Cuentas de perlas transparentes agolpadas en la seda de tu pelo en una larga fila sin final, lágrimas tuyas y mías. No precisamos del amor amante tal vez, nos bastaba el amor amor, de una gran amistad, quizás. Siento dolor al no ver más tus poemas en ellos te encontraba alegre, enamorada o llena de añoranzas romántica soñadora; ¡Pasional... Tú! ¿Cómo se fue tu voz? tu verso, tu palabra… poesía-melodía de mis noches y mis días. ¿Quién me hablará de las calles bonaerenses?, de los boliches y sus luces de neón, de los tangos y cantores, del mar… y de los muelles... de la playa… y del susurro de las olas. Falta la tibieza de tu voz la finura de tu escrito cadencioso, tus metáforas trascendentales, y tu amor. Entre tanto divagaré por mis viejas calles limeñas, recordando a La Gata Varela, a Juárez... a Castaña, y los inmortales versos de La Su. Caminaré por los rosales de Barranco impregnándome la piel de sus aromas y de las que nunca serán flores, las espinas. Si yo pudiera… asirme a un cachito de la luna te buscaría por doquier, para hallarte aunque dormida y cuidar tus sueños alma mía. Mi dolorido grito es poco si tu ya no me escuchas… a tus pies postrarme, quisiera… Desgarrar mi pecho y mostrarte el corazón que sufre… que llora; que te compadecieras, quisiera… Mujer de grandes alegrías, de un sólo amor, de encendidas pasiones, y de hondas melancolías, cuando decidas volver me avisas; entonces… por ti volveré. Delalma
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Poeta
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