La barca de mi vida al garete iba Sin timón ni rumbo fijo en travesía Hasta que te hallé sirena de ojos claros En uno de mis sueños marineros. Ahora. Pido permiso para entrar en la alameda iluminada de tus bellos y risueños ojos brujos y desde tus pupilas abrigar mi alma con tu alma. Permíteme acercarme a la frutilla deliciosa jugosa dulce y roja que mora en tu boca, puñado de mariposas que se alejan de mis dedos cuando apenas si tocarlas es mi anhelo. Pido permiso para acariciar la seda de tu pelo y el aire perfumado que se mece por tu cuello en alas de palomas que habitan en tu pecho guardas implacables de ladrones al acecho. Pido permiso para que permitas a mis ojos tocar la canela fina de tu piel bronceada por el sol y las caricias de las olas en la playa que te ven desnuda el alma, inocente de pasiones. Si todo cuanto pido me permites grabaré tu nombre en la proa de mi barca izaré tu imagen en lo alto de su mástil y serás el rumbo que yo elija siempre. Delalma Martes, 22 de marzo de 2016
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Poeta
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