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Canción para la esposa ajena
Tal vez guardes mi libro en alguna gaveta, sin que nadie descubra cuál relata su historia, pues será simplemente, los versos de un poeta, tras de arrancar la página de la dedicatoria...
Y pasarán los años... Pero acaso algún día, o acaso alguna noche que estés sola en tu lecho, abrirás la gaveta - como una rebeldía, y leerás mi libro- tal vez como un despecho.
Y brotará un perfume de una ilusión suprema sobre tu desencanto de esposa abandonada. Y entonces con orgullo, marcarás la página... y guardarás mi libro debajo de la almohada.
José Angel Buesa
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Poeta
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Soy un soldado, y eso significa, que soy juez y verdugo aparte, estoy de pie en ambos lados, entre la vida y la muerte estoy. Tomo curvas, estoy en medio de esta guerra, enfrentando a mi demonios, no importa que complicado sea, la oscuridad se ira con la luz, bajo el reflejo de la luna. Guarda tus lagrimas, para el dia del juicio, ven a paso firme, por tu propio pie, unete a la rebelion. Nos levantamos o morimos, es la hora final, la batalla nos invoca somos angeles de guerra. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Estados anarquistas manipulados desde la academia de alquimia fuegos cruzados, desde lo legal y lo ilegal atemorizando a la población inerme.- Democracia, palabra utópica el ser contra el ser leyes dictadas generalización de lo mundano sobre lo humano.- A tanta opresión donde con dinero, todo te lo cobran perdiendo derechos, ganando obligaciones la respuesta sería; asonada y basta ya.- Punto final; llego el momento de tanta carga por cumplir de ser mansa paloma y recobrar los derechos y la justicia.- Ante tanta sumisión el abuso te lo imponen con reglas absurdas que rigen todo situación que se acabe ya; no hay mas camino la justicia no es rebelión.- ¡Asonada!
Mira mi blog: http://hectormaxx-mipoesia.blogspot.com/
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Poeta
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Hice antesala por un siglo…
Traía en mi carpeta concienzuda la piedra filosofal del desatino
Cabían en mi epístola atrevida la paciencia, quince códigos, mi soñar y un compromiso
La institución secaba mis nudillos Sus estampillas me creyeron pergamino
Un burócrata de azul puso diez timbres -de negras manguillas intuí la muerte-
Continué entre espectros sigilosos aspirando a exhibir mi pedimento, pero un morado número en la frente me remitió a la suerte de expediente
Me colgaron en plomo subterráneo, broté en idearios encrespados Maduré doblado y amarillo, mas nadie leyó mis argumentos
Conocí la alacena de las ratas, tirité mordida mi gran carta Me encogí reseco como paja mientras se hacía añicos la esperanza
Hice antesala por un siglo…
La ilusión se llenó de telarañas Cuando quise gritarles mi proyecto la voz tenía clausurada
Hice antesala por un siglo… Equivoqué mis pisadas En vez de sumarme a los miles me trasnoché en burocracias
Y una oficina de partes después de esperar un siglo archivó mi atrevimiento de reclamar suelo patrio.
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Poeta
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CON PERMISO
Quiero hablar desde el subterráneo de la nada. Allí donde me sumerjo a diario mientras lleno mis horas de efervescentes declaraciones.
Quiero que broten atropelladas o lerdas mis palabras veraces, sin retóricas, sin el esquive fino de mis días, sin la pirueta comedida y, en definitiva, libres. Plenas de almohadas errantes para restallar en sueños de justicia, antes que las artritis o las esclerosis me pavimenten el rostro con abulia.
Quiero vibrar los placeres reprimidos. No tengo paciencias orientales. Soy entre tropical y vasco, medio indio, no flemático. Mi sangre es compulsiva y no soporta más plazos ni enmiendas rebuscadas.
Salgan desfloradas mis virginales amigas, conviértanse en palabrotas mundanas, en grito irrefrenable y sacudan la médula roñosa del hastío.
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Poeta
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