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Mi amor te lo confieso el mito y la leyenda nos llevan por su senda, la luna no es de queso que comería de un beso, si está llena es de plata que mucho se aquilata, mas, en cuarto menguante de pasión delirante sin su brillo nos mata.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 29 de septiembre del 2023 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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ARDOR PARALELO (Dadaismo)
Va entre los zapatos caminando con hambre, aquel sol de azúcar marina, la escarcha rala escucha el sanitario pasando de la puerta, al rodar el plato de la pared enamorado, por decirlo de alguna manera entendible, al cabello que aparta el reflejo del agua goteando las sonrisas, de prisa por el techo, donde el abanico dejó al calor pensativo.
Y ni que decir del patio que nada sabe, ni explica de donde salió la montaña riendo, porque el árbol, ya no quiere preguntarle.
Pues la sombra teme del ratón al queso verde. Ayunando al día siguiente con frío descalzo. Porque vende al último hielo tibio y triste, nada más que tan caro, que ya no cenarán la mayor de las carpetas olvidadas al salir con las notas de las frutas del tigre rosa, azulado por todos los rincones, corriendo bajo la sal arrepentida del rojo que dejó.
Ardor... Bueno, no tanto, ni en la escalera ha quedado la campana leyendo al destino las cartas que la manzana ha secado lejos de la cocina desempleando tenedores, por el escritorio que esconde en una caja de los más raros, al estar barriendo rápido con la sábana del mantel agrio del óleo, de los amores recortados de la última novela que llora al plátano, con su leche de miel, entre las piernas de la cama arrodillada, en la decencia de los papeles del bote con basura nueva, y la claridad legal del huevo.
Paralelo, es quien recogía la pesada peluca con la importancia capital de las provincias, extendiendo sus alas sobre él, tan lejano entre las profundas especulaciones, en el rango de la lengua, con la catarata de los vocablos en la cocina, fecundante, de la fusión relegada al culto funerario clandestino, del círculo, con la divinidad abajo, evidentemente pobre al entrar erecta la palabra por el cuello, y el dolor en la cabeza del panteón primordial, en el sarcófago tardío de la lujuria ligera, con la fe de una leona salvaje, vendiendo cuchillos al pantano de los cocodrilos mentirosos, que vendieron el placer de las tortugas purificado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ENLAGUNADO...
Acompañado con frecuencia iba por la noche indiferente a la soledad pensando con espinas, dulces, transparentes algodones, inquietos, los árboles corrían junto al río recostado sobre un verde rápido y amarillo triste.
Lagunas lagunas iban...
Saliendo las puertas por una cerrada ventana aserrada por el becerro que ve al cerro entrando por el hambre.
Por el hambre que llueve las cucharas abandonando los confines del apetito sinfín de alambres en el hombre que parece natural sin verle saltar los tornillos en el vientre de las tuercas ilusionadas con el canto adivinando el vuelo de un encino dudoso de su sino vegetal por los fierros que rechinan reclamando raíces calmas menos hojas acariciando otoños en los retoños al primaverear invernales pedernales sin sandalias que obligan a olvidar que comen las mañanas la misma luna confundida con un queso, tirando las cáscaras a la laguna.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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