HELADA DULCEDUMBRE
Sería. Al encender la sombra de alegres, agridulces. Labios sueños derramando música. ¡Laboriosa en grande la crueldad!. Se expande al engaño fácil. ¡Qué ausenta del mundo alborotador!. En la conjunción espiral del hundirse. Los rincones que guardan escondidos. Los libros del tembloroso polvo. Los ensueños bajo su almohada. ¡De lo que fue sin venir mejor!. Solo Helada Dulcedumbre Helada Solo.
Un sedativo, cenit pasadizo. Un lirio entre palabras. Adyacente llanura yerma. Al clavel entre los huecos. ¡Oh, helada dulcedumbre!. Parecíame era grisácea. Y vistiéronle al negror enrojeciendo. El negror enrojecido. ¡En la misma sangre del alma extinta!. Parecíame era grisácea. Y vistiéronle, vistiéronle de ausencias.
Los ecos ya, lejanos, ya cercanos, Anidan entre las puertas y ventanas, y en todo caso. ¡Caídos pidiendo estrellas más!. Al abrigo de la orilla, al abrigo ya perdido. Por éso. De agridulce dulcedumbre helada. Al otoño de la orquídea. ¡Más que infortunio aniquilador, más, sí qué más!. Queda, en la excesiva belleza. ¡Inmóviles los mares anudados!. Helada. Dulcedumbre. Helada. Dulcedumbre, dulcedumbre, dulcedumbre.
A los buques en olas parduscas. Dulcedumbre helada y agridulce. ¡Entre nequicia nequáquam justo!. Como del culto adictos de Nergal. ¡Más neroniano qué Nerón!. Por la nostalgia que la cumbre habita. Por... La inquietud que la bruma amortigua. ¡Opalina opacidad opípara!. Labrando la intimidad con todo, el desconsuelo.
Por Todo Aquéllo qué hubiere sido. ¡Sin andar la sonrisa esperando!. Aquéllo que habría sido. ¡No nostalgia infame injusta! Helada ducedumbre siendo. Cuando agradezcan los gusanos. Todo lo que hubiese hecho. Lo Que Hubiese hecho Más. ¡Qué si hicieran lo que hiciesen!. Al encenderse sombras de los ensueños. Con sus nodrizas pesadillas a cada lado. ¡Labios al cielo, amados astrolabios!. Ya habrían agradecido la mañana. ¡Qué abría soñado la ventana!. Al ver abierto. Aquéllo, que habría cerrado.
Siendo Hogaño helada y agridulce. Dulcedumbre y agridulce. Y Al Que hubiese agradecido. De Haber Podido. ¡Sin morirme en tantos que revivo!. Si, sí. ¡Qué revivo!. Por morirme a diario, en los miles eliminados, exterminados, por cucarachas.
En la basura, escritorios, sillas, edificios, periódicos, oficinas, obstáculos, obras, ventas, quejas, mandatos, manipulación, ceremonias, cementerio, censura. ¡Ebrio raciocinar!. Recordando, recordando.De Hogaño De Piel A Hueso. Recordando helada dulcedumbre recordando.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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