|
“Su amor nunca ceja . . .”
Añorando cosas del hermoso ayer, sin ningún dilema de ser y no ser Doña Guadalupe y Don José Luis, eternos casados, sortija feliz.
Por cincuenta años de buen proceder su gran matrimonio, hoy, miran crecer, amantes afines con todo el decoro fieles a sus almas, vía Bodas de Oro.
Jamás y por nada se les dio ceder, todo un medio siglo volver y volver a darse sus besos de dulce betún, apegos que forjan la vida en común.
Teniendo muy juntos buen amanecer, el tiempo a su lado en el florecer, un querer así nupcias bien que sella dejando por fértil y profunda huella.
Tres hijos de Dios llegados del cielo, Lupita y Maru con Toño, anhelo; hay que festejar, lo impone la Biblia, por una semana, así, entre familia.
Sigan en la senda del bien con honor, por esa preciosa que provoca amor, ejemplo de todos los aquí presentes, de amigos, parientes y de los ausentes.
Así, auguramos futuro radiante con las ideales bodas de diamante, aliarse con Cronos su consagración ¡Bendita Pareja en perenne unión!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D, F., a 6 de junio del 2009 Dedicado a mis queridísimos Tíos, Doña Guadalupe Sánchez y Don José Luis Galván, en el festejo de sus Bodas de Oro . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|
Que boda de tradición con Banda, ¡que linda unión! al estilo de Huecorio, el Templo su adoratorio.
Año del ochenta y siete fue la fiesta, gran banquete, hablo del siglo pasado, el enlace más deseado.
Dos de mayo fue la fecha, pasión, cupido, su flecha el cariño al cien por ciento, un recuerdo y sentimiento:
Muy galán iba Saúl, Lucía, . . . como cielo azul, la novia despampanante bella dama impresionante.
La reunión maravillosa, no merecían otra cosa, hubo muchos invitados no faltaron los colados.
Esta miel lo malo mata, bonitas bodas de plata, estar juntos fue su sueño veinticinco años de ensueño.
Sacramento el matrimonio no a las cosas del demonio, Dios vela su comunión, el tiempo es rezo, . . . oración.
Cronos seguirá a su lado, será por siempre un aliado, el casorio deja huellas tres hijas, todas estrellas.
Erandi, Nelly Lucía, Daniela, triple alegría su mayor satisfacción la sangre, el corazón.
Hoy, refundan la familia adórense sin vigilia, sigan por la hermosa senda tal vida será leyenda.
Nuevas nupcias en Huecorio su casa, bendito emporio, se los juro yo no miento ya dio fruto el casamiento.
No les hablo del dinero sino de amor verdadero, el que mueve corazones, el que alivia las tensiones.
El que hace que se soporten que los defectos no importen, a ese querer me refiero, al que, por cierto, me adhiero.
Gloria, que puertas nos abres, mis respetos a sus padres en donde quiera que estén, me los educaron bien.
¡Felicidades pareja! ni un problema los aleja, seguirán por siempre juntos aunque ya estén bien difuntos.
Mi Pátzcuaro, San Pedrito, se los digo y lo repito en Apúpato buen trato, ¡casorio, . . . momento grato!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Desarrollo Ecoturístico Apúpato, San Pedrito, Lago de Pátzcuaro, Huecorio, Estado de Michoacán de Ocampo, México, a 05 de mayo del 2012 Con los mejores deseos y toda mi gratitud, dedicado al bello matrimonio formado por la Señora Lucía Becerra y Saúl Morales . . . Reg. SEP Indautor No. 03-2012-083012362100-14
|
Poeta
|
|
Este artículo o categoría puede incluir contenido sensible. ¿Seguro que quieres leer?
El amor está bien pegadito a la piel no existe poro, bello, cicatriz, sin miel, sabe a sudor néctar de seres humanos contactos, caricias, de labios cercanos.
Tu boquita cueva de húmedo lamer lengua que adivina, vehemente, el placer un roce que hechiza la tersa mejilla magia que se siembra cual fresca semilla.
Se tocan las almas sentir de cariños los ojos, pestañas, que se brindan guiños, cejas que celebran bajo de la frente el rubor, sonrojo, del deseo ardiente.
Que fino es tu cuello suavidad su sello que me hace un enredo, enlace y destello, a la vez que boca, voz, lindo sonido, me dicen: ¡me encantas!, eco repetido.
