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O AMOR QUE TU ANSEIAS
O amor que tu anseias O amor que se inflama O verdadeiro com raiz Só aparece no cultivo, No trato sereno do dia
É como a rara orquídea Não pense que é paixão Essa é uma mera ilusão Não serve como padrão
O amor hoje só com lupa Por isso raro e nada dura A não ser alguns verões Quiçá invernos outrossim
Mas na procura às vezes O descobrimos bem ali Em algum certo cantinho Ali dentro da nossa alma
Pois o que hoje se planta Já disse quem era amor Volta sempre redobrado Então prepare o respaldo
Pois só em solo que já fértil Ele nasce feito a borbotões Não é na aridez de deserto Que ele vai um dia aparecer
'A felicidade provém do íntimo,daquilo que o Ser humano sente dentro de si mesmo' - Roselis V. Sass (graal.org.br)
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Poeta
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Encajonamiento Errátil
Celebrar al cajón un vacío trepidante de sospechas, a la vuelta, de una esquina temerosa, telaraña, con la penumbra en las rodillas, que postergan, al gris afán verdes faenas,en el sol empapelado, que sujeta cada flor, al subir crepuscular, donde brotan las espuelas, al galope blando. ¡Por abotonar al mástil humedecido!. ¡Por sostener al sueño realizado!. ... Suculento sortilegio suculento... Tan sicalíptico como jugoso.
El cajón alborotado, satisfecho obedece, flexible, útil, desenredado y... ¡Liberado!. ¡Sin pecar aunque quisiera amar al mismo infierno, en la pureza que ablandó, los callados relojes, en la dureza!.
Sólo, sólo es el encajonamiento errátil. Hablando de la espesa aspereza, de la incontenible, torpeza tenaz, del horizonte agotado, en tres arenas, cuatro acantilados, cinco sapiencias, seis ecuanimidades, siete iletrados, ocho escarchas, nueve muescas. ¡Callando al silencio mismo!. En el grito malbaratado. En el grito nefasto. El cajón pulula.
Con la adustez mimada descortés. Con la embriaguez estrafalaria. ¡El cajón es bondadoso, con el olvido, de la ausencia, muerte injusta, tendida, en cada nube, y raíz que se respira!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Ambidextra... (Neosurrealista)
Hábil fuego abajo como arriba. Volcán ágil submarino tierno. Allá virtud ardiente miel. Aquí perlada pureza.
Aunque las dificultades no se limitaron, ni mucho menos, a la cuestión de adiestrar la fantasía temerosa, desnuda, luego de reafirmar la tradicional posición del azúcar en las cobijas del pasado deseado. Con la manzana del oro hecho dilema, tibio, humedecido entre el bosque bello, y las olas desatadas por los amplios poderes del sueño sin tratar de cambiar las estructuras, amando el viento, manteniendo el timón contra el naufragio del suspiro. Y no por ello herir la susceptibilidad a las paredes que miran extasiadas la columna espumando reloj y tiempo.
¡Oh, ambidextra!. El hambre, ha escondido la calle, con un plato enredado, a los ojos del sol sabor amargo.
Con la voluntad, como cosa en sí, completamente rosa, diferente de la unión inmediata con la esencia del vaso en la sed almendrada, como mero fenómeno y no ella misma, más allá de su apariencia de nube, en el perfume más íntimo de los rincones compartidos. Entretanto las proposiciones matemáticas desglosan los cuerpos ligeros entre la piel suave y los segundos al alcanzar la certeza. Allí donde se dice que es muy fácil tomar por realidad un ensueño, cuando se sube al placer resbalándose de la sombra de las vestimentas adormiladas en la alfombra.
Por el futuro pescador de pasados agitando al reloj ebrio ardiente cada esquina del destino seca la cara expansión barata.
Si bien, teóricamente, cualquier oración franca y dulce, puede convertirse de transitiva en pasiva con solo saber conjugar el verbo en esa voz. En esa acción que hace ser al olvido un humo activo, sin dejar dudas en ambos, hoy y mañana atrapados en el ayer, tan gráfico que resulta ser justamente el inverso del sufrir la transformación ablativa. Porque es cual cuando indica una cualidad que no admite artículo y su antecedente es tal, como cuando el aprecio es tal cual es. Sin dilapidarse, ni malversarse, ni excederse, entre las ramificaciones del sentimentalismo inconsecuente.
