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OH PUERTAS DE TU CUERPO… Autor: Guillaume Apollinaire Italia-Francia 1880-1918
Poeta, novelista y ensayista, nacido en Roma en 1880. Hijo natural del príncipe italiano Francesco Flugi d'Aspermont, quien lo abandonó desde muy pequeño, se trasladó con su madre a Mónaco recibiendo allí la educación primaria. Desde joven radicó en Paris donde inició una brillante carrera literaria. Fue columnista en "Mercure de France" y en 1903 fundó "La revue inmoraliste". Amigo de importantes escritores y pintores de la época, fue gran impulsor del cubismo y el surrealismo, aportando obras célebres como "Caligramas", "Alcoholes" y "Zona" . Obtuvo la nacionalidad francesa y se alistó como voluntario en la primera guerra mundial. Esta es versión de: Claire Deloupy.
Referencias útiles son: https://es.wikipedia.org/wiki/Guillaume_Apollinaire https://www.youtube.com/watch?v=eqbRrHFmreM
Oh puertas de tu cuerpo...
Oh puertas de tu cuerpo Son nueve y las he abierto todas Oh puertas de tu cuerpo Son nueve y para mí se han vuelto a cerrar todas
En la primera puerta La Clara Razón ha muerto Era ¿te acuerdas? el primer día en Niza Tu ojo izquierdo así como una culebra se desliza Hasta mi corazón Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu mirada izquierda
En la segunda puerta Ha muerto toda mi fuerza Era ¿te acuerdas? en un albergue en Cagnes Tu ojo derecho palpitaba como mi corazón Tus párpados latían como en la brisa laten las flores Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu mirada derecha
En la tercera puerta Escucha latir la aorta Y todas mis arterias hinchadas por tu sólo amor Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu oído izquierdo
En la cuarta puerta Me escoltan todas las primaveras Y aguzando el oído se escucha del bonito bosque Subir esta canción de amor y de los nidos Tan triste para los soldados que están en la guerra Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu oído derecho
En la quinta puerta Es mi vida que te traigo Era ¿te acuerdas? en el tren que volvía de Grasse Y en la sombra muy cerca muy bajito Tu boca me decía Palabras de condenación tan perversas y tan tiernas Que pregunto a mi alma herida Cómo pude oírlas sin morir Oh palabras tan dulces tan fuertes que cuando lo pienso me parece tocarlas Y que se abra de nuevo la puerta de tu boca
En la sexta puerta Tu gestación de putrefacción oh Guerra está abortando He aquí todas las primaveras con sus flores He aquí las catedrales con su incienso He aquí tus axilas con su divino olor Y tus cartas perfumadas que huelo Durante horas Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta del lado izquierdo de tu nariz
En la séptima puerta Oh perfumes del pasado que la corriente de aire se lleva Los efluvios salinos daban a tus labios el sabor del mar Olor marino olor de amor bajo nuestras ventanas se moría el mar Y el olor de los naranjos te envolvía de amor Mientras en mis brazos te acurrucabas Quieta y callada Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta del lado derecho de tu nariz
En la octava puerta Dos ángeles mofletudos cuidan de las rosas temblorosas que soportan El cielo exquisito de tu cintura elástica Y heme aquí armado con un látigo hecho con rayos de luna Los amores coronados con jacinto llegan en tropel. Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta de tu alma
Con la novena puerta Es preciso que salga el amor mismo Vida de mi vida Me junto contigo para la eternidad Y por el amor perfecto y sin ira Llegaremos a la pasión pura y perversa Según lo que queramos A todo saber a todo ver a todo oír Yo me renuncié en el secreto profundo de tu amor Oh puerta umbrosa oh puerta de coral vivo Entre dos columnas de perfección Y que se vuelva a abrir de nuevo la puerta que tus manos saben abrir tan bien.
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Poeta
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¡Amoldarse!
Dormido a su lado el cielo sueña, con el verde profundo del lago, acariciando enlunado una, estrella, pétalo de seda, cual corola suspirando. ¡Perfumada!...
En la melena con fuego nevada, en el viento encantador, de la sonrisa en el agua, en la piel de los trigales. ¡Más allá de las fosfóricas cortinas!. ¡En los meses perlados en la calma!.
Amoldarse es la respuesta...
Cuando los momentos vagabundos menudean, en las sombras del éter frágil, y libres lucen su ardor firmes, y abren cálidas sus nubes, y montan el estandarte... ¡Ondulando ondulantes!. En los párpados... ¡Sus alas!. En el ímpetu dichoso... ¡Natural!.
