¡Cómo me duele la voz
De mi patria querida!
Donde ya los sin voz,
Creíamos que la injusticia
Era justicia, dolida y sentida.
Ahogada en llanto la que nos parió,
Destrozada se muere por cuervos,
Que en su pecho anidó.
Madre, hermana, compañera eterna,
No, no te dejaremos morir.
De la costa, sierra y selva,
Los hombres que tu vientre albergó,
Su voz de protesta levantan
Gritándole al mundo,
¡Aquí estoy yo!
Con mi voz firme para defenderte,
Mi corazón en el pecho para quererte,
Mis brazos para levantarte,
Porque nunca más patria amada,
Nadie, nadie podrá avasallarte.
Más si el deber nos pide sangre,
Daremos las de tus enemigos,
No queremos héroes en nuestras filas,
Nos harán falta soldados para cuidarte
Y la pureza de sangre para pelear por ti.
Delalma
04/10/2021