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“Llevo varios meses dentro de Samantha, ¿les digo un secreto? . . . su vientre me encanta.”
Soy la ilusión de mí madre y el orgullo de mí padre, desde hace tiempo me esperan antes que me concibieran.
Yo ya estaba en el programa sin saber si . . . ¿varón o dama? yo ya había sacado ficha, soy proyecto de su dicha.
Me alimentan con amor me nutren con su calor me incentivan a nacer me llaman con su querer.
Soy la huella de sus vidas me darán mil bienvenidas; lo que pasa es que su mundo conmigo toma otro rumbo.
Ya me consienten los dos con la bendición de Dios ya me tienen mi cunita ¡qué me cuide mi mamita!
Con sentimiento profundo prometo, al venir al mundo, ser un bebé dulce y sano se los digo de antemano.
Mis papás tienen renombre y aunque aún no tengo nombre ya me dicen “Champiñón”, me adoran . . . de corazón.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Dedicado a Samantha Ramos Hernández y a Hugo Rodríguez Leyva, por su hermosa bebita Marijose Rodríguez Ramos (mi nietecita) . . . México, D. F., a 10 de febrero del 2011 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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CON TUTIPLÉN SOBERANÍA (Texto Neosurrealista)
El cuello del deseo se ha enamorado lloviendo de la imagen tatuada en la nube sin dueño ¡Pasión sin raíz, sólo hoja!...
Es como ordenar las estampas repetidas de una serie de otoños entre paradojas del mañana, metáforas en letras añejas, y calificativos sin peligro, al sentir la presión de las últimas premisas. Sobre todo las que en el ensueño lloran, con la puerta fatal de los alientos. En ese encuentro de siete palabras, a pesar de la noche, y de la situación dónde hay miles de hijos sin padres, en los modernos techos que solo a veces vociferan, agrios, y perforando al aire con las tumbas que flotan en las oficinas, que toman la ley de los cangrejos con el precio más barato, y que lava el odio cuando apenas tiene doce años en la fabricación de plumas de gallina, y una pobre máquina de coser en la cocina cruda, y sobre la ventana vacía en la orilla de las flores del cosmos seco a sus ojos, porque doblan las rodillas las estrellas en las cavernas.
Pero ésto no nació ayer, por el túmulo dónde se recorta el aliento, y se abulta el sudario de nieves y silencios. ¡ No !... Proviene de un brumoso pasado que podría ser en realidad más antiguo que muchos ayeres descoloridos y refugiados en un pizarrón de risas y vinos, de arrogancia y culpa, porqué la roca podría solo estar soñando el aire, con el material ardiente centímetro a centímetro en los periodos poco conocidos, y excavados en el suelo de ocre de lémures y camaleones... ¡Cobrando el sueldo por aplaudir!.
En palabras dulces, otro espacio es el escepticismo de los jardines en la seguridad de un lápiz, y la libertad cosmopolita que mantiene preocupadas a las bicicletas recién cortadas, con la voz temblorosa, de un proyecto que abarca varias generaciones entre las enredaderas que mecen al aire tibio de forma geométrica, y de modo semejante a los bloques en que alguna vez habían estado escondidos...
Así las cosas, la majestuosidad del entorno se encuentra libre en un rincón del olvido, vagando por regiones raras, usando los alimentos autóctonos con los refrescos en las proporciones suficientes para una fuga legal y gloriosa. Preparada con frescas tumbas de aceite y algodón, en los establecimientos donde bien se vende la consciencia, y puede usarse la leche en polvo conservada en formol.
