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ARCAICA ACRITUD
Compartían las únicas sombras, la crespa cabellera cana, serena, la nieve durmiendo sana, solemne. El canto del rojo estocado, una amante almendrada, una palma combatiendo.
Pintaba la casa curva encendida, con la herida historia ignorada, con la herida hoguera templada. Con la espada espalda plateada, cuando cantaban las monedas, cuando cantaban los muñecos.
Ya contaban en los rieles al florero, ya contaban en los ojos al humo, ya contaban en los dedos al piano, un aguador sediento en la frente, un campesino cargando cemento, un cabrerillo en la pesada pierna.
Cegadas de limones las dulzuras, cegadas de limosnas las tristezas, la llovizna, la mirada, la caverna. Ya dentro la belleza extirpaban, ya dentro la bajeza expandían, los vidrios, los vapores, los libros.
Porque del exótico elogio emergía, helado, habitante, hierro, hostil, el sentido, el túmulo, el maleficio, el filo, el golpe, el recelo, el portal. Más allá, caían las cadenas candentes, como doradas diademas de grutas.
Por cuchillos ahorcados, y balas inocentes. los vivos hablan más que las piedras, y los muertos son menos que ceros. Más acá una mano entibia las tumbas, los huérfanos, los huertos, los huesos, donde restan con ácido perfumes y epitafios.
Con la fiebre del invierno y la fruta, con la pequeñez de una campana, con la insensatez de una hormiga. Preeminente obscura violenta rosa, alegre exasperante indecente canasta, nauseabunda navaja mecánica fanática.
Autor Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Stoffige. Empolvado (Polilingüe).
De rivier trok. De spiegel. Een eenzaamheid. De bloem in het vuur van de achtergrond. Een meer. De kleur van de hitte van het water. Haar. Bezem. Moeders. De meer intense rivier. Dubbele dag. El río tiraba. El espejo. Una soledad. La flor al fondo fuego. Un lago. Al color del calor del agua, Del cabello. Escoba. Maternal.
¡Staub, polvere, poeira, poussiére!
De muur van stof. De namiddag verlaten de wijnmakerij. In de straat. De klokken rouwen De piano in de hoek. Naar de zon. Als vluchtige zakdoek. La muralla del polvo. La tarde salía de la bodega. En la calle. Las campanas lloran. Los pianos de la esquina. Al sol. Tan fugaz pañuelo.
¡Pulver, polvere, poudre, pó, powder!.
De snor in de heup. De rivier geketend aan de kust. Een eenzaamheid weven. Andere treinen. Vliegtuigen. Met veren. De elektrische brief. Met dream. El bigote en la cadera. El río encadenado a la orilla. Una soledad tejiendo. Otros trenes. Aviones. Con plumas. La carta eléctrica con sueño.
¡Traum, sogno, sonho, rére, dream!.
De afbeelding op de achterkant. Van de spiegel. De tijd. Hij lijdt eeuwig. Oude. De reden voor de boom, stem van de herfst. Met de intieme. Nieuwste woestijn. Bergen van golven. In de grijze hand. La imagen a la espalda. Del espejo. El tiempo. Sufre eternamente. Viejo. La razón, del árbol, voz del otoño. Con el íntimo. Más nuevo desierto. Montañas de olas. En la mano gris.
¡Schlaf, sonno, sono, sommeil, sleep!
De begraven rivier. In de spiegel. De spiegel. Lake. Flor de fuego. Eenmaal. Bloemblaadjes. Stoom van stof. El río sepultado. En el espejo. El espejo. Lago. Flor de fuego. Una vez. Pétalos. ¡Vapor del polvo!.
Auteur: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TENTACIONES UNDOSAS
En la cortina un parpadeo al umbral persigue del soñar una antesala de apariencia colgando al árbol en las hojas de la luna un grito. ¡Undosas tentaciones!. Por el silencio del esculpir la voz del pensamiento en las orejas del minuto añejo de las palabras el reloj de caña cana come.
La temblorosa audición perdida, ¡Tentaciones undosas!. Por hacer del reloj el vuelo de plumas arroyos estaciones de seda treinta cloroformos olor tabaco al turista vigilante de los pianos pinos inclinando macetas y ventanas.
¡Undosas tentaciones!. En la vista del recuerdo música dónde ciego apenas, luce opaca, los pasos de la mano en caravanas, del dolor qué a diario undoso sigue. transparente hemorragia en crisis. ¡Tentaciones undosas!.
De aluminio agitando al vidrio, en la sopa bajo la mesa fantasmal, del tambor una linterna esquelética, deja al monumento al empedrar al mar decorando la hermosura de ausencia y fuga, ¡Undosas tentaciones!.
Yertas en el pecho de la consciencia. ¡No, no sólo ahí!... Sino en todo aliento extinto. Se indigna el mismo viento mar y tierra, viviendo. Porqué carcome a diario el paraíso incesante ya. Con la carne del cementerio que arrastra en cada vena. ¡Tentaciones Undosas!.
¡Al olvido rinde culto, adorando hueso y ceniza!. En las ruedas del palomar atigrado escarabajo. En la esperanza del cruel pastel. En la caja del cenicero almibarado. Embriagando las carretas de exóticos latidos. ¡Undosas tentaciones!.
A pedacitos del respirar gratuito de salir del presente vano, maldito. ¡Nace esa nada qué nada niega en todo!. Siendo la esencia, del dolor de la ceniza un acordeón. Interminable engendro, que al césped maldice cada verde. ¡Tentaciones undosas!. Por enrabietar las nubes de paz gris sangrantes Injuria, ultraje, escarnio, destrucción de miles de hogares. ¡Ahogó en la frente las orillas de cualquier luz!. Por los años qué protestan inmóviles viandantes. las barajas del meridiano entre dados cargados dedos. ¡Undosas tentaciones!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ALMÍBAR DEL PALOMAR
Hilos De hielo Hieles En cada lugar De hielo El fuego ¡Líquido!. De la tormenta que al vacío exaspera. Al regresar, la noche, enseguida. Enorme franqueza, corriente de la vida. Ocupada, sin trabajar el bronce, en la fuente. ¡Con las palomas, mieles, despreocupadas lácteas!. Además. ¡No pueden hacer otra cosa!. Sino esperar, al manzanear, al robledal. En cada lugar Un lunar Amor. . . . Hilo Corriente De la vida. ¡No hace, sino esperar!. Sino pescar. Con las tijeras, recortando, uno tras otro, los absurdos del sueño salido de la bolsa. ¡Qué contestó, gritando!. Estoy quebrada. En las cataratas exclusivas. En la generación, calcetines, exiliados. En los libros traicioneros del destino. . . . Hilo Corriente De la vida ¡No hace, sino esperar!. . . Como Los discos Tocando el silbato. ¡El disco, duro, dando saltos!. Con el talento, un elefante, en dos. Garbanzos en el patio de la vecina. ¡Finos fondos del festival privado!. . . Y. A. Los pulpos cuelgan. Hilos al montacargas. ¡Correos al mando de las películas!. Cambian, cambian, cambian. . . Almíbar Del Palo. Mar. Almíbar. Dejan. Los saltamontes, cigarros, adormecidos De Venus a Plutón. ¡Al hielo, palomas, en su jugo!. . . Pasión. De la inocencia. Tierna pierna. Al núbil perfume del sonido, que gime noble, cada latido, apasionado, agua al desierto ardiente.
Ahí Donde fueron hermanos, los espejos en flor, poliédricos, sangres, de convergencia. Del relato sublime. ¡Aditivos perfumes sin argumento!. En la calle que camina, el bosque lento, una hoja divertida por el otoño, que tiene la sonrisa verde. ¡Aunque suene a primavera!. Y Sentirla El rojo siglo, al tratar, ácida década, más gato dorado, ronda, arrugando, al piso esperado. ¡Solo un ladrido!
Del Palo. Mar. Al. Míbar.
De viernes que se hincha, tiernamente. Tranquilo el abejorro en un guijarro. Y Al Perder peso la dieta, pasa el higo. ¡Más abajo del ombligo!. Con sus diuréticas preocupaciones. En flor, el problema, con sus ingredientes. ¡Al gradiente, ardiente, algodonario!.