Porque del tanto masticar la brisa hornea la sed con mantequilla testimonio de voz silvestre en sombra desempleada.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Un amor que tal vez corresponda, un corazón que será para mi, el amor llegara donde menos lo espere, algo natural se presenta.
Lo mas bello se presenta sin forzarlo, es lo mejor que puede haber en la vida, es lo mas bello que existe, el de un amor puro y sincero.
La belleza de una mujer, se adentra en mi mente, en mis pensamientos, en mis sueños.
Su belleza me irradia pasión, me llega en lo mas profundo de mi ser, esté donde esté, ella será la indicada para mi.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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SOBERBIA SOLEMNIDAD (Neosurrealista)
Ya vienen por el vientre de siempre. Con el árbol de cada día. Cuando alzan al desdén como baluarte. Como aguas tranquilas y azulosas. tejiendo las brumas y las nieblas. con armonía. ¡Qué hiela la memoria y los fantasmas!.
A pesar de la esperanza en el cultivo de las balas, y el incremento en la producción de huesos, que ejercen sin duda alguna, un cierto atractivo sobre los depredadores de las monedas, que no tienen la libertad de determinarse por la proscripción suave, y el acerbo llanto de la lluvia que dialoga con los pianos, que mueren perseguidos por el mármol dulce, en el torrente torturado por la fatal potencia, donde falta la consciencia de su especie, cuando el edema les llega a los pulmones, y confunden el efecto con las causas que provocan, que los separan de todos los metales orgullosos, en el borde ciego del abismo melancólico, de frenéticas ráfagas e incandescentes rayos, que gustan mucho de las fotografías, que cruzan el río en el mismo punto de tierras emergidas.
La tragedia, no se debe sólo a la felicidad de las arañas, ni a la fuerza absorbente del apetito impedido, junto con la indiferencia de la nieve, y el desprecio del papel encerado, más allá de la pureza artificial de la angustia inesperada, que corre por cada nube, y se le ve en la evasión pasiva del teclado inadaptado.
En estos caminos vertiginosos, existen otras razones, menos azules, que si bien incrementan la debilidad de las verduras, no dejan de ser los sentimientos que se empeñan en soñar comprando hermosos vestidos, para la tristeza con la botella de leche en la boca, y los viejos caprichos y deseos, por la desesperanza de la mano que intenta consolidarse, en la intimidad de un saludo, ligado a la interferencia de los hilos de la trama, que hiere a los agravios de los anhelos.
Hasta hace poco, no se hicieron los estudios de los determinantes de la altiplanicie, como el factor más eficaz en la observación participante de los rincones, que a su vez paralizan el amarillo, que se refugia en la inercia del rojo por las calles, y los cielos temerosos e irrefrenables del aceite en biberones. Es difícil encontrar estadísticas honestas y sinceras, que consuman sólo números en gotas, con la etiqueta mortal del hambre falsa, y el rostro impregnado de piedad diminuta, con la placidez asombrosa de las campanas, que dan mayor certeza al análisis de la catarsis, sin intentar disgregar el cuerpo, con la humedad del aire de los escapes radioactivos, en los embalses y pantanos, con el alto poder de disuación de las pasiones destructivas.
Esto puede ocurrir, en las cómodas metrópolis de nueces, con la omnipotencia narcisista de las fresas, y la mortalidad reducida de las tuercas, cuando los tornillos marginados se vuelven enemigos de las tijeras. Aunque las pruebas en el agua son un paso indispensable, los jabones no ven la razón que les asiste, y en muchos casos los miligramos protestan, como si fueran litros, más allá de diez kilómetros, tan ligeros y menudos que parecieran ser hombres, desesperadamente buscando la mano sobrehumana, que indaga sobre los dolores de los cocoteros verdosos, que derraman sus consuelos, en la escala ilusionada de las enredaderas, con los rigores del olvido más reciente, que se inclina por el ocaso pertinaz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MATERIALIDAD VICTORIOSA (Texto Neosurrealista)
Por el pájaro campana escondido entre los astros el cielo canta su historia de polvo y plumas.