¡Qué revive la pasión sintiendo libre!. ¡Qué cultiva el embeleso del rubí!. ¡Qué desnuda el viento celeste!.
Por amoldarse depurado...
Con los pétalos sembrados en la espuma, deshojando los espejos incoloros, anudando el instante en un espasmo, en el fuego de la fuente desbordante, por el eco amarfilado de la brisa, en la corriente fervorosa de las horas, estremeciendo al cálido torrente. ¡Qué desviste los olvidos anhelados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ALAMBICADO INTRÍNGULIS
Sobre un lago de sueños largos, anidan blandas las ventanas, los pasmados pasillos, el turbulento entusiasmo, deglutiendo malabaristas malmandados, allá donde los párpados resucitan fábulas, e instantes de plata, e inquisidores encantos. * ** ¡Ni lo pienses!. El fuego ocioso muere solo, y las ausencias permanecen, y el horizonte desaparece, como esplendente portento, como vínculo insondable. ¡Facsímil al culebrear, al lisonjear, al desagraviar, escabroso pululando!. ** *** ¡Oh, lámpara peregrina!. Hierve al destino gris. Desnuda la llama tierna y adversa. Sin encubrir lo intrincado. Sin dispersar demorando, al inusitado insolente, friático, atosigante, viscoso desfiladero, en la ingente ingenuidad del incauto. *** **** Como los relámpagos que lentos huyen, abriendo relojes donde mueren sueños. En las mañanas de seda, de cera, de lodo, en la fuente de los pantanos. ¡Ni lo pienses!. Hielo e hilo es lágrima al desvanecerse. ¡Como ola pensativa!. Como consuelo en las rodillas. ¡Sin futuro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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D.E.S.C.O.L.O.R.I.D.O.S.
Al dormir verde la tarde rosa, porqué al margen del tono impregna, la espuma naranja del patio, en las curvas del agravante hecho, rojo soñar la noche amarilla, en las retinas fuera, en los trances pálidos, en los desengaños dentro, ¡Una moneda extraña hogaño!. Solo colorea el aire.
Descoloridos todos los verdes rosas anaranjados, amarillean en las cejas del licor gris, descoloridos.
Al dormir los transparentes soñares opacos. ¡Son de los epígonos ardor turbio!. Como la caricia que envuelve al molde blando. Del amor en la irrealidad profunda. Entre los muslos presumiendo ser impune. Sobre la misión disuelta infame fuga. ¡En la sorpresa!...Del qué la tierra escarba. ¡Anhelante!... Una hormiga temeraria canta. Del girar al mecanismo sobrio la balanza solo.
Descoloridos, íntegros encandilan las texturas, de la transgresión acuarelas escuálido desmigajar, descoloridos.
Por el rigor, desenfrenado, un gusano pregona, la materia del sentido perdido al final siempre, acusando al Caos en su defensa y a los párpados de piedras, donde todos saben que no hay formas que exculpen ni arropen en la monumental desvergüenza los colores en la inmovilidad expresiva luctuosa. ¡Del pez luego veloz pluma!...En la intemporal instancia...¡Cuándo la llegada sale en contra!.
Descoloridos más que putrefacción en toda la consciencia han pluralizado menesteroso al cielo descoloridos. En el gris más profundo, de lágrimas innúmeras. De la pobre tela del aliento. Ondean las colmenas sedientas. De la madera tallada añorante. Dejando moribundos los pañuelos. De la vieja porcelana orando. De los colores vacíos miles. De la cerámica inflamable. ¡Color de tragedia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SERJUGADORES
En el alba que presurosa duerme rosa. En el fulgor resuelto rubor.
Como... En los rincones del recuerdo. El reloj de la vida teje...Las heridas mañanas una tarde.
Carne del tiempo. Espinas y algodón. Sorpresa y alegría...En la emoción que tiembla. Muchas veces. Dulzura...Un poco otras...Amargos. Jugos, juegos, seres, en el ser uno solo.
Como... Gris al viento en nubes rosas. La flor con pétalos del tiempo. Tormentas de ternura. Lluvias de párpados. Como... En los secos lagos bajo el fuego.
Rincones de dulce música. Reloj de luna y sal. En el mar de las palabras. Olas de confusión. Las ausencias permanentes son olas, espumas y arrecifes... ¡Ser que es mirada inmensa!. Jugadores creyendo ganar el juego siempre. Por las perlas de los silencios lentos. En las pupilas que ya no hablan. Son las risas olvidadas qué se pierden a lo lejos. Dónde los recuerdos transparentes arden sangre. Y el amor se ha hecho una mariposa. Como...
Un camino, puente colgante, donde la tierra cultiva sólo ceniza. ¡Con mil anhelos en un sueño! ¡Jugadores de arcilla sin aliento! En el corazón. Péndulos candados. Pasión y prisión. Ser jugado, ser pieza solo, juego y jugo... Como... Ríos y cataratas. Juegan en un grano de arena. El desierto en las pestañas indefensas. La tierra entre los bosques de campanas bajo la piel. ¡Ser jugadores, sin ser jugados ni jugos!
Como... Donde las horas son de seda. Cuando el suspiro dibuja la esperanza.
En el tablero días y noches. En el campo de los años... ¡Ser jugadores, jugo y juego!. En el juego del amor y de la vida. Estamos de la sombra enamorados. Cuando la luz se aleja.. Somos flamas, velas, chispas... ¡Ser jugado!. Jugo, fuego, del sendero solo huésped. En el juego del corazón y de la mente. Jugadores fantasmas. Ignorando que somos piezas. En la vida del reloj que nos teje a diario. ¡Ser jugadores!...O ser jugado, siendo libro en blanco. En el fondo más alto del íntimo exterior. ¡Seres celestes, terrestres serjugadores!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¿Qué se cosechará?
Allá púrpura es la trenza del enjambre Por una cadena de rencores eficaces Aquí es la sombra exprimida del horizonte Allá una fuente de metales anegada Por la melena obsesionada del velámen Aquí púrpura es la mañana del exilio
Por luz de calamares en las conchas Dentro perlas lívidas se derraman Por la perfidia de los epílogos Fuera la cintura del cuello se resbala Por estar la mirada en arenas espantadas Una vez al aire entibian arbolado
Allá los párpados tiemblan del estanque Por las regiones más estériles abajo Aquí alado es el confidente palpitar Allá el desdén es triunfal de la belleza Por estar cultivando al humo sinsabores Aquí extenuadas las tormentas mueren
Por los sueños vigorosos de los fantasmas Dentro está una alabanza altanera titilante Por las guitarras qué esculpen arboladas Fuera las canciones aferradas a los cráneos Por las tumbas ilusionadas de las calles Una multitud siembra sus almas luego....
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SUFRE PESCADOR DE SUEÑOS
En Ese Bello Valle Dónde Anida El cielo De ausencias inundado. Reverdecidas de ayeres qué nunca fueron ¿Dónde están?. ¡Me dices!.
En El Vientre De la tumba de los sueños Pendientes de auroras empedradas Acantilados Revestidos de exilios congelados. ¡Cielos arenosos!. Hay Oceános secos... ¡Adornados desiertas nubes!.
De preguntas contrariadas ___¡Moviéndote, lo escuchas, nada más, pez!.
¡Ahí, dónde está!. En El Teatro de memorias, danzas en miniatura. Encima de la espada, caprichoso de la duda.
Por eso. ¡Sufre de sueños__Vanos__el, pescador, al, ser, pez. (Pez también él en sí). ¡Enredado anzuelo fuera del agua!.
Y Preguntas Luego ¿Porqué?.
Escribo del lugar donde no existo vacías las letras del sonido con las manos fantasmales en la copa de un árbol de cristal las hojas y la en la memoria inevitablemente compañera al lado brizna de la nuez del olvido indomable ya al desconocido rostro en la simetría en la imposible asimetría que deliran formidables peces. Del oro desangrándose, sus lejanías. Y con extravíos negando su maldad infinita.
¡De sueños se sufre, pescador al ser pescado!. ¡Los sueños también sufren al ser apresados!.
Y mueren bajo los párpados de la noche. En los palpitares de las estrellas. ¡Qué están amurallando y exterminando!. Las esperanzas abnegadas de los autómatas. ¡Qué maduran solo sus quemaduras!. Carbonizados en la misma cruz. ¡De sueños con pesadillas!.
¡Sufre!. En las pupilas candentes de la noche. ¡Pescador!. En el sosiego del terror latente. ¡De sueños!. En el paladar de las monedas.
Sueños de pescador sufre, pescador de sueños.
Donde Se Devoran sueños hermanables Y Se Vomitan pesadillas enemigas. ¡Siendo así!. Y Por Eso.
¡Qué no sé a quién agradecer!. No haber nacido_____Inmortal. Y más por escribir__¡De la nada fugaz!. ¡Dónde no existo!. Permanente Pez ¡Dormido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESCRIBIR CON SANGRE
Es Cri Bir Al fuego del silencio, caído de los párpados. Con La noche que sueña vientos. ¡Sangre!. El ayer desnudo de los relojes Es Cri Bir En las gotas de la música inclinada Con ¡Sangre sólo! Las campanas inmóviles recuerdan..
