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EN LA CALAMIDAD CONVEXA
Hace un poco de tiempo, en las cuerdas del aire, al volcán escucha, fragancias el recuerdo, donde el bosque desacorde, busca un sueño.
Así que compré un reloj, confiando en su arena, no cualquiera, solo el que susurró suave, adaptado a las necesidades rugosas.
Escondido en un simulacro convulso, confesor de langostas egoístas, de suma importancia para el viento.
En las estrellas del patio, se ha perdido un centímetro inquieto, por los redondos brazos del buque.
Desnudando al triángulo espeso, del drama las primeras cataratas, del olvido del agua en la cocina.
Por lo menos, el ímpetu aborígen lo sabría. práctico, pero muy simple, en la ostentación, del venado tocando la flauta en fábulas.
Con las orejas tapadas, taimadas, tardías, con lágrimas de dulce eco, seco, con cangrejos arrugados y escopetas extintas.
Ya decoran salones de miel en cristales. al pobre reloj, esclavo del tiempo, esclavo de la eternidad, esclava de sí.
La cadena herida del agua. Espera espuelas, espadas y espumas, y panes con muslos y mandarinas.
Con la miseria y mentiras de fusiles, aunque giman y lloren los escritorios perdidos, agitan las setas las sombras del humo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ENCANDILADAS ((( Ultraísta )))
Las letras mudas desmembraron al silencio escondido en las ruinas acongojadas enmohecido el mar con las espinas desvestidas aullándole al tranvía Como el agua embadurna el hambre en la voz del jabón sin sueño por el año color de hormiga en la sinceridad de la ceniza flecha grisácea en la blancura violácea de luz agridulce con burbujas
Hoy de ayer vestido el reloj medita en aquel lamento que decora la cocina atigradoramente añil al tacto salada
Por las ramas de la sombra tibia escondiendo al terremoto en un estanque Con el invierno sereno al mirarse Un espejo cargando sus recuerdos Al nogal de los primeros años Del campo que suspira en la carreta Como el ave fuma el verdor en la salida Del aliento suave luciendo granos donde el trino errante yace agitando al infinito en una gota de viento a la deriva otoñal.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Referencias útiles son...https://es.wikipedia.org/wiki/Ultra%C3%ADsmohttps://www.youtube.com/watch?v=kz9wYxGRYE0
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Poeta
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SUEÑOS DE TIEMPO (((Fauvista)))
El tiempo amarillento camina ígneo y sinople, desteje relojes dolidos, azorados, estrujados, que en el aire, reverdecen y no he visto marrón y aunque es duro, el castaño clarea, transparente, inclemente, árido, festivo, atroz, sanguíneo, violeta, es dulce, es brillante y es magenta.
¡Oh, tiempo, rojiblanco!. Al resbalar la tarde café, fulguras el mañana. ¡Oh, tiempo, celestirrojo!. Al bienhadado mar verdoso, trasluces diáfano azur.
Tiempo fiero febril, fiera filtro radiante. Por Que…
No acepta negruzca, la pesadilla rosa escarlata, apacible, dúctil, enfática, más que un engaño azucarado, blanco agobiado, rojo ruinoso, serpenteante en la tibia nieve, espumosa, desnuda, púrpura, ámbar, temida e insana, la tarde beige, que en la noche azulosa, incita el gris silencia.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
POST DATA: Información útil https://es.wikipedia.org/wiki/Fovismo y https://www.youtube.com/watch?v=HvNnc4s06sk y https://www.todocuadros.com.mx/estilos-arte/fauvismo/
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Poeta
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Eludir elucidar
En el marfil que danza el ojo y hace a los borregos estirar la lana en la luna lúgubre luciérnaga por estar los hilos del mar de hielos sin poder pestañear detrás de una chispa dulce pecando detrás de la letra esquiva bajo la sombra del reloj hostil qué muere lento latiendo en el pavimento ligero adolorido de verano y el pelo recortado erróneamente eludiéndolo elucidar elegantes accidentales entre las mejillas entre las alas oleosos y con el sueldo a rayas porqué el detonante ya fue la húmeda tarde fabricante ya De velas, herbolarios, herreros ya Del humo, sastres del aire, cocineros Del agua, y cien metros de tímidas fuentes posturas monótonas, verdes convalecientes esculturas ingenuas por eludirse y elucidarse ya.
Pues todos murmuran lo que nadie supone ser aquéllo que la penumbra es del pequeño mono- lito que mejor ha capturado los cañones ligeros inquietos de la cerámica desvalida por las cañas de las especies tropicales de los camellos ideales que afirman de los papagayos utilizar medicinas y la pólvora que hasta hace poco tenía frío cielo habiendo escuchado flotar una laguna desierta. Mientras, la vejez prematura despierta brillante nueve meses nueve veces nueve peces sedientos después del viaje de regreso que era imposible porqué escondieron al mar embotellándolo hoy sin detener al destino del que pende arrugado en la prohibición sofisticada de ser un salado un enjambre de olas y espumas y brisas libres.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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NADADORES ((Nadaísmo))
Aquélla es la nada de la que se saca más nada, cuando la sombra deja el vacío que destejen, las ausencias. Porque no hay antes cuando, la consciencia se pierde, ahorcando al tiempo, en un presente inmóvil, falsa divinidad invocada.
Y sueño que soñaba:
Ya fueron los relojes olvidados por el tiempo, a empedrar el cielo blando. Y la sangre seca, hila, hila, las mesas hambrientas, los hogares desnudos.
Buitres y vampiros danzan, en las nubes, de cruz y abanico el disfraz, enlunados beben aguas de plomo, degollando al desierto espinas y viento, y las arenas en pañales y pañuelos, exhalan clavos y hormigas grises, estrellan los ecos y los huecos.
El frío alfombra los anuncios puro. Millones de alegrías alimentan el olvido, y al olivo plumas, angustian al viento.
Escaleras agusanadas venden agujas, en el mar de las ebrias esquinas, derritiéndole al molusco las hogueras.
Y soñaba despertar despierto:
Pero la aurora huyó sin esperanza, abandonada por yertos huertos, entre paralíticas linternas y cielos, duros con el desamparo vigorosas, las ausencias en frenesí llegan.
¡Cuánta gloria ocultan!. ¡Cuánto dolor venden!. ¡Cuánta muerte siembran!. ¡Cuánto ingenuo engañan!.
Con el mariposear de los musgos, en los tejados enterrados, y la feria de los alfileres blancos, a lo lejos desayunan ranas, embotelladas las manos miden mudas, con espejos masticados gozando.
Una lépera lápida lúcida exclama, y clama calma al clavo y escama.
Es mejor que las llamas llamen llantos, y lenta la fuga escape, por la realidad sin ruido perdido, hecho de la nada donde nada nadie.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Referencia útil es... https://es.wikipedia.org/wiki/Nada%C3%ADsmo
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Encajonamiento Errátil
Celebrar al cajón un vacío trepidante de sospechas, a la vuelta, de una esquina temerosa, telaraña, con la penumbra en las rodillas, que postergan, al gris afán verdes faenas,en el sol empapelado, que sujeta cada flor, al subir crepuscular, donde brotan las espuelas, al galope blando. ¡Por abotonar al mástil humedecido!. ¡Por sostener al sueño realizado!. ... Suculento sortilegio suculento... Tan sicalíptico como jugoso.
El cajón alborotado, satisfecho obedece, flexible, útil, desenredado y... ¡Liberado!. ¡Sin pecar aunque quisiera amar al mismo infierno, en la pureza que ablandó, los callados relojes, en la dureza!.
Sólo, sólo es el encajonamiento errátil. Hablando de la espesa aspereza, de la incontenible, torpeza tenaz, del horizonte agotado, en tres arenas, cuatro acantilados, cinco sapiencias, seis ecuanimidades, siete iletrados, ocho escarchas, nueve muescas. ¡Callando al silencio mismo!. En el grito malbaratado. En el grito nefasto. El cajón pulula.
Con la adustez mimada descortés. Con la embriaguez estrafalaria. ¡El cajón es bondadoso, con el olvido, de la ausencia, muerte injusta, tendida, en cada nube, y raíz que se respira!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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OP EEN BRUG... EN UN PUENTE...
El alma de la noche duerme. En las señales de humo de los sueños. De ziel van nacht slapen. In tekenen van rook van dromen. De koude zon op de heuvel. Verse sneeuw in de hoop. Del sol frío en la colina. De la nieve dulce con la esperanza.
En un puente... Op een brug...
En el fuego de la memoria. Más allá de la ceniza. In het vuur van het geheugen. Afgezien van de as. Afgezien van de sterren. Afgezien van de horloges. Más allá de las estrellas. Más allá de los relojes.
En un puente... Op een brug...
Una noche tibia. El agua. La sed. El viento. Een warme nacht. Het water. Dorst. De wind. Ze lopen en rust in de schaduw. Van de tijd. Onder de huid. Caminan y reposan en la sombra. Del tiempo. Bajo la piel.
En un puente... Op een brug...
