Cuando cruzo el umbral del silencio,
recorro un final inesperado...
Maldigo momentos de intentos cohibidos,
besos arrastrados con huellas de caricias no visibilizadas.
Más cuando todo estaba por terminar,
apareces de la nada, ¿qué intentas?
Un vendaval de sensaciones impulsa tu interrogación,
verano de rimas aturdidas, falsa sonrisa acompañada de elogios.
Palabras, palabras –sólo eso- llamadas de perdón tardío,
gesto inoportuno, fatídica figura que ensordece mi tino.
Aunque tu inclemente orgullo pregone dolor
no habrá otra muerte para mi corazón…
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia
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Poeta
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