Las manos aferran sedosos cabellos se juntan las caras, los gestos, resuellos con saliva ahogo, flecha de Cupido, ¡adórame cielo! solo eso te pido.
Dándonos de besos ¿tú me necesitas? te siento, me sientes, te digo . . . me excitas, repegar de pechos fuentes de la vida acurrucadita la pasión se anida.
Que bonito hueles no me desconsueles nunca digas no, ¡negativas crueles!, te ambiciona mi ser ¿notas mi querer? late corazón así vuelvo a renacer.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, DF., a 09 de junio del 2012 Reg. SEP Indautor No. 03-2012-083012362100-14
|
Poeta
|
|
ARÁCNIDO EMBELESO
Casi luz la luna en la pared,
araña reflejando el lago, (Extraño) en la pintura el cuadro. (Triángulo).
La luna menguante, bajo el pincel, soñado anoche, casi luz. (Amable amar extraña). La luna fue pintada. En la pared...En el lago...En el cuadro.
Un beso. Embelesado lunar que luego araña. Un beso. Y luego... Desayuna la cama duras almohadas. Amorosa pareja la mesa servida. En el fondo bondadoso. ¡Bullangero del hambre!. En la cumbre tímida, benigna del apetito. Embelesado. Como...
Descienden las sombras de la noche. Cien espejos en un reflejo. ¡Qué cayó sobre él tranquilamente!. De la pantalla. Del hambre que desesperado comía. El sol el viento el agua el desierto.
Embelesadaraña. Hojeando las palabras los párpados. las pestañas las ramas del otoño. Primor de red, embrujo y seducción. Cuando hay_____Una curiosidad. ¡Insaciable!. Y verde al embeleso imaginando. El arácnido. Al sangrar el azulastro suelo. Y Con el amarillo amarillar la paja. Y el rojo enrojeciendo al aire. Con el arrullo gris celeste.
El. Insecto. Enamorado. ¡Páramo de un día en la promesa escrito!. Donde alza las aletas un elefante. Olores acurrucados en velas apagadas, lleno de sed parecía flotar, en el tintero sin decir palabra, del triunfo ausente un intruso. Enamorado. De la viuda alegre. (Negra negra de mil venenos). En el último beneficio, del más acá... ¡El beso enreda rudo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
LÚCIDA MALEZA
Luz Y Da Mal Ésa... Irreparable certeza cortesana.
Sirena Sedante Océano de noches frías.
Hermosura de la esperanza, solo. ¡Si la verdad fuera cristalina!. Invisiblemente, inflexible, inmutable. Transparente, y como la sienten, y la piensan y la comentan y la esperan, de oro aurora, de hondo beso, de rojo estuche, insondable, minuto, astro, la maravilla de ternura pareja, sin el empedrado algodonoso, sin el alfiler endulzado, con la pasión inmensa, con la razón serena, piensan, comentan, esperan. Hilos cazadores de las caricias.
Luz hasta que oscurece, esplendor que oscurece tanto, que no pueden verse ni los cielos, ni las estrellas, con la mano delante, del sol, y de las narices, montañosas que comienzan a suspirar, por las medallas de la vida, las medallas de la vida, y de debajo de la piedra, esmaltando los metales, donde todavía está más oscuro, estremecer las cuevas, y hace más frío multiplicando fraguas ingenuas.
Antes de cualquier pero, pero, donde sin embargo nada quedó de la nada, donde, hay una paz real y calma, y no hay peligro alguno, de musas embriagadoras, fatídicos reproches de verdades ciertas, y en absoluto ni nada ni nadie que los moleste, insultando a las mentiras, y que luego lleve el desorden a las cosas.
Simultáneamente Energética Ignominia y el continuo susurro almendrando, sobre la relación de la escritura con la voz, que solo se ve brumosa campana, perdonando a las piedras tímidas, por el intermedio, de las notas breves, en las que se pone en su sitio, al desnudo pueblo de sombras, y quimeras fresas, en el aspecto de la construcción, vista en relación con el amor, fragmentario del suspiro, parabólico y mecánico, fábrica del caudal apasionado, umbral ardiente.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Monólogo del bronce acobrado
Pensaba, solo cobrizada, cada pregunta al extraño. ¡Qué al bronce, niquelado, le parece, el clarín, la campana de cañones, ó la trompeta, sin suerte, pacífica!.
