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CASI UNA FANTASÍA Autor: Eugenio Montale Italia 1896-1981
Poeta, periodista y crítico musical italiano nacido en Génova. Cuando decidió dedicarse a la poesía ya era un intelectual de vasta cultura que alternaba el gusto por la lectura de los grandes novelistas del siglo XIX, con la pintura y la música. En 1939 sus manifestaciones antifascistas le valieron la suspensión por parte del gobierno como director del Gabinete Vieusseux. Obtuvo el Premio Feltrinelli, el título de Doctor Honoris Causa por las Universidades de Milán, Roma, Cambridge y Basilea, el título de Senador vitalicio en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1975.
Esta obra es versión de F.Ferrer LerinInformación útil es:https://es.wikipedia.org/wiki/Eugenio_Montalehttps://www.youtube.com/watch?v=A9_sXWa0sjE
Casi una fantasía
Amanece de nuevo, lo presiento por el albor de vieja plata en las paredes: las ventanas cerradas se vetean de un tenue resplandor. Vuelve el advenimiento del sol pero sin las difusas voces, los acostumbrados estrépitos.
¿Por qué? Pienso en un día encantado y de las justas de horas demasiado iguales me resarzo. Desbordará la fuerza que me inflamaba, inconsciente mago, desde largo tiempo. Ahora me asomaré, destruiré altas casas, despojos viales. Tendré ante mí un lugar de limpia nieve mas tan ligero como el paisaje de un tapiz. Resbalará un destello lento entre el algodón del cielo. Selvas y colinas llenas de invisible luz me harán el elogio de los festivos retornos.
Alegre leeré sobre el blanco los negros signos de las ramas como un esencial alfabeto. Todo el pasado de repente aparecerá delante. No turbará sonido alguno esta alegría solitaria. Cruzará el aire posándose sobre una estaca algún gallito de Marzo.
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Poeta
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VERBIGERACIÓN MELINDROSA
Porque la imagen que un solo hombre camina por las paredes, parcas de quebranto y llanto con llantas, majestuoso el viento, al derramar copioso al árbol, que puede informar, maguarro, al rubí campesino, turulato, lo que no toca a ninguno.
Infinitas cosas hay, en el camino agitado, alegre, monarca, el siniestro éxtasis, enrojecido en la tierra, sopladoramente. Se habla de las piedras en la llanura enfurecido con los labios, y se equipara, con la planta muerta en su pié amustifado, con su dulzura al tambor, doblando los esquinosos remediantes, de la miel, que es preciso saber lo que representan, embelesos, prematuros topacios y almandarquitas para las personas.
Pues aquellas palabras que tienen este sentido madurable, y sanguinario brumadriga, garmituerto flaquea ya figurado. Ni hacer, opinionsetes con un gran recuento, puntiagudo, de la naturaleza, empezando por las cosas, dichosas platas, agónicas, fuego, octágonos, claridad y retinas…
Y en el museo disuelto seres más sencillos. Acaramelados. Un recuento, de quimeras con brisa, gloria y sueños turbados, en el que ni la humanidad, con ternura ni a sus problemas ama, alimenta desnuda, pues están presentes, a la que tiene, larga.
Niega mucho respeto, conquistador esclavo, puesto que se necesita, excelencia, con tesoros, de cemento, y sería pretencioso, en el cálido hemisferio cantar una pesada pereza, armoniosa, sobre los hombros, en la noche germinantesca, dolorosienta, al nada más pensar en escribir sobre él.
Músculos del relámpago y fragancia traicionera, en gargagracias, y matudueños. Muchas opulencias niegan amonedadas lunas. Más si recordamos, cosa que debiéramos, al misterio azul, desprecio aminutado embardebrío, con dramapilasterio.
Así cualquiera puede, ante el cuadro inextinguido equipararse, a cualquier erizado humaredal, y equiparar estrellas con hojas, por que horripilan encarnadas y que no es menos arbitrario, al patio amanecer haciendo piruetas que equipararlas con oro, pecas y paquetes, o con pájaros de ansiedad quietos, lunares, y tocadiscos melindrosos, en alguna cosa rememoradoramente.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PLANTADA
En esa habitación tan desnuda estaba ella sin la cama sin la silla en el piso en las paredes grandes sombras indiscretas con la vela la ventana muy alta solo viendo con el cristal opaca sus alas como ramas secas impacientes a veces no siempre escondía la noche hasta la mañana ahora mariposa mañana palomilla menos el gris que cambiaba seguido por el azul verdoso brutalmente ligero en el techo manchado.
