Que tu mirada centellante sea luz punzante, negra... que traspase la dura coraza de mi corazón amurallado de dolor y de tristeza.
Que tu boca sea el cáliz donde vuelvan a beber mis labios, el néctar de la vida que los amores fatuos sin piedad le arrebataron.
Que tu piel de terciopelo sea la tibia cobija donde pose mi cabeza trajinada de tormentos agobiantes de infinitos desengaños.
Que tu cuerpo maculado con dolores del pasado sea la paz para mi alma, y mi alma, sostén para la tuya. Si esto que te pido no me dieras...
Que esos dos negros puñales que en tus ojos al acecho viven abran el centro de mi pecho para mostrarte el corazón que gritando está: ¡Te quiero! negra...
Que el manto negro de tu pelo sea entonces la seda más cara que al final de la jornada mis huesos amortajen por haberte amado tanto .
Delalma 01/08/2017
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Poeta
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