Curiosamente, lo que aquí nos ocupa, no es considerado como problema, fuera de la más sencilla de las negaciones de las moscas negras, y los metálicos grillos, con piel de cordero, con la vil pasión traidora, de las mentiras del pasado, y las mentiras venideras, dando el estímulo gris suficiente para el cambio, a un desastre mayor, atrapados por la disyuntiva del triunfo a fuerzas, y el éxito absoluto, trasmitido tradicionalmente por los aires, con la simple alusión al dedo que lo dirige. Aunque jamás fue posible definir positivamente su pasado. ¡Elefanteado hormigosamente!.
Con la sonrisa intemporal del hambre la justicia ya no habla tiene luto por su tumba entre los dioses muerta.
Por la solidaridad reconocida, de los huesos y el humo, mientras el destino mítico de las almas perece, en el bolsillo de las monedas reflexivas, para descansar, purificarse y regenerarse, esterilizando la consciencia de pantanos, basureros, y podredumbre envenenada, con las leyes de la gravitación universal, y el equilibrio de la desaparición forzada del fracaso, la ineptitud, y los intereses deducibles, con fulgurante rapidez, sobre todo con los más poderosos en pobreza e ignorancia, con lo más autónomo de su plenitud... ¡Alacránica y abuitreada!.
Por no aceptar la verdad se ha suicidado colgada de la esperanza baleada por los anhelos donde el engaño triunfa.
Sin embargo, la peculiaridad de la física no estriba tanto en la amplitud de su objeto, sino en la ambición desorbitada del amor por la equidad, donde no se admite la ambigüedad en la distribución de la riqueza, y del trabajo compasivo, que la ética de laboratorio cibernético se encargará de confirmar, depurar o refutar, en la reducción máxima de un sistema de fuerzas espiritualmente perfumadas, con los métodos algebráicos latiendo, con palanca y balanza enamoradas, más allá del torno y la polea disgustados, por el movimiento rectilíneo uniforme, en la dinámica del sólido sin efecto. ¡Culebreando pavorosamente!.
¡Oh, materialidad deleitable y virtuosa!. ¡Oh, materialidad de incitante pureza!. ¡Oh, materialidad de tentación sublime!. ¡Oh, materialidad delicada y compasiva!. ¡Tu éxito y triunfo, ha hecho de la humanidad un mártir!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPECULANDO...
No quiero mancharme, dijo, la mancha, a la pureza perdida entre espejos, ciegos de luz con razón, en la voz tal vez voz sin los labios, en la paz tal vez pez sin las redes. ¿Quién puede dar lo que no tiene?.
Al que espera recibir lo que no quiere, no siente no piensa no escucha. ¡Siendo la espera pura!. Sin esperanza o con ella. O a pesar de ello. ¡Uno fuera de sí mismo!.
Afirmación del cero!. Negación que ilumina y obscurece. Sincronía...Sublime. ¡Afirmando al sí!. Excelsa...Isocronia. ¡Negando al no!.
Especulando, especulando, especulando.
Todo simultáneo, falsamente cierto. ¡El engaño aparente, la mentira esencial!. La mentira del reflejo superficial. ¡En la huida de todas las retinas!. No, no, no. ¡No quiero mancharme!. Dijo...
Sin marcharse. Sin reflejarse. ¡Perdidos todos los espejos en la incuria!. Nunca la encontraron. Era, era... ¡La pureza que nadie poseía!. ¡Ciega la luz sin razón!.
Cualquier humilde obscuridad sin importancia. Especulando, especulando, especulando.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ATESORADO GRANDILOCUENTE
En esa palabra donde los recuerdos, habitan, los campos intactos de fieles ayeres, al ritmo inflamado de una nave, por la juventud cubierta, de indemnes senderos.
Palabra no dicha al hondo bostezo, palacio de juegos y soberbio apetito, de lirios de ceniza de grutas de sueños, del boscaje fragancia y lenguaje, con la ingenua pureza con viajes de espejos.
Bien que van con el caletre, de cristales franqueados de miel y pastel, y gacelas y frescura y corceles y gracia, en tres miedos vibrantes, en cuatro nubes corriendo. ¡Van que vuelan!.
En cinco canicas inertes. ¡Dónde!. Las campanas otros tiempos tocan. Los verdores otros límpidos cánticos. Las flores otros aromados cielos. Los amores otros mundos vieron.
En esos tiempos, en esos tiempos estaban. Inundando los vacíos sin marcas. Sin crueles gritos anónimos. Ni efusividad insípida. Ni andanada escrupulosa.
Con la inmensidad sencilla. Atesorado. Con la probidad tolerante. Grandilocuente. Con la avenencia fácil.
¡Cuánto ancladero floreciente!. Ya curioso ya incauto ya imperioso. ¡Cuánto acopio esclarecido!. Formal plúmbeo a veces. Reservado divertido a veces.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PLEGARIA A JAFÁRA
Jafára Jafára. ¡Tú la virginal belleza!. Escúchame. ¡Cómo siempre lo haces!. Adornada de hermosos. Henos aquí oye, henos aquí sufriendo. Intercede. Con el primero. En saber. En llegar. A la gran casa. Nharine Cha Cónhe.
Intercede. Con el primero Jafára. El Primero Jafára. ¡Tú la de la excelsa belleza!. Jafára. ¡Tú la de la virginal pureza!. Intercede intercede. Jafára Jafára. Habla también con aquéllos... atáca acsufa maráma
¡Pide séanos propicios!. Hemos sido abandonados. Los mairrínhanhe maráma. Se extienden se tienden. Los maica...Los maica. Se extienden se tienden.
Por El aire que respiramos. Por La tierra en que vivimos. Sufrimos indefensos. Indefensos morimos. ¡Morimos sufrimos indefensos!.
Hemos sido abandonados. No podemos defendernos. Intercede intercede. Con el primero. En saber, en llegar, a la gran casa. Nharine Cha Cónhe.
Intercede. Con el primero. El Primero. ¡Tú la de la excelsa pureza!. Jafára. ¡Tú la de la virginal belleza!. Jafára. Pide...Pide...Pide.
Al primero en saber en llegar a la gran casa. ¡Qué aligere nuestros males!. Jafára Jafára. Y también con los otros. Con aquéllos. atáca acsufa maráma...Los buenos, los buenos. ¡Qué nos sean propicios, qué nos sean propicios!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AGLUTINADORAMENTE...
La Mente Ad ora Aglutina. Duramente dorando al dormirse. Y Con el sueño sepultando. El tiempo. ¡Sin ir más lejos del principio!. Entre la circunstancia y peripecia. Apagando. Los caminos. Intransitables... Donde manudean, las estratagemas suardas. ¡Entre pureza y flaqueza!.
Y Ya después del drama un clarinazo. Ya para que. ¡Grita un sótano!. De opúsculos miradas. Al encuentro del viejo plenilunio. ¡Ya el parque es un liso porqué del qué!.
Del paraje abandonado pasaje, aglutinado y dorado. ¡De menta ausente lamenta el sabor!. De la bienandanza peregrino En la más íntima verdad de las ventanas. De la disculpa del hipogeo. En el misterio puerta abierta. ¡Por el ictíneo tumulto!. ¡Por el furtivo incidente!.
Aglutinador. El siglo da un brinco atrás Al mar golpeando las arenas Al encuentro del desierto ahogado
Porqué El Siglo corre vestido en sangre. Del Lebrillo al embrollo. Del incordiar energúmeno. El Tiempo Sepultado, abandonado, nada y nada. En la piscina. De los relojes pendulares acordeones. De La Frialdad flamante. Los delicados pilares, desdoblando chispas. En la derrota de las victorias de ceniza. De los autorretratos despreocupados. De la sorna disipada sin tapujo.
Los Escritos llorando los destinos. Sin tino ni trino tónico. Del amor. ¡Desgarro imposible!. Aglutinadoramente Por El tiempo ¡Oh, el tiempo ha sido sepultado!. En Un ¡Eterno instante!. A-glu-ti-na-dor.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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