A esos de adulterado ‘amor oficial’ amén deshonrado por su insaciable avidez sexo-aventura, codificados a vivir de por vida en tal infinidad,
les digo que, falaces, han logrado la perfecta armonía del doblez de su pasión desinhibida de deber, devota sólo del deseo puro y franco.
A esos de extravagante realidad sentimental, que se unen eruditos en pasión, ‘ilegítimos’, redundo, leales sólo a promiscua actividad,
les digo que han ganado de mano al desamor que a tantos deja solitarios, defraudados y dolidos por fieles y triviales y confiados.
A esos ‘corazón calidoscopio’, asimismo les prevengo que al final tentará su mixtura de pasiones espinar sin flores cuando solos.
No obstante, su acopio primordial de sensaciones, superando su saga decadente, los deleitará mentidos hasta el último destello de su afán
por espejos también de lo genuino. Yo, por amar veraz o equivocado, en irónico filete porteño reproduje sobre el feroz umbral de mi vacío:
“A mí, ¡que me quiten lo bailado!”
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Poeta
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