinas.
Los ojos cerraron las cortinas en el nido,
de los remiendos-- mintiendo--con las manos,
por la orilla de las conchas.
El escombro y la codicia se expandieron.
Las langostas rindieron culto. Los fusiles
quemaron las rodillas a las balas.
En los vidrios de los vientos, aún desbordados,
los peces con flechas rociaron las nubes.
Mil campanas rodaron, y en el mar de la
existencia, un reloj perdió el tiempo, desgajando
el vigor de la esperanza, y los íntimos cordeles,
de la memoria, más allá del terremoto y la tormenta.
Un camello vendió la sed en cucharadas.
La red y los pulpos esculpieron al desierto,
y engendraron la orfandad en la sombra.
Las alas tejieron sus raíces.
Y el caos se refugió entre las lágrimas.
La sal se ha hecho negra, y la luz espesa,
con la luna en el zapato adoquinado.

Desde entonces, el sol perdió su brillo,
en las pestañas del gusano por los murmullos,
del cobre. Luego, en la gruta ampulosa,
el engendro se engolfa destemplado.
Y el dedo que se mueve pierde el brazo.
Con la arrogancia que sofoca la ternura,
en la sonrisa. Haciendo del asco la costumbre,
de los pañuelos ignorados.
La mayor victoria fue hacer las cloacas,
enormes. Degollar los cometas del subterráneo,
arrinconar todo fracaso en el techo, y hacer
del lecho el averno.
Nada indecible fue posible.
La paz sudaba rabiosa, el sendero de las
hienas vestidas con cinismo.
¡Qué graciosas las manchas de la sombra!.
En los trajes populares,
de los semblantes deformes.
Donde el retroceso se yergue,
con la estatura elevada del pozo,
en cada escalofrío inútil.
___ ¿Con qué cara el futuro nos espera?.

Y... ¿Quién con el mal
fabrica el bien?. Al infinito repetido.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Fue odio oído
FUE ODIO OÍDO

En ese oído que la mano huele,
y duele a la voz amarillenta,
macilenta a su medida,
ajustando el rostro al viento.

Al aliento. ¡Que inquieta y que deja!.
Al sustento. ¡Quieto y ralo!.
En el aplauso indiferente.
En el recuerdo perdido.

De espaldas atrapadas de rodillas.
De frentes preocupadas de ignorancia.
De párpados ardientes de salitre.
De pieles obedientes de lechuza.

Ese oído viaja rojo,
el odio viejo rosa,
el alba marca gris,
el orbe muele verde.

Ese oído odia el silencio sordo,
el sable sabe ave avecindada,
cuando nadie lo esperaba,
y nunca llegó tarde.

El odio oído fue,
por lo que después se fue,
antes que el tiempo fuera,
más allá de la palabra dentro.

El odio oído fue.
No entendido ni soñado.
Sin principio ni final.
El odio oído fue.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Discerniendo
D.I.S.C.E.R.N.I.E.N.D.O.

Por lo que aquél discernió sonriendo.

Rupestres las cavernas pintan,
la manifestación mutante,
bruto mensaje animado en bruto,
del apasionado disímil impregnarse
al mítico paisaje asombrado del ritual.

¡Aún aquéllo que discernirías callando!.

Bajo la tierra a borbotones.
Intenciones del interés caudal,
en la genealogía del ciervo,
en la comisura demasiado blanda,
de acuerdo al mágico metal.

¡Ya de acuerdo a lo que habíamos discernido!.

Subrayando al puente impar las rodillas,
por la frente que esconde,
la marginación del impulso,
y cada rincón enmascarando,
la palabra inevitable del texto.

¡Entre todo eso que disciernen ignorando!.

Lo que demasiado distante abunda.
por el antílope hechicero,
entre la fauna sin aura,
entre la simbiosis alambicada,
en este como en todo otro caso.

¡Aunque discerniera al despertarse, sería inútil!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas de naturaleza :  C.A.M.P.I.R.A.N.O.
C.A.M.P.I.R.A.N.O.

Habla con el paso, ligero cerca del río,
muy cerca, los peces pescan alegres,
bajo el azul claro y fresco en la corriente,
rodeando las rocas junto al árbol.


La cabellera castaña
y dorada ondeaba dulcemente sobre el joven,
viento. lentamente. ¡Escucha, escucha!.
Se decía en silencio, entre la sombra.


