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A noite chega com um perfume de inverno, apesar de outono.
Eu me abandono cravando olhares nas nuvens.
Um céu gris pede bis a esta interpretação.
Vejo nuvens encharcadas viajando carregadas de imaginação.
A.J. Cardiais 20.04.2012
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Poeta
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Não faço poemas com perfume francês... Aliás, não faço poemas perfumados.
Faço poemas sem cheiro e sem “boa aparência”. Se isto for indecência, não sou o primeiro.
Mastigo o fruto proibido, indigesto. Confesso que não presto.
Mostro a cara sem medo, revelo meus segredos e vou seguindo...
A.J. Cardiais 06/11/2012
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Poeta
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CULPOSAMENTE
Guardaba la tarde una rendija y lentos péndulos, de viento, desolado y discreto, amarillándose. Las hojas callaban, arrastrando viejos inviernos de plata, en los párpados de la colina azules, y las sillas sentadas dormían un conejo.
Ésas han sido. Ésas han sido las que aplauden al suelo, junto al dolor de las calles afiladas y secan, las paredes agrietando los recuerdos.
Esa tarde el pueblo, con telarañas despedía las carretas, acariciando las alas a los buitres, y pedía la sal de las estatuas. Con las carretas silencias. Las tortugas ocultaban las montañas, entre campos abandonados y lunas de plomo. Los caballos soñaban herraduras pálidos, los últimos camellos cenaban, sumisión empedernidos, como el arado husmea enjuto al luto, y al otoño agonizante, y la fuente congelada del remedio.
Corbatas, caras, uñas ocultas, lenguas, serpiente y más lenguas, gusanos y copas.
El humo prometido encontró la puerta, en la esquina del zapato, en la hiel del pastel boca abajo. Sin vergüenza. Esperanza pegajosa, por encima de las inquietas campanas, muertas en la espuma de un pañuelo, y en el canto de las hienas, desgranando aguas y retinas de las tumbas.
Aceite que busca el perfume del barril, almidonado de los puentes y cristales, en las espinas del cielo con ceniza, que humedece al eclipse desnudando, la sonrisa del anís en las cavernas, con las cáscaras del paisaje enervado, por pulverizar los pétalos de yeso, y sacrificar al vacío tonificado y blando.
Es el aceite que grita, que gritará, opacando los relojes y calendarios, arriba y abajo, en cualquier parte, por hermanarse al carbón de los sapos, inclinados en los caracoles enrojecidos, donde llora el agua de los lavabos, y la madrugada bebe estrellas yertas, como la piedra de rostro impasible, en la carne de las sombras, donde los jugos del fango anidan, derritiendo las raíces del olvido, en la gravedad de un rinoceronte, que ya no vuela ni sabe ni espera.
Solo el rubor del tumor es rumor. Solo la cicuta hiere al salitre, por caminar sonriendo al abismo, y expresar el ínfimo sollozo, con los guantes de madera desteñida.
¡Es por éso y solo ésto y aquéllo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Beleza!... Qu venhas do Céu Qu venhas da montanha, Tu és a Deusa que tudo embeleza. Tu embelezas os vales, os rios. Tu dás à vida o perfume da natureza. Sem ti, não haveria Aurora, A Primavera que dá vida a flora, As cores ás árvores no Outono. A beleza dA natividade A beleza da dignidade O Sol nascente e o Sol poente. A Lua prateada que está contente, De ser a inspiração dos poetas Que com as suas belas canetas Tentam escrever sobre um Mundo perfeito, Com sinceridade, que não seja só fachada Mas para a arte de um pintor, A beleza... só a pode pintar desnudada.
A. da Fonseca
SPA AUTOR 16430
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Poeta
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Deixe meu amor invadir seus lábios, e o prazer nos derreter, transformando-nos em um só...
Deixe o suor lavar nosso lençol, e perfuma-lo com este cheiro que acabamos de produzir.
A.J. Cardiais 11.03.2011 image: google
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Poeta
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Não faço poemas com perfume francês... Aliás, não faço poemas perfumados.
Faço poemas sem cheiro e sem “boa aparência”. Se isto for indecência, não sou o primeiro.
Mastigo o fruto proibido, indigesto. Confesso que não presto.
Mostro a cara sem medo, arrebento o cabresto e solto os poemas no pasto.
A.J. Cardiais 06/11/2012 imagem: google
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Poeta
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Me imagino la gala que hará esta brisa después de acariciarte el pelo…
Con el perfume de tu piel, a cuántos vientos dejara pasmados.
Qué de picaflores y de jardineros rendirá, con hálito a rosa de tu boca.
Te lo digo yo, que sé de brisas y sus donaires. Yo, que buscando su origen di con tu ser.
Yo, que soy el Albatros engrillado al poste de tu amarradero.
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Poeta
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Sobria coraza
Callada la vieja soledad salió de viaje por la esquina de un recuerdo desnudo el frío ¡Desnudó su calor! En el suplicio de una sonrisa ¡Sin color vestida! Cuando el cristal intentaba ser aire.
Pero sobre todo, por ser inmaculado el tiempo lento, al que nadie acompaña con sus riesgos, de anaranjado letargo sin sentido, en los minutos más grandes, y en los segundos que llegan primero, al explosivo fondo de la superficie, que se despega del perfume, del último día del último sueño, del despertar que no se recuerda, ni se recorta, ni se deja escondido bajo la almohada.
Pues la imagen se palpa erecta sin ser forzada por el fuego dulce ardiente licor de la circunstancia súbita con el aliento del verbo falso en el amor de seda y metálica vereda de cortezas como pieles de emociones de visiones como mieles de consuelos ¡Ingrávidos, inasibles, armoniosos!. Con La Sobria Coraza Esmerilada... En el bosque sembrado de ventanas, con la puerta que hiere a los peñascos de nostalgia, y guarda los rencores bajo el zapato, que da sus ojos y limosnas a la calle muerta, donde se quiebra el estilo del reflejo con el tibio torbellino del destino inclemente.
Sobreabundante palpita, sobrecogedores latidos, sobrenadando cubierto.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Augusto coz
Vengo aburbujado, brujuleado, dices, sobre las huellas de cualquier luna, lavadora lejanía lema lenteja, del charco adormilado del rincón, pidiéndome las piedras deambulando, tan leña, tan perfume, tan letal, como fetal y alquímica es la noche, me dice la gruta casi inservible, en los límites del arenoso buitre, tan pupitre que degüella invisible, el sol de bolsillo, al ojo que habla, al pié de los huesos, al ser de los huecos, la impalpable mutación.
¡Aquilatando el letargo de agujas lerdas!. En el parque fantasmal de los columpios, en la pluma al sudar las cáscaras, en los rombos adormilados.
Vengo, dices, que digo. De comer silencios a medias. Dices. En los extremos del abanico. En la cantera que finge el agua. Indecible enturbiado inefable furtivo. En el circo inicuo puro.
¡Taco taciturno de lengua infatigable!. Dices que digo, a pesar de que no venga. En la sonrisa de un trémulo ramaje. Ni de ser hospedaje que implore ninguna letra. Ajenas a las pupilas en decadencia que las lean, las prematuras serpientes, del aprisco ausente, las hienas conmovidas, de faz rugosa. Por decir... ¡Tener mucho hilo donde faltan los carretes!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Nunca cheguei tão perto de você que desse para sentir o seu perfume...
Mas, pensando em você, um perfume passou por mim, e eu o adotei como seu.
Senti que ele é a sua cara: tem um cheiro doce de ser e perfuma uma vontade alegre de viver.
É, esse deve ser o seu perfume.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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