En el aliento de arcilla. Campanas. Hojas. En la espiral de la vida. In de adem van klei. Campagnes. Bladeren. De spiraal van het leven. De pijl van de dood. De ziel is uitgebracht op een brug. En la flecha de la muerte. En un puente el alma se libera.
Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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ODA AL OLVIDO
Ya No recuerdo... ¿Dónde estás?. No recuerdo cuando nací fuera del tiempo del polvo donde estabas del pantano que corta corriendo los años en la piel arrugada, de los libros no leídos, entre las arenas del desierto de la niebla sal y abeja mar y miel lejanos, añejos, vinagres luchando sin bandera fuiste vestido de pasado seco, desangrado, borrado, alegre al frente, de espaldas.
Te escondiste en el blanco pelo en blanco como pétalo, perdido, seco, temible en la frescura del reloj de arena que rebrota, fuego, de la ceniza, en fragmentos, de obscuridad teñida en el molino cruel de la historia indefensa sepultando lo más exquisito del dolor recién lavado en la noche que sacude las estrellas de corbata y aplausos con monedas y billetes y nebulosas y balas.
Te vuelvo a encontrar perdido en las esquinas de rodillas lágrimas rodando en la sangre de nubes que pesan, espesas, pesadas, que no pasan ni se secan solo esperan la escritura de la verdad del sueño imposible en el aire inmóvil de las campanas que callan de los lutos decorados sumergidos en las islas de las lápidas del fracaso.
Olvido olvidarte cuando no quiero aceptar el fruto del futuro en el pasado de herradura y cicatriz de telarañas repetidas, perennes en el polvo, las cenizas, el viento en los latidos salvajes de la espina solitaria extraviada dulce y débil, dolor negado en la punta de cada retina de tanta ventana rota.
Dime, olvido, acaso, me he olvidado a mi mismo, recordándote, Qué sería del silencio!... Sin escucharlo. Encadenado a las cosas. Sin esperanza. Del regreso. Del tiempo azul. En el cielo invisible, incierto, borrado. En la gris memoria que lo alimenta yerta...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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OPULENTA MAJEZA (Neosurrealista)
Ayer el mar cayó, en la noche verde, aún penumbra en la semilla, del agua desprendida del cristal.
En los últimos años, y en el seno de una aurora, cenicienta, por un latido que florece, y asorda el pensamiento frágil, en la ciudad plagada de edificios, entre las costas árticas, de indiferencia implacable, y el hostigamiento arrinconado, en el aire de las esquinas, saturadas de vacíos en la ruina, que ocupan un lugar destacado, en las áridas pupilas.
Hoy que la espuma del viento, camina por detrás, del sol virginal fugaz, en el templo de la sombra.
Concebida de manera unilateral, y simplista, de aplicaciones estereotipadas, y artificiales de un mecanismo verbal. Siendo el fenómeno, por otra parte, mucho más frecuente, y más antiguo, de lo que lo dejarían, entrever los dedos de una mano. Como un regio tesoro, que se palpa, de tanto en tanto, apagado, y lejano, en el turbio oleaje, que bosteza en la empinada loma.
Por el cabello callado, en la piel de las palabras, en el clavel goteando, en la mirada pura de la brisa.
Con las marcas de cinceles, desnudos en la piedra, y poderosas cicatrices, vegetales, a tres metros de altura, de una gentil sonrisa, subiendo a tientas, por los obscuros corredores, de cabezas grises, esculpidas en el agua sin anteojos, dispuesta a retirarse por el humo, que viste sus atuendos cotidianos, enclavado entre las altas colinas, con ventanas sin vidrios, colgada de una jarra, y acusada de asalto.
Cuando el tiempo inventa, el corazón de los relojes, en el susurro de la sombra, que la sonrisa eterna deshace.
Entre las rocas sin hogar y las hojas salvajes del hielo civilizado del ninguno, en cualquier parte. ¡Qué empieza a ser olvido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Lúgubre certeza
En la voz de las pestañas la tarde cobija sus recuerdos.
Mordientes, punzantes, incisivos, claros, francos, sinceros, mascando.
Ahí en el cierto momento guardando el tiempo a los relojes asustados.
Callando en las pupilas la noche desnuda sus olvidos exponiendo el espacio a los vientos paralizados.
Demacrados, enjutos, delgados. Por la parcialidad apasionada. Por el desatino garboso. Por la insensatez auténtica. Por el absurdo tendencioso.
Por Que... La esbeltez errátil anida.
En el silencio de las letras donde la tinta borra sus ausencias esculpiendo transparente el canto de la vida en la música desconocida de la muerte cierta... ¡Vetusta y vigente!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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