Recuerdo al ruido estremecerse frío. Desgranándose atrevido del silencio. En el patio el árbol esperaba quieto, su vuelo en las hojas el aire helado. Inmóvil desea el agua la raíz del cielo. Del momento que desata los siguientes, sueños de otros sueños en fragmentos. ¡Que duermen en el fondo durmiendo!. Al despertarse, flor no era un insecto, ni árbol, ni nada, que no estuviera bajo sus dulces pies, que nadie le veía todos le decían. ¡Flor, flor!. Ese era su nombre. Desde que el colibrí huyó y la dejó.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PETITORIA DEL PRESEPIO
No te marches, calle, por los techos, que bien sufren las paredes... Porqué yacieron con sus cenizas yaciendo el absurdo entre las sombras brillando el desconsuelo de la acera desgajada.
Aunque como bien dices que digo : Con mi polvo ignoro donde hube yacido antes del tiempo que aún no pasa Del acero numerado con una letra Del sanguíneo asfalto al ser celeste.
Porqué son calcos o remedos, de silencios ignorados silenciados en el fonetismo de trompetas invisibles en el ámbito recluso de la marginación ¡Presepio!... Suburbial de protolécticos olvidos.
Dicen que digo cuando duermo sueños : Aunque yazga con mis sueños sólo ausencias y lo que yaciere en compañía por ser ahí, esa usualidad rosada en la rigidez violácea del crisantemo con gardenias.
Porqué ya yacerá el sol como yacereis en las estrellas caídas en desuso con la neblina en la bolsa con el anverso inconsciente en la espalda de las balas inocentes.
¡Yaz pues, junto a los que yazcan contigo!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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ACRISOLADO VIANDANTE
Me dices que digo: Anocheceré temprano en lo que cabría una tarde. Porqué piensas que pienso. Acrisolado viandante. Siendo soñado por el viento. Y que. En la medalla de sueños hay una montaña, con un violín de cristal adormecido, en la mitad de una burbuja, por donde un glaciar esponja indemne. Viandante siendo solo pienso. Porque cabían mas sombras tibias.
Viandante, viandante, solo viandante. Por el ruido del albañal giratorio y pasajero. Por el cubo de dos manos etéreas y vacilantes. Por el peregrino del pergamino fiero y llano. En el plácido gorjeo del infinito. En las espaldas virginales del candado. Con la entrada del crepúsculo bañado. En la flecha del viento y de la jungla. Tanto como si hubiesen cabido las paredes. ¡Por el vidrio que camina al borde del lago!.
Acrisolado solo por el hálito impropio. Allá por donde el árbol forzó la nube. En la tortuga gemela del metal. Como si la nube hubiere forzado la tarde. ¡En un intachable tilde protervo!. Como si la tarde forzáremos soñando. Por el vano atemperarse execrable. Ante el llanto del débil y del inocente. ¡Con todo lo tétrico hierático y servil!. En la estaca necia de los adobes mercachifles.
Viandante, viandante, del acrisolado ultraje. En las jaulas del tedio inactivo seríamos. ¡Bicarbonato bienhecho de bicicletas!. ¡Pescadores del polígono perplejos!. Entre el amarillento perentorio. Entre la verde indecencia. Entre la ecuánime transparencia del rojo. Entre el azul fogón del menosprecio rosa. El olvido más gris del basurero más cercano. Leyendo las tenues jorobas del patio enlodado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VARIABLES INFINITAS
Vari Ables Infi Nitas Porqué rompiendo las reglas. Con los celos de prisa imposible. ¡Punzantes!. El dedo de hojalata, dulce, ayuna. Porqué Los escalones pierden las paredes ¡Otra vez!. Gracioso...Pena. En la corriente donde las fuentes cantan. La pizarra bondadosa del sol. Entre la musicalidad, versión estricta. La cobra, en la sombra, serpenteando. En laberintos sin piernas. ¡Arcos, en la fila, poco a poco!.