Como esto es tan importante, se le considera indisoluble en cloro, debido a que habla con señas, y con énfasis especial en los problemas de como iluminar al sol, y como continuar ventilando el fondo marino, sacrificando los altos niveles de certeza en la basura, con el sueldo de un ratón codificado como asesino de las vacas que golpean inmisericordes al mercado de los precios bajos, cuando las esporas son ingeridas por los herbívoros en una noche de carbohidratos tímidos e ignorantes... ¡Ah, tutiplén soberanía!... Como un regio tesoro muestra las ubres llenas, la honestidad en un horrísono estampido, y el mal se obstina en no regresar por el profuso suelo rojo que jamás tendría ninguna sangre en el enjuiciamiento del más sabio de los escritorios en cuarentena por el asombro turbio al pasar por un paisaje de trompas y de faros, y de continuar considerando a los aeroplanos culpables del azul de cielo y la conservación de las nubes rosas
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PRIMERA EPÍSTOLA DE CHICOMOZTOC
A ustedes, a los últimos Los que fueron En salir.
Del hijo, origen, siete, Lugar de las cuevas vientre. Lugar del también.
¡Amado pedernal, oh, pedernal!. Del sagrado vientre. De la luz, brote de Ilancueytl.
Son también... Tenoch, Otomitl, Mixtécatl. ¡Cómo los hermanos mayores!.
Son también, ustedes, los últimos en salir. Como los hombres del antes. Como los padres del después.
A su flor llamaré lo mismo. Inexorable. ¡Al descalzo qué al calzado esplendoroso!.
Como serán. ¡Bien lo sé, del todo y del nada!. Qué yo engendro.
Nobles frentes ó secos pastos. Pastores de acuosos verdores. Deleitosas sombras y corderillos en cruz.
¡Enciendan del campo las nieves!. Las nieves del campo. Enciendan...Las nieves, las nieves.
Aún sin cetro ni corona. Al esqueleto que ya es. Al pies de arena gigante.
El polvo anida en la frente. Tirano siendo a su vez. La muerte misericordiosa de la vida.
Es dádiva. Bien lo sé, sé del bien y del mal. ¡Oh!. Amada dualidad de mis entrañas.
La grandeza despréndesete. ¡Más allá de ese lúgubre momento!. Brotándote. ¡Libertad, libertad, libertad!.
¡De piel a hueso!. Ala y fuego por el cielo. Libertad que surge. De la obscura noche.¡Libremente!.
Del antro, templo en ruinas. ¡Libertad del cerca y del junto!. De mi aliento, lejano, desconocido, allá y acá.
A mí, aliento. Más sublime, más humana ¡Fragoroso ve como un sol!.
Ve como un sol de los muchos infinitos. ¡Hacia el mismo abismo!. Solo es una ilusión. Si antes tú pensamiento crucificas. Invencible.
Ve con el sol, en el fondo de tu aliento. Y tus ojos antes en el corazón. Ingenuo. De la noche sigue siempre al día que florece.
Y de la misma noche florecerá tu canto. En el cerca y en el junto donde estoy. ¡En cada pétalo, y adiós, nunca jamás!.
Chicomoztoc, el primero, espera, está contigo siempre, en el corazón eterno, y los hermanos somos todos, piensa, existe, muere.
Chicomoztoc de fuego, agua, aire, tierra, es la misma esencia de mis huesos, si lo quiero, y ningún humano con tormentos ama.
¡Nadie hay que le perdone!. Eso es falso. Es la causa de los hielos, nieves y vapores igual. Del nopal sale nopal, y del mal el mal siempre. ¡Nadie hay que le perdone!. Soy mi ley. Y la cumplo, si quiero, solo, yo puedo. Y al bien daré bien, como también al mal la ley.
Desde aquí, en la raíz de los trece cielos. Brota el agua clara a los ríos que corren. Y de la sangre brota sangre siempre. ¡Así es!.
Y digo, cerca y junto, ¡Si, quiero, quiero, y si, no, no!. Las entrañas me traspaso del injusto. ¡Tú misma vida si quisiera yo viviera!.
Pero quiero. ¡Qué al mundo!. Hagas nuevo.
Así lo vi, así lo oí, así lo escribo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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