Es El museo de sombras Cribir, cribir, Los pálidos clarines de las corbatas ¡Con sangre!
Al suspiro, qué en el humo huye Es Cri Bir Bañando los enrojecidos azulejos. Con los espejos que se pierden reflejados.
Es__Cribir__De las jaulas sin espejos. Por los techos, lechos, pechos, hechos. Entre Las letras, desarmadas, agotadas, Entre Las danzas y los huecos. Por. Las risas que cierran puertas. En La imposible biblioteca. ¡Sin historia, sin la sangre, sin ausencias!. Es Cribir Es Cribir Con la sangre, sólo abismos, por el tiempo.
Con la sangre, compasiva de los papeles. Con la paja, que al grano teje seco. Por La luz que envejeció en la encrucijada. Y dejó. ¡Al sol sin día!. Entre. La luna que busca en vano.
¡La sangre del desierto! Es Crito...¡Sinarena!. So Lo... ¡Solo polvo en letras solo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AMARILLECER...
En la superficie del verde, cielo, Crece un insípido rojizo Allá dónde existen los tractores, soñando... ¡Algunos simbólicos arados! Pálidos y clorofílicos, apergaminados campos Los párpados Bolsillos en los vientres Desempleados, desunidos, pobres, polvorientos... Y Se Ve ¡De nuevo! Seguirán los vientos sin aliento.
En la superficie Del verde......Cielo en la fórmula, desgracia... ¡El entusiasmo sucesivo de la tela! Aún surcos hay, esperando, humedecidos. ¡Por el movimiento de jóvenes arañas! Y en los dedos, en la mordedura del alambre. Luego Por el allá del amarillo... ¡Única esperanza! ____Hágase la noche, dijo, el sol de la tristeza. ____Sin estrellas, lunas ni cometas estamos... .....En la tibia obscuridad, perdida la memoria ...Y En La confusión de los ausentes... ¡Sueños!
Luego ____Decorando un Grial esmeraldino ____La enredadera, embellece, lo qué dice:
Comparte el rico, comparte la rica, comparte el maestro, comparte el soldado, Comparte el rojo, el negro, el blanco. ¡Lo amarillo con todas las violetas!.
____Comparte el perro y el gato, la perla, la concha.... comparte y comparte... ¡Comparte siempre! El ignorado, el exiliado, el enfermo... "Ése, aquél, ellos, nosotros, todos" En La Superficie Del Verde... ___¡Cielo hay de campos amarillos de cosecha! En El Amarillecer, amanecer... ¡Solo, si así lo vemos! Pero no dejará de amarillecer el amanecer...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Olvido recesivo
Como el agua, reciente, De párpados sedientos, progresivos, De la piel endurecida, convulsión, De tantas brechas, dañadas, Fértiles aún, fracturadas, Abandonadas, Masacradas, Por los arcabuces y las flechas, por las lenguas multiformes, codiciosas desdeñosas, de innumerables picos, escabrosos y bruscos abismos, Recesivos de la corriente, febril, del idioma profundamente humano.
En el olvido. De la telaraña impulsiva. De los dedos hiperactivos. De los mensajes incómodos.
Eso es todo, en aquél viejo, recuerdo, y nada más, enigmático de un largo suspiro.
¡Ah! aquel adiós postrero lúcido recuerdo donde la paz anida tanto contra el siervo de un gélido mañana tanto contra el tirano de un hirviente hoy en pos del nuevo trino en el césped de nieves puras espectros de brasas moribundas reflejadas en el cielo crispado del cabello, y ámbar angustia del deseo del nuevo día del color de las promesas en vano encareciendo las caricias en los libros de la vida y de la muerte. ¡Por los días interminables!.
Si por la espina peregrina la bondad florece humedecida restaurada aún dentro de la tierra dividida.
Antes De fundir la lava hirviente y las pestañas de seda la lírica blancura y rabia purpurina ya, Y por los ángeles llamada, divina. ¡Impiedad humana!.
¡Memoria de los gusanos años!. Putrefacción y ebullición.
Aquí donde sólo la ceniza es pura. Aquí donde los pecados huyen. En un torrente cálido. De fe con rostro. ¡Sobrehumano.! A las orillas. De una vieja. Fosa..¡Dónde sucumbe la gloria apetecida!.
Sobre la tumba. Más grande. ¡Qué ha existido!... En el olvido escondido por el tiempo. ya sin nombre, para siempre. Recesivo al modo negativo más obscuro.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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