Campirano, viendo, crecer el tinte rosado,
y encendido, oprimiendo al horizonte,
unas nubes verdosas.
Esa tarde viendo y sintiéndola tibia.


La mirada se ocultaba, en la madriguera,
perdida del tiempo habitada,
entre una obscuridad olvidada,
cuando aparecía una aureola cobijando,
las nuevas hojas.


¡Hojas, sí, hojas!.
De las copas en el corazón del bosque,
lejano por la inquietud de los ruidos,
en las ramas de unas aves con su canto ligero.


En las alas de sus cantos permanecían, taciturnas,
y con aire de ensueño,
que de cuando en vez se interrumpía,
de forma estridente. ¡Melodiosa cercana!.


A lo lejos, más allá, de la llanura, las sombras,
con las manos cruzadas,
sobre las rodillas,
en las nubes caían resignadas.


Unas graciosas palmeras, refrescaban,
la mirada en las cúpulas a ocho kilómetros,
en la distancia de confines dulces,
con esas alisaduras de antaño.


Y él seguía.
Ahí.
Recordándose.
Bajo el columpio.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  LA TARDE PIDIENDO AMOR
LA TARDE PIDIENDO AMOR


La tarde pidiendo amor.
Aire frío, cielo gris.
Muerto sol.
La tarde pidiendo amor.

Pienso en sus ojos cerrados,
la tarde pidiendo amor,
y en sus rodillas sin sangre,
la tarde pidiendo amor,
y en sus manos de uñas verdes,
y en su frente sin color,
y en su garganta sellada. . .
La tarde pidiendo amor,
la tarde pidiendo amor,
la tarde pidiendo amor.

No.
No, que me sigue los pasos,
no;
que me habló, que me saluda,
no;
que miro pasar su entierro,
no;
que me sonríe, tendida,
tendida, suave y tendida,
sobre la tierra, tendida,
muerta de una vez, tendida. . .
No.
Poeta

Poemas :  Bien bien hermano
BIEN BIEN HERMANO

.I.

Bien, bien, te lo digo, hermano.
Cuando el aliento prestado regrese.
Y en lo primigenio anide.
Las manos y las pestañas no caminan.
Todos los senderos son uno solo.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


..II..

Bien, bien, te lo digo, hermano.
Cuando el escondido gemido calle.
Y en lo primordial viva.
Las rodillas y las ruedas no castigan.
Todos los escalones se juntan solo.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


...III...

Bien, bien, te lo digo, hermano.
Cuando el arco fugitivo acabe.
Y en lo primitivo estalle.
Las promesas y las hambres no calcinan.
Todos los dolores se esfuman solo.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


....IV....

Bien, bien, te lo digo, hermano.
Cuando la flor vuele libre.
Y en la primavera retorne.
Los fuegos y los hielos, sí cobijan.
Todas las melodías son una sola.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


.....V.....

Bien, bien, te lo digo, hermano.
Cuando la mañana haga futuros.
Y en la noche reviva.
Los inválidos y los ausentes, sí gozan.
Todas las frutas son una sola.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


......VI......

Bien bien, te lo digo, hermano.
Cuando la campana cante gloria.
Y en la niebla alumbre.
Los siglos y los milenios, sí desaparecen.
Todas las estrellas son una sola.
Nuestro corazón es uno.
Una es nuestra muerte.


.......VII.......

Bien, bien...
¡Te lo digo hermano!.
Nuestro corazón es uno.
¡Una es nuestra muerte!.
Y en esto.
¡Todos!.
Somos iguales.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas :  INVIERNO
INVIERNO
(soneto)
...Miguel Angel Asturias
Poeta Guatemalteco (1899-1974)


Premio Nobel de Literatura 1967, fué narrador, dramaturgo, periodista y diplomático. Obras famosas: Hombres de maíz y El Señor Presidente.

INVIERNO


En rodillas de viento galgo y huella
fui tras de ti, mujer en mi presencia
transportada por ágil luz de estrella
de sentido en sentido hasta la ausencia.
Atravesaste, amor, los egoísmos
que en sílice de lágrimas desvelo
yuxtaponiendo abismos sobre abismos
en mi insoluble soledad de hielo.
La gran araña de la lluvia teje
con agua y viento telarañas móviles
¿qué mañana serán cuando despeje?
Superficies de vidrio sin quebranto,
como serán mis ojos cuando inmóviles
hayan llorado ya todo su llanto.
Poeta