¡En el deseo de cambiar!. En la fascinación de lagos lejanos.
En lo esencial metálicos fracasos. En...
El río de telarañas, deseo con alas, de tres rostros. Cambiar quieren, los cabellos, en emblemática sabiduría, contra cada pueblo y tribu. ¡De lagos insaciables!.
La púrpura, pareja. ¡Fascinación del territorio!. De los infelices seres humanos. En lo profundo de los anales. ¡Desconocido, el vientre, del jabalí!.
Deseaba, la piel roja, en el vacío de las entrañas.
La gente de pelos altos, puras y simples aleaciones, analfabetos, En los bronces, arrobados, en los estaños.
Paseaba, los deseos amonedados. Fondo de los nuncas, y ahogada sed. En el deseo de la madera, líquido de primaveras morenas.
Todas las leyendas, desmenuzando, las astas del ciervo. ¡Emociones con apariencia!. Logran degradarse las estatuas, y un recién nacido.. ¡Equilibrio, de la devoción santuario!. Momentáneo entre metálicas razones.
¡Preguntarse respondiendo!. En él.
El aliento de los plomos, avispas de campanas ingenuas.
¡Discurso del perdido curso!. Se pregunta. ¿Qué recurso lo contradice?. ¿Se lamentará de vez en cuando?. ¿Comprenderá en sí, la tercera flama?. Lo plantado, y lo Arrancado.
¿Qué la mano desempleada, se lee, con la noche desclavada, y siente hastiada la prohibida vida?.
En Esto... ¡Qué provocan, hacen de alpargata, y blusa a la gente!. ¡Inhumanos!. Humos infrahumanos.
Agrioaculturado trigal. ¡Perdida cada estrella!.
¿Perdonará cada grano de arroz, al hirviente aceite, embriagado de la escarcha, humedeciendo, los sagrados alimentos, los desiertos ahogados en sangre?.
¡Ninguna bala piensa pescadora Ni lana luna en cada vena vana!. Así Es... Así Es...
Esto del bronceado ¡Asoleándose!.
La cigarra de la arena, ardiente de veranos enrojecidos.
A veces, dices, de noche, en los párpados, soñando mejores tardes, cálidas, fresas, serenas, las horas vuelan. Creo, escucharlas bajo. Aquéllas estrellas apagadas, por las pestañas despiertas.
¡Piénsalo y siéntelo...Si puedes!.
De la piel, bronceada. Artificial-mente.
En la lentitud de los caminos, de los minutos inmediatos, de los elefantes diminutos. ¡Está la rapidez de las montañas!.
Una vez, los delfines de bronce, abrieron las plantas, antes del bronceado, suelo niquelado, entre pañuelos. ¡En su cándido, ocaso!. Ignorando a los cobres cerrados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Cúbreme con tu mantón que traigo frío. Invítame un pellizco de tu almohada. Conduce mis ojos hacia el sueño.
Fue larga la jornada y he pensado cuán poco tiempo paso yo a tu lado.
¿Acaso nuestra piel es un paisaje? ¿Enmarcado en las horas, promisorio de soles? ¿Bullicioso de agua?
Agitado en la espera dilapido la vida. Es tan ínfimo el tiempo de tu mundo y el mío que discurro escaparnos a una dimensión lejana.
Cúbreme con tu mantón. Luego, exploremos hasta encontrar la clave muy dentro nuestro.
Forjemos infranqueable, sin puentes levadizos, la alcoba del amor, sus mil jardines. Cerremos las cortinas. Dejemos fuera el frío, las dudas, ansiedades, desatinos.
Vayamos al rescate de la ecuación más íntima: multipliquemos tu paz por mi tormenta, en tu ánfora tibia haz que florezca.
|
Poeta
|
|
Tú me decías algo y yo me anticipaba por tus ojos
Subía hasta la raíz misma con pianos generosos gravitando hemisferios
Adivinabas mi insurrección permanente mi tranco acelerado y, entonces, tu piel se comedía a recibir mis dibujos como rojas aristas de una locura tierna que engalanaba tus lógicas murallas de mujer moderna
|
Poeta
|
|
Bronca
Incluso cuando me vienen estos deseos irresistibles de mandarte a la mierda, descubro que te amo. Porque te reservaría vagón de primera clase y, sin darme cuenta, te sacaría pasaje de ida y vuelta.
|
Poeta
|
|