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He vivido tantas horas de sol y paisajes como despertares, nos atamos a los mares.
El hogar, hacia ti, en tus brazos una historia de mares que cuentas.
La llegada al mar, la hora llegó, en todo su esplendor, las olas llegan a tocar tus pies.
Lo que deseo, lo que siento, no se compara con nada, es lo que anhelo con el corazón.
Erick R. R. Torres ( Ángel Negro )
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Poeta
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Estás de pie delante del mar, observando a los pájaros luchando contra la gravedad, te sienta a la orilla, tus lágrimas en los ojos, estás llorando. Siente la brisa del mar, consolando aquel corazón lastimado, siente las olas sobre tus pies, la arena suave que estas pisando. Escucha el viento soplar, y luego cierra los ojos, abre los brazos, siente cómo estas volando. Ahora puedes alcanzar el cielo, seca tus lagrimas, deja atrás todo el dolor que tienes en tu alma, deja que el pasado se arrastre en las olas. Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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DESCARRILAMIENTO
La Vieja Orilla Se abandona. ¡Hilo qué cohibe la oquedad con ahínco!.
El Nuevo Cauce brioso En la luna que se baña Un lucero En la fuente sin la sombra. ¡Qué sobra blanca enlutada!. La serpiente. Libre de las dudas. Doliente la trenza busca.
Libre de los rencores. De la flecha excitación desasosiego. ¡Decrépito el vacío per cápita!. Se abandona. El nuevo cauce. Casualmente. Por lo acolchado atasajar humaredas.
La redondez del techo anoche. ¡Longanimidad genuina!. La lluvia firmemente construida. ¡Intimidad generosa!. De la necesidad preñada. ¡En la voz veraz!. Bien trenzada al seno tardío. Porque. ¡Solo fonéticas verás danzar!. Y lanzar... Al gozar simbólico del eco. ¡Péndulas disimiles caratulas!. Descifrables reminiscencias. Al suscitar imprescindibles. La dolorosa condición del océano. La tranquilidad expresa en olas. La espuma sin hacer daño. La burbuja sin carencias.
Aquél de quien fuere la muerte cultivando. Y sabiéndolo, quien la cosecha.
En la orilla brioso el cauce siente. ¿De qué valieron las justas leyes?. Del lo nuevo y viejo que se abandona. ¡Sólo un reverendo bledo!.
Al gozar simbólico del eco. A fuerza de ilusiones forjarse.
Al llenar de ojos una lágrima. ¡Entre plurales indeclinables!. Nuevas y viejas las cadenas libres merodean.
Por Eso... Aquí, allá, y más allá tal vez después. Verán...¡Qué pasajeros son muriéndose los trenes!...¡Des-ca-rrila-mi-ento al frente!. Prisioneros. Del cielo antes. De serlo nuevo y viejo. El descarrilamiento libre de dudas quieto.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Detrás de la luna se encontrará el sol, en la playa no hay nadie, el agua es tan azul, y la manera que me siento muy relajado, y nada importa más que tú. Nada importa, mas que tus labios, tus besos y caricias, tocar tu piel desnuda, lentamente sentir la brisa del mar. El contemplar el amanecer junto a ti, hace que mi corazón se mueva mas rápido, olas en el mar, están hablando de nosotros. Se acerca el atardecer, seguimos tocando las olas, descalzos, sentados en la suave arena, contigo estaré hasta el final. Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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AMARTILLADO CLAVEL
Clavel En la melodía Jardinero caballero El arrecife náufrago pinta Con las góndolas jeroglíficos Callados entre los astros hechizados Un masaje, de las playas indistintas olas Con las hojas de afeitar los paisajes Los transeúntes ladrando ríen Aconsejando a las ventanas Excelente día Sintiendo
Amartillarse En la sonrisa___¡Que indiferente sobre! Claveleada En la mueca___¡Que dientes muestra!
Humillado En la botánica El florero de la vida Al preparar gotas a las hormigas Entre las avispas inexpresivo candado Oculto al espejo el silencio grave Bruma del linaje de las esquinas Títeres de madejas ovejeras A diez horas del tórax Pegadas al cerúleo Vientre verdoso Indispensable
A La Sed Hambrienta Del pecho sombrío Descalzo del techo grácil En la obscuridad juzgada mala Por los ciegos del corazón del alma Llevando agua lánguida al polvo Estremeciendo las campanas Lentas insistentes gotas Sangrientas Raíces Solo Luz
Amartillado clavel a tres horas en tren perfumado la comida recibe de los cristales en un cuarto hoy desempleado de los cheques por los botes de papel acostumbrado a la manta apetecible de la sonaja en el zaguán urgente de la panadería desocupada gracias a una serie de fórmulas en el retrato hoy del esmalte un sentimental mediocre fabrica noches vaivenes del tráfico desinteresado y verticalmente en la imagen serena del silencio en la maceta hoy entre las miradas desconfiadas del espejo alumbra.
Clavel Del mejor Modo cultivado En las resonantes piernas El destino paralelo amartillado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Atornasolados
Era bajo Muy abajo, entre las dudas, que desaparecieron los titubeos, y en el lago el mar, por las suelas de los zapatos,
Un sueño, una pesadilla tal vez, de tan exorbitantes los precios gruesos, una luz, de carácter menos firme, un sol... Entre las profundas olas duerme.
