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“Perro fiel muy empeñoso . . .”
Se nos murió El Perezoso perro fiel el más famoso de Pátzcuaro, San Pedrito, ¡Dios mío ya lo necesito!
Se nos murió El Perezoso leal guardián, asaz juicioso, de Apúpato Desarrollo Ecoturístico, no es “rollo”.
Se nos murió El Perezoso digno can precioso, hermoso, ¿quién acudirá a mi encuentro a mi llegada a tal centro?
Se nos murió El Perezoso mi mustio chucho empeñoso de andar, recorrer de pastos, siguiendo huellas y rastros.
Se nos murió El Perezoso tuso tenaz afectuoso, recibí sus empalagos, sus cariños, sus halagos.
Se nos murió El Perezoso digo estos versos lloroso, pues gocé su compañía en esa campiña tan mía.
Se nos murió El Perezoso servicial ser luminoso, tuve noches de fortuna de sentir con él la luna.
Se nos murió El Perezoso vigilante harto amistoso, ¿quién cuidará los terrenos, quién velará nuestros sueños?
Se nos murió El Perezoso este trance es doloroso, fue un animal muy querido extrañaré su ladrido.
Se nos murió El Perezoso mi subalterno enjundioso, ha de andar, allá, en los cielos recorriendo otros senderos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Desarrollo Ecoturístico “Apúpato”, Pátzcuaro, Huecorio, Michoacán de Ocampo, México, a 19 de noviembre del 2017 Dedicado al Señor Ing. Saul Morales Hernández Registro SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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VILLANAJE ACREDITADO (Neosurrealista)
Por el grito con sabor a pupila las paredes vegetan astros sobre perros vagabundos entretejidos con musgos ¡Dolorosas burbujas!.
Pues los hombres tienden a ser más propensos, a obtener ganancias inmediatas, que a considerar pérdidas vitales a largo plazo, donde un suspiro, el cielo su esplendor azula, al huir la muerte del horizonte inasible, que cae del peñascal y suena, entibiando la mística pureza, con la flecha que al cielo hería, tarareando al blancor que relaja, la plácida cadera de los cántaros, y al néctar de los rasgos invariables, obsesionados con el mayor provecho posible, de la campana consentida.
Porqué frustrada la lluvia toma una siesta sabor a noche, a sol, de las miserias orfebre, dónde los cabellos peinan un espejo, y las violetas ocultan el rostro.
Entre las más prometedoras fronteras del acuario, donde el cuerpo recuerda, su anterior batalla gratis, en el primer golpe anónimo, de la inconsciencia libre, como el libro de recetas en el mostrador de las boticas, con las más modernas confusiones de remedios y veneno,mcon el hechizo de la perfección de un guijarro, donde hay un corazón sensible que dormita, por la sombra del amor que pesa y pasa, en el tenue cobalto, indeciso y desvanecido, al final de la orgiástica desidia, del ciprés recto y sombrío, porque al pecho abrasa el eco, de mañanas que no son.
En esos infinitivos, antiguos y desusados. A la derecha de cultismos y dialectalismos. Entre tecnicismos y neologismos. Donde los verbos recogen letras y poetas. ¡Y los adjetivos dejan de ser calificativos!.
Ahora que los malentendidos no deambulan, como siempre, en las imágenes insólitas, donde se hacen manifiestos bajo el hielo. Y el verso libre, fabrica tímidos candados, entre cadenas impetuosas, y espinas ágrafas, en función de la onomatopeya del suspiro, que se distiende en las vidrieras de los ojos, con la brevedad del siglo vendedor de globos, donde el reconocimiento viene de espaldas, y el villanaje califica letras, en el acreditado anonimato.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Anfractuosidades
Serán la voz del futuro un biombo desnudo al clamor del reloj viva escarcha entre los dientes del tiempo del níquel frenético entre perros patanes tres paredes de manzanas empedradas del tiempo sobre las casa qué copian desiertos nubarrones en el cuello mordido del murmullo acodado ¡Que tiene las manos de trenes y momias!
Sinuoso curvar del pensamiento al sentimiento Laberíntico doblegar al juicio sano de la espada Aborrascada manipulación de marejada codiciosa
Serán allá donde los ecos soplan las verdades encerradas en el silencio en las alas de las nubes en un poco de cielo del rencor acogedor inextinguible del dolor fatigado sediento ¡Con la metálica pasión exaltada...! Por el hoy dónde la ceniza sola ensalza
Abyecta irrupción vesicante Del los atufados féretros encrespados ¡Anfractuosidades, oh, anfractuosidades!
Serán del ayer que se defiende ardoroso ¡Del olvido!... En las voces adormecidas Por el estridente campo errante ¡Dónde al recobrar la vista el sol cree ser el primero en descubrir la luz en los reducidos límites del imposible en las fábricas de religiones para el consumo!.
Tempestuosa contorsión del tiempo acomplejado Entre los sillones veleidosos noveleros Entre el actuar encorvado y siniestro sosiego
Serán las anfractuosidades, serán... ¡Allá dónde los ecos perecen! En los helados campanarios En la mezcolanza ociosa De la indiferencia infalible De la intrépida interrogante ¡Ecos frescos entre las cruces! ¡Ecos verdes entre los vientos!
Ya brilla ya, el reprimible irrefrenable ¡Serpenteante camino camina el caimán! Retorcido y proceloso del ayer inclemente
Serán de los huecos, los rotos cristales sin sueño ¡Sin gallos con picos de nieve! De llamas amargas de lirios risueños De varios vagones bermejos De barrancos huyendo lejanos Del tabaco traicionado del candado Del pantalón enrojecido del llavero ¡En la curva fugitiva del abrojo!
Así, así, anfractuosidades van y vienen Ahora, ahora, por el mimo que la muela remeda ¡Todo aquéllo del ficticio muérdago valiente!
Serán de cera aceradas las frentes febriles de la grandeza qué oprime al zapato gastado por el rumor del espanto terrible ¡Oh, verdad! De los gusanos de las brumas ignotos De los alcoholes docentes consortes del desastre En el frasco venturoso de las flautas jactancioso En la confederación de los brincos del solsticio ¡Una cifra fiera del olvido atroz!...Por el tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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