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PRIMAVERA Autor: Kobayashi Issa Japón (1763-1827)
Escritor japonés nacido en la Provincia de Shinano (Kashiwabara). Tuvo una vida en extremo difícil, huérfano de madre a temprana edad. A los 14 años se inició en el conocimiento y práctica del Haiku en el ciudad de Edo(actual Tokio). Su libro "Tabishui" se publicó en 1795. En el invierno de 1827, murió en la pobreza. Estas obras son versiones de: Tsutomu Takagi y Alberto Manzano.
Primavera
En cada puerta, La primavera ha empezado Con el barro en los zuecos.
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La primavera ha llegado Con toda sencillez: Un ligero cielo amarillo.
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Cuando envejecemos, Incluso la duración del día Es causa de lágrimas.
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Click, clack, El hombre se acerca en la niebla. - ¿Quién es?
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También hoy, también hoy, Viviendo en la niebla, Una pequeña casa.
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Un día de niebla y bruma: Sin duda los Habitantes del Paraíso Están aburridos y lánguidos.
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¡Flores de cerezo en la noche! Cómo ángeles Descendiendo del cielo.
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Después de que oscureciera Quise cambiar La manera cómo lo injerté.
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Una hermosa cometa Se alza desde La barraca del mendigo.
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La urraca Se limpia sus patas lodosas En las flores del ciruelo.
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Pequeño gorrión, Apártate, apártate del camino, El señor Caballo se acerca.
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Un exhausto gorrión En medio De un montón de niños.
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Echar arroz también Es un pecado: Las gallinas se pelean entre ellas.
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El cervato Se quita de encima a la mariposa, Y sigue durmiendo.
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La mariposa revoloteaba Como desesperada De este mundo.
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La mariposa voladora: Yo me siento Una criatura del polvo.
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No parece Muy ansioso por florecer, Este ciruelo en la puerta.
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Nosotros, seres humanos, Retorciéndonos entre Las flores que se abren.
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¡Qué extraño, Estar tan vivo Bajo las flores del cerezo!
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Flores esparciéndose : El agua que queremos beber, En la niebla, lejos.
En la caída de las flores, No ven ningún Buda, Ninguna Ley.
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Bajo la luna y las flores Cuarenta y nueve años De infructuoso vagabundeo.
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Simplemente confía: ¿No revolotean así También los pétalos?
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Poeta
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Y te escapas de entre los dedos como el agua que llega y se va, sin llamar y sin pedir; como el agua que llega y se va quedan mis manos vacías de ti. Y siento el frío que tanto soñaba, y busco y no encuentro, y dejo mi grito colgado en el horizonte esperando… de nuevo soñando. Colores que se asoman dibujando nubes y descubriendo cielos, auroras que llaman abriéndose paso entre las luces que ya se apagan, te escapas huyendo, rendida, …otra vez vencida. Es la pena que marcha, la que huye dejando desnuda el alma la que no oye y en su silencio arrastra capas de miseria, lodo y fango; aquella que ahora se escapa de mis manos llevando su carga de ira y de guerra, la que dándose por vencida hoy, como agua entre los dedos, marcha abriendo la puerta a mis sueños. ©jpellicer2012
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Poeta
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Es el miedo, sima donde se pierde el alma, el que llama robando la luz del instante dejando –maldita estela- violada por Fobo la ilusión; es el silencio profundo que en los surcos de la tristeza va sembrando ecos de despedida, rasguñando la entrañas llevándose con él la última sonrisa; es el llamado final, el ocaso infinito, la incierta verdad hecha presente, es la causa del adiós y el abominado motivo que me empuja despiadado a perderme.
Es el miedo que atenaza y amenaza, que destruye sin mirar… sin estar; el que escapa entre dientes apretados y puños cerrados acaso protegiendo la última esperanza; el que enfrenta al hombre con su historia y la cambia, vomitando sobre ella trozos de momentos ensangrentados de indiferencia, abrazos que atravesaron conciencias, y amores que sólo bebieron en la fuente de lo que nunca fue.
Es el miedo el mayor enemigo, el que roba la verdad cambiando el camino haciéndose noche en mitad del día y día en mitad de la noche; el que deja confundida la palabra vida vistiéndola de muerte; el que está ocupando la sombra enlodando de grises los colores; el que va frenando los impulsos de la reconciliación construyendo los muros que nos separan; es el miedo, el que tanto daño hace y tanto teme en su perversa arrogancia envuelta de grandeza.
Es el mismo miedo, que muere de miedo ante una mirada clara y una sonrisa abierta, el que busca confundido la salida cuando el hombre, en único y definitivo gesto, abre, en eterno compromiso, la puerta del corazón.
©jpellicer
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Poeta
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Por esa puerta huyo, diciendo: "¡Nunca!" Por esa puerta ha de volver un día... Al cerrar esa puerta, dejo trunca la hebra de oro de la esperanza mía. Por esa puerta ha de volver un día.
Cada vez que el impulso de la brisa, como una mano débil, indecisa, levemente sacude la vidriera palpita más aprisa, más aprisa mi corazón cobarde que la espera.
Desde mi mesa de trabajo veo la puerta con que sueñan mis antojos, y acecha agazapado mi deseo en el trémulo fondo de sus ojos.
¿Por cuanto tiempo, solitario, esquivo he de aguardar con la mirada incierta a que Dios me devuelva compasivo a la mujer que huyó por esa puerta?
¿Cuando habrán de temblar esos cristales empujados por sus manos ducales y, con su beso ha de llegarme ella cual me llega en las noches invernales el ósculo piadoso de una estrella?
¡Oh, Señor!, ya la Pálida está alerta: ¡Oh, Señor!, ¡cae la tarde ya en mi vía y se congela mi esperanza yerta! ¡Oh, Señor!, ¡has que se abra al fin la puerta y entre por ella la adorada mía! ¡Por esa puerta ha de volver un día!
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Poeta
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ÁNIMO PIÉNSALO
Ánimo, ánimo, ánimo. Con el sonido se fueron exánimes. ¡Unánimes y anónimos!. ¡Oh, dobles absortos abstractos!. ¿Cuál suceder se repite?. En el sonido que muere. En el silencio infinito. ¿Vive?.
Ánimo piénsalo. Ánimo siéntelo. Ánimo vívelo.
Con el porqué inagotable. ¡Oceánico deslave!. Sin volcánicos vaivenes. ¿Morirían las transparencias invisibles?. Ecuánimes, eclipses, eucaliptos. ¡Distintos moldes en esencia iguales!.
Piénsalo. Siéntelo. Vívelo. Ánimo, ánimo.
Apenas me detuve inacabable. Lo dices, entre retinas de nácar. Lo tocas, entre latidos de luna. Apenas, apenas. ¡Órbita insegura!. Proa de lata enhiesta. ¡Palpitas!. En los sótanos sin límites. ¡Apenas!.
Piénsalo siéntelo. Siéntelo vívelo. Ánimo, ánimo, ánimo.
Consciencia de cara entera. ¡Entra!. Por la puerta completa. Desde fuera. Por el querer interior. ¡Cuándo puedas!. Mírame triangular cuadriláteros. ¡Mañanas!. Entre anónimos olvidados. Nidos de rayas. ¡Con los espacios suspendidos!. Exánimes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Giro la llave para abrir la puerta, Oh, que vida tuerta!
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Poeta
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