MADERA VITAL
Aquí, en el corazón guerrero, donde hay un árbol.
Roble, oak, Eiche, carvalho, quercia.
Fruto de mil flores allá, Flores, que son impermeables. ¡Sencillas sombrillas!.
Por el viento de pálidas escaleras.
Por donde, ni cantan, lágrimas, ni risas, sin palabras, en serpientes, ancha corona de diademas.
Selva, secuaz, élite de gusanos, que del destino el árbol seco espera, ya sin ser papel, ni leña, ni humo, un papel, de partitura triste, alegra, lo que añora, palabras, justas.
Aunque la verdad duela. Aunque la verdad sangre. Y no que, lo verosímil soborne, con antídotos al vulgo.
Y Solo una palabra, como gota de agua, que añora ser fértil lluvia, y estar en el corazón, del humano verdadero. Lago fiel.
Y Solo una palabra, flexible, profunda, que añora, ser contrabalanza, con poder reconstructor, una fuerza en la flaqueza. ¡Del pobre océano en sangre!.
Lo no escrito. Después de la primera palabra.
Lo que habita. El centro. Del alma. Noble razón humilde humana.
Un escrito, que añora ser leído. ¡Desde el hueso hasta el aliento!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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