Y además El almíbar dulce hace aún a los vinagres Con Su Alameda, en vivo ardiendo, un lecho más reverdecido. aquéllas distancias, de salvaguarda, de energéticos recursos dérmicos, con el ósculo en reserva, sin serlo, penetrante, imperante, plantación azucarera, el adjetivo superficial, arranca, altas cantidades del vital licor, en las cartas internas de los más elementales suspiros.
Almíbar Del palomar. Es de sí, a veces sueño real, miel del dormir despierto, de láctea vía constelaciones, del inicial bing-bang. Del Paraíso Cuatro veces de manzanilla. ¡Qué al aire besa!. Un relámpago, al dormir, la lluvia. La Serpiente ¡Resignada en una cruz!. Enroscada Y Poliédrica Entre los pianos. ¡Al palomar toca!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Piedad autócrata
Pie Dad....¡Mitleid, pietá, pitié, pity! Del Autócrata... Prisionero el pensar bajo palabra, quedó libre para ir y venir soñando hablar, dentro del más mínimo lenguaje. El Amor ¡Qué busca, el amor de los otros amores desconocidos! Esencia Del Amor, tierno, venerado, pasión adorada, cariñoso cortejo amistoso Del Humano pasadizo Del Retiro pintoresco cálido heliotropo... ¡Esencia solar de latirse humano!
Hilo Qué Hila Plata lo que quedó y que... Buscó en vano melodías el lápiz, la pluma, carbones de las tintas en las pálidas sonrisas desplegando el vuelo de las cortinas, amor de las miradas forasteras y pequeñas del suspiro perfumado...
--- Springbrunnen, fontana, fonte, fountain --- Mananti Al Del A Moreter... No, no, no... ¡Es autócrata ni gigantesco ni desmeszsurado!
Ni Es... Mueca temblorosa fácil entre sus idas y venidas, lo qué observó la danza de los pianos que eran vigilados por el cristal que le había hecho prisionero del pensar bajo palabra.
Nada quiso hacerse amigo de la gruesa cadera del abrigo rumor del barrio nido, Nada ni la jarra cuidadosa del molusco velador de la caoba del cordel de leche, Nada quiso la impaciencia del tesoro fértil alba feliz barniz de fruta llena.
Ser Piadoso... Era un sentir bastante sigiloso que le contaba cosas admirables sobre los siglos que había dejado el polvo del memorable lenguaje del verdadero amor... En La Piedad autócrata del sueño descortezado.
¡Qué tal vez sea como es!. Donde... –Es risueña y más benévola es palabra, letra punzante del escurridizo charco, qué... encantador –decía– la flor del vértigo en la carne, ya la adoro, ya desgranando del sonido símbolos, como adoro a la tímida manzana, el carácter del membrillo y la fresca sensatez de los melones y las piñas... Esperándose, tal vez sólo palabra, sólo sentir qué piensa en mí y hace vibrar las trece frutas de madera de titanio y de mercurio enamorado del plomo valle dorado perdido...
Pasión Intensa Turbulencia ecuánime del vivir escudriñando al sueño el dormir...
¿Acaso nunca lo habéis intentado y tenido ganas de destronificar desde diademas desengañadas que estáis desestimando en el frente, disipando victorioso la derrotas amadas?
–Y cuando el deseo no apremia... Y todo quedó lo qué extendió ante unos libritos llenos de grabados pintorescos impalpables, en madera de una hoja sorprendente, de los semidesnudos árboles bronquíticos...
Uno de esos libros desahogados de agobiante calma qué de nada pasa y nada mostraba a las mujeres activamente la mantequilla rebanando en las brumas de la ciudades... [center]Mantas de tornillos haciendo el amor con toda clase de tuercas y acompañando celosos desarmadores de flemáticas arañas, gatos hidráulicos, pájaros de acero, tigres tristes, microscópicos perros, y peces combatientes...
¿Quién puede ser, tan piadoso cómo autocrático? ¿Quién es el qué pregunta y quién contesta? ¡El sentir qué sólo pide con piedad! Piedad Sentir Alguna vez... Pero sólo verdadera y perenne. ¡Sin autocracia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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