Palabras arremolinadas en los charcos con guantes de seda, con guantes de escamas. Persiguiendo labios vestidos con hombres enteros y con mujeres de faldas plisadas. Mordiendo las letras que oculta la rabia, la soledad sin llagas, las horas de manchas baratas. Placer pasajero que la lluvia desdibuja en el suelo con un rayo de agua y una cintura de fuego. Las nubes construyen metáforas con verbos que se transforman en sueños, en hilos de pelos con términos indefensos. Pacto de hojas con renglones repletos de historias, de caballeros con armadura de acero, princesas de cabellos revueltos y hasta de borrachos vomitando diálogos, que se tragan gargantas sin entender el silencio. Hablar por hablar si los párpados siguen abiertos, si los cuerpos no se arrugan en ese baile secreto donde las lenguas parecen besar el aire de los cielos. Las vocales se miran entre ellas, son suficientes para construir un ejército, son las reinas de este juego, las guardianas del tablero. La boca pregunta primero, si ella es la que crea la magia o es solo una figura que atormenta las cuerdas del infierno. La voz se mira el ombligo y se pierde entre los dientes que mastican discretos. Las cabezas giran a destiempo, se escucha una música, son las palabras del alma escritas desde el verso.
Son los pensamientos de la vida, existir en un mundo de sonidos que a veces nos silencia. Hay que escuchar desde dentro para comprender nuestra existencia. Par vivir sin miedos y sin fronteras.
Perro destino que me alejas de lo que amo, Que unes un sentimiento que no debe de ser unido, Que te aprovechas de las ilusiones y sueños de los que en ti creen, que terminas las historias con una gran bofetada de realidad, porque gustas jugar con los sentimientos y al mismo tiempo los haces madurar, ¿cuando acabara? ¿Cuando me dejaras en paz? Estoy cansado de culparte de mis destrozos, Es tiempo ya de que te dedique por fin un logro, decídete por favor, Olvídate de los protocolos trae a mí eso que tanto anhelo y entonces poder decir, creo en el destino.
Como el aventurero ingenuo que deja que su corazon vuele, Y al encontrarse cayendo en un abismo de nardos, acepta que los espinos no son los que duelen, Sino la decision de tomarlos del corazon y arrancarlos.
Transitas esa calle donde el ahora, se pierde en el ayer; Entre un mar de suen~os rotos y sudores ajenos, lo que antes era dulce, ahora sabe a hiel transpiras por tu piel su fragancia como un veneno
Que dificil es dibujar un paisaje sin pincel, donde a pesar de verlo claro y de atraparlo cual relampago y ser su duen~o, intentas captar su luz y el hechizo de formar parte de el, mientras se diluyen los colores y se esparcen en tus suen~os
Escapas sin quererlo de esa realidad paralela donde eras feliz y no lo sabias depositaste tu felicidad en la de tu pareja te quedaste solo y sin rumbo, quien lo diria?
ahora solo te queda sacar fuerzas, de donde pensaste que no existian, luchar por la nueva vida que ahora empieza, se que no la imaginas, como podrias?
como haces para cerrar semejante herida, para frenar el torrente de recuerdos, para detener tantas imagenes vividas, como hacer para levantarte y volver a hacerlo
no existe un camino facil no hay una pocion magica la vida es una sola y es muy fragil y la felicidad parece ser esporadica
concentrate en dar un paso a la vez, en no mirar el todo, sino el siguiente instante, si consigues hacer esto puede que tal vez, tu camino vuelva a hacerse interesante
Antonio Fuenmayor
No sé por qué si le pongo acentos o la ñ y le doy a previsualizar, me aparecen signos de interrogación?, mis disculpas por la falta de acentuación. Saludos
Hemos sido tal vez todos prisioneros De una fachada de mascaras ante el mundo Piezas en un ajedrez de poder y dinero Con la ilusion de control por un segundo
Encerados en una fria mazmorra De barrotes forjados con miedo Pedazos de alma, luces y sombras Mendigos de amor sincero
Tiernos cachorros en apariencia Fieras letales y furiosas por dentro Homo Sapiens cuando tenemos conciencia O solo bestias de apareamiento
Alertas ante un pedazo de carne Sigilosos al menor movimiento Perseguimos la presa sin dejar que descanse La hacemos nuestra sin remordimiento
En eso nos convertimos Al dejar a un lado los sentimientos Al olvidarnos de lo divino En esta jungla de asfalto y cemento
Cada problema, cada situación compleja y cada obstáculo, ofrecen condiciones para mejorar día a día.
Debemos pensar cuando fracasamos en algo, en el porqué de ese fracaso para que éste se transforme en enseñanza y en experiencia.
Si tenemos el propósito de hacer una cosa, una diligencia y ésta, pese a haber pensado cómo la vamos a realizar, sale mal, en la práctica es porque algo ha fallado, en el plan en el método, en la forma de realizarla, etc.
Si después que ha salido mal nos encogemos de hombros y abandonamos la tarea o la acción, habremos perdido el tiempo y, además nos exponemos a tropezar una y otra vez con el mismo obstáculo porque no habremos puesto los medios necesarios para evitarlo.
“Alégrate de que en principio las cosas se presenten difíciles y con obstáculos - decía Franklin – porque así, además de adquirir espíritu de lucha, acrecentarás tu experiencia. Y alégrate aún más de que tengas fracasos, porque ellos son la verdadera escuela de la vida; si profundizas en el porqué de los mismos, te harás invulnerable a ellos”.
Evidentemente, la experiencia se logra con la lucha diaria. El conocimiento de los fracasos nos indica que nuestro plan era débil o que adolecía de defectos insospechados.
Si estudiamos los motivos que generaron el error o fracaso, hallaremos la causa, y conocida ésta, ya no sólo fracasaremos más, sino que el hallazgo nos servirá para rehacer lo mal hecho.
Cada derrota, cada fiasco sufrido, tiene la virtud de poner en nuestras manos una experiencia y buena enseñanza. Aquellos que saben sacar enseñanzas de sus derrotas, son hombres que adquieren la seguridad de su caminar en la vida.
Por eso, en lugar de sentirse amilanados por un fracaso y suponer que para nada servimos, que todo nos ha de salir mal, etc., hay que alegrarse de ese tropiezo porque el resultado facilitará abrir las puertas del éxito en sucesivas actuaciones.
Con toda razón se dice que donde tropieza el tonto, el listo se abre paso.
Quien acepta la derrota como un mal irremediable, se juzga a sí mismo incapaz de rehacer nada. Quién, por el contrario, se sitúa dentro de su fracaso y sabe levantarse por encima de la derrota, lleva dentro de sí un alma de triunfador.
Colón fracasó muchas veces en su propósito de que le ayudaran las cortes de Portugal y de España; pero, tesonero y firme en sus propósitos, siguió llamando a las puertas del éxito hasta que éstas se abrieron.
Las victorias, dice un aforismo militar, pertenecen a los ejércitos que saben resistir los últimos diez minutos.
En resumen, quien resiste y vuelve a la carga habiendo sacado fuerza de sus derrotas, enseñanzas y experiencias, vence siempre.
Una de las mejores cualidades para soportar la adversidad es la serenidad de espíritu.
Una resolución tomada con energía y ejecutada también enérgicamente, es lo más eficaz en cualquier momento. La desesperación puede ser evitada. Por ello uno puede desprenderse de vicios, de malos hábitos, de reacciones contraproducentes, sin atenuantes transitorios, si en verdad quiere hacerlo.