Va Riables...Vaticinios decorando al desatino. ¡En el destino de los luceros apáticos!. ¡Cánticos de labia asiduos variables!. Varia___Bles___Infi___Nitas. Quedan. En la cuenta de tónicos recitados. Quedan. En la opresión de tonalidad galante. ¿Qué dan?, Nada, ¡No sé qué dan!. Estrictamente melancólicos. Se van, se van. Y recorren los físicos, invisibles. El éxito que abarata el ánimo. Infinitas. Enérgicas al llegar. Variables. Del servir dudando. ¡Interrumpida parábola, metábola, prolegómeno!. Variables_____Los silbidos del humo. Infinitas_____Las palabras del ostión. ¡Son las variables infinitas del mirar oyendo!. Por la técnica culpable que al drama toca. ¡Son las infinitas variables del ser débil ya!.
Co Mo Las Reg Las Libres miden, el libre ser, ser libre. ¡Libre absoluto en el ser qué no lo es!. Más que fumarolas el volcán corre arrodillado. ¡Libre, libre...Absoluto puras tuercas!. En Las reglas busca. Busca sin haber ninguna. Al sentido que no existe. ¡Único!. Sin Re-crearlo. Abiertamente. En la mayor profundidad del ser. Y de muchas escaleras. ¡Posibles, imposibles, probables, tal vez!. ¡Nuevos escalones, variables infinitas!. Las fuentes, arenas, a veces cernícalo..¡Y qué! Se hacen otras paredes incrédulas, susceptibles.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Figuras, muecas, miran capetas, y vaya cambetas, abstracta expresión.
Paredes bien negras desplome en grietas, fatales, violetas, es mi construcción.
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Poeta
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Octagónico... 1 Es necesario a la muerte cercana.
2 Tres veces círculos agudos.
3 Desmigajadas paredes colgadas.
3 Granadas campanas chorreando.
2 Costumbres punzantes felinas.
1 Lentitud enguantada simulando.
6 Rincones lloviendo susurros.
5 Patios huérfanos brotando.
4 Paredes rondando repentinas.
4 Persianas cerradas masticando.
5 Vitrinas usadas sucesivas.
6 Palabras soportales inclinados.
8 Maderos discursos abstractos.
7 Destellos forasteros buscando.
8 Ennegrecidos boca a bajo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EN EL REGAZO DEL CALLEJÓN
El lugar agitan las líquidas paredes. Indolente a la penumbra. El piso al serpentear.
En el regazo antes del balbuceo. Bajo el techo desgarrado. Al sentarse junto al fuego. En el regazo Del Callejón.
¡Del mejor dolor sin lágrimas!. De la más mínima risa. Callejón interminable. ¿Duerme demasiado corto el regazo?. En el callejón escondido. El fracaso goza solo.
Entre. Aromática clemencia silvestre. Desventrado.
Con la memoria distante, embalsamado camino. ¡Del más allá!. ¡Tan cerca acá!. En el regazo del callejón. Al mirar de fuera al vino resbalarse. Del cruce apagado de la lluvia.
En el regazo. ¡Qué fluye sabiamente turbio!. En el regazo. Mudo de la piedra de prisa. ¡Del callejón!. Avanzando bajo una puerta. Enramada al enranciarse. ¡La difusa herradura de los cascos!.
Y de ribete el violento ripio es culpado. El ripio para todo hasta de los eclipses. Y las marejadas de mercurio en coplas.
Del Callejón. En El regazo, la migaja es milimétrica ganancia.
Al manir indefenso al hermano. ¡El callejón incauto!. De avenidas carreteras.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESHABITUADAS
Las casas estaban dormidas. En lágrimas de sombras. En cielos de lejanías. Pensaban...
¡Cómo los rincones las paredes!. Siluetas errabundas. A punto de partir. ¡Cómo los ríos las vestiduras!.
Deshabituadas.
Las casas... ¡Duermen, duermen!. Ya vienen de dos después. Alegres tardes. De lo que no en vano queda. De castillo en choza. A lo largo de la impaciencia. Fértil. A lo ancho de la destreza. Frágil. ¡Las cosas estaban despiertas!. Frescas. Donde___Las velas vuelan balsas. Y el sol en las arenas. Donde___Los hilos huelen hules. Y la luna en las lagunas. Duerme.
Deshabituadas.
Porqué no valen ya lo que valían. Una a una... La carroza pedregosa. Uno a uno... El adobe recordado. Por los escudos. Del tiempo limpio. Por las espadas. Del aire turbio.
Las casas. Estaban. Dormidas y el techo en ruinas. Estaban... Las paredes recordando. Despiertas___Deshabituadas__Despiertas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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