|
Sin la luz de tu presencia Las horas son más largas y la vida me es más corta No me sacian los placeres Ni me alegran los quehaceres… En esta primavera de ramas secas y orquídeas rotas Ya nadie me pregunta por ti Sólo el viento indolente me devuelve heridas… Las hojas secas, que alguna vez fueron versos dedicados a ti. Las lágrimas amargas que del cielo caen Duelen… Duelen como cuando se quiebra el alma… en esas noches frías Que en vez de sus rayos de plata, la luna, clava cuchillos y mata… ¡Ay hombre!... Siempre fragante de miel y de trigo, De manos abiertas y corazón valiente ¡Han muerto tus adentros y tus alegrías!... ¿Y las mariposas?... eran rosas, y pétalo a pétalo se alejaron de ti. En esta tarde de invierno gris, si pudiera Quisiera abrigarme en la calidez de tus senos… Beber de tus labios, embriagadora bebida que tu boca me diera ¡Y luego, en tus brazos… adormecerme para siempre! Delalma 26/07/2013 12:55 p.m.
|
Poeta
|
|
CAMPO ENVENENADO (Experimental)
Cam Po.....Graveyard, Friedhof, cimetiére. Ve Ne No So....Poisonous, giftig, velenoso, vénéneux.
Un cielo Infernal Le dejaron Le miraron fríamente cantando sus dolores El mismo jardín de arrullos y mirtos El mismo cordaje y navegante pasajero Rostro relegado de besos encendidos con un haz de juramentos En la misma intimidad de incansable noche un haz de cometas.
Le dejaron Por El Campo envenenado.
Y Le enamoraron buscando luz al alma del tiempo, miel de mariposas, paladeando, al inicio, estigma, del hombre, inmortal manzana del viejo día, soporífero, del más allá vasallo, de la carne dorada, hipócrita, los muslos a los que estuvo enlazado el árbol inculto, imperceptible, por el corazón invisible, cáustico, entre la soledad cautiva , sonriendo, pensativa, tierna, por la tarde siempre, con la noche del rojo nunca, penetrante, violeta, crispada dentro del jamás, insustancial, orquídea, por los cultivos , adormecidos, seguramente de tímida inocencia, escabrosos, la noche, la esmeralda, el enjambre, el epílogo, empampirolado, blanco reloj de la medianoche, sobrio, dentro de la enrojecida luna, fatuo pedante, qué había terminado. El segundo, minuto, hora, día a día moría una simple tarde, El Tercero, triangular tropismo, y lujurioso zarpanel. Curva enloquecedora. Curva de arcos, de círculo reunidos. ¡Qué se obtiene por los sueños!. Y canta, la piel del aire, jazmín sonriente al ritmo del radiante pecho.
¡Lecho de la dulce lápida! En El Campo desolado, desalado, sembrado por los ayeres, Ensangrentado veneno por los licores del tiempo.
El día, que maduro ya se derrama solo, gota a gota, hueco a hueco, hueso a hueso. En el tercer aliento de la mejilla. Del...Cam...Pooo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|