Y sobre los lagos, hablando del efecto causado por los matorrales entre las olas como lunas
¡La semana anterior de pies a cabeza! Tanto en la nieve como en la noche
parecía algo extraordinario en el pabellón qué transcurría Del invierno aquél... ¡Una lentitud curiosa! Rodando los tiempos deshojados
Y la fragua bordeando Se encontró la mesa pálida de asombro De la flor helada... En la cara, inadvertida, inevitable, del tamaño corriente, decente, y reciente avalancha pajiza en la sonrisa lisa... Y con todo el negro del cielo gris verdoso Bajo el lago varias veces estrecho y estropeado el mar, duele al desierto violeta dulce Sonríe y sonríe, cantando... Mordisqueandola sonrisa del silencio en el arpa grácil.
Por la inquietud de la brisa, como un joven, Al coger el sombrero al sol de lado Al rencor atado al nudo desgajado Tan poco de prisa sombra... ¡Colgado a los ojos del experto, fijos y observadores de cualquier cosa casi cosa, la tela tala un taladro...!
Por las playas, privadas de los recursos, por las playas, curiosas algas flotan Arenas entre manos y pies... ¡Las columnas fraguan, lácteas corrientes bajo una almohada! La luz del cielo se refleja En las alfombras selváticas En las praderas acogedoras El Azul de los azules padres... ¡Encadenado rojo!
Por el hondo alfarero mar, donde el sol es barro Y la vida vale menos qué la muerte Se baña rojo, y se esconde... En las opiniones apagadas del placer, en las mentiras entreverando comentarios a los armarios, de los armadillos, ¡ Qué viven invitados en los platos!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Flor de Mayo, como un rayo de la tarde, se moría... Yo te quise, Flor de Mayo, tú lo sabes; ¡pero Dios no lo quería!
Las olas vienen, las olas van, cantando vienen, cantando irán.
Flor de Mayo ni se viste ni se alahaja ni atavía; ¡Flor de Mayo está muy triste! ¡Pobrecita, pobrecita vida mía!
Cada estrella que palpita, desde el cielo le habla asi: «Ven conmigo Florecita, brillarás en la extensión igual a mí.»
Flor de Mayo, con desmayo, le responde: «¡Pronto iré!»
...
Se nos muere Flor de Mayo, ¡Flor de Mayo, la Elegida, se nos fue!
Las olas vienen, las olas van, cantando vienen, llorando irán...
«¡No me dejes!», yo le grito; «¡No te vayas, dueño mío: el espacio es infinito y es muy negro y hace frío, mucho frío!»
Sin curarse de mi empeño, Flor de Mayo se alejó, y en la noche, como un sueño, misteriosamente triste se perdió.
Las olas vienen, las olas van, cantando vienen, ¡ay cómo irán!
Al amparo de mi huerto una sola flor crecía: Flor de Mayo, y se me ha muerto... Yo la quise, ¡pero Dios no lo quería!
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Poeta
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Quiero morir cuando decline el día, en alta mar y con la cara al cielo, donde parezca sueño la agonía y el alma un ave que remonta el vuelo.
No escuchar en los últimos instantes, ya con el cielo y con el mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las olas.
Morir cuando la luz retira sus áureas redes de la onda verde, y ser como ese sol que lento expira; algo muy luminoso que se pierde.
Morir, y joven; antes que destruya el tiempo aleve la gentil corona, cuando la vida dice aún: “Soy tuya”, aunque sepamos bien que nos traiciona.
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Poeta
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SENSIBLE ESMERALDA
Sen Sible sencillez esmeraldina Amor De Esmeralda. Smaragd, smeraldo,émeraude, emerald. A veces respira, la piedra verde, la orilla quieta, el frío rojo, la tarde respira la pipa herida. A veces agridulce.
La i lu sión. ¡Imán, magnet, calamita, aimant!.
Cuando sale de lo profundo. Discreta. Habita y vive, favorable entre las obscuridades, y rejuvenece, por el amor desconocido. Un latir nuevo, confiado como un delfín, una ballena, enamorada, perla y concha. Lanza entre gemidos, escudos cautelosos, entre las tormentas y pasiones. Y El Mar. ¡See, mare, mer, sea!. Sea Como Lo que Siempre es en sí mismo. Es tan salado, siempre salado, salado verdadero. Quietas, a veces, sus olas, sus desencantos. Sigue la brisa a veces torpe, a veces pasmado y asombrado. Cada viajero, cada sol y luna, cuando sobre el mar, ama lo que de verdad ama. Y El sueño del mar. El sueño de las olas. El sueño espumoso, del amor respira, y transpira suspirando. Sus angustias. Elimina lentamente. Sus dolores… Maduran. En tan fugaz placer. En tan puro momento. Si se va. Se queda en la memoria de las olas. Campana inmortal. ¡Solo movimiento!. Perpetuo. Movimiento y espuma. Perennes.
En la burbuja, liberada, de la vida aligerada, en la burbuja del océano. Por La Esférica emoción. Por La Vida y cualquier muerte digna. Vigorosa, saludable, justamente, del hombre, que ama por el mar. La tierra, el cielo, y todo lo que existe noblemente, virginal. ¡Aún más allá de la muerte, aún más allá de cualquier parte, eternamente!.
Autor: Joel Fortunato Reys Pérez
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Poeta
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Saber ser mortal
Saber. Ser. Mortal. Saber, ser, mortal. En los montes de cristal reposa esa flor. De fresca sonrisa y pétalos rubios. ¡Son de perfil cómo eterno marfil!. Cuerpo que pinta atmósferas claras. Y lozanas transparencias pregonan.
Saber, ser, mortal. Mortal. Ser. Mortal.
Los latidos de blancos tonos. Los encantos que mueve con gracia. Esa flor, los ardientes cristales y olas. ¡Son de blandas dulzuras de nácar!. ¡Son de las grandes montañas un gusto!.
Saber, ser. Saber, ser, mortal. Ser, mortal.
Esa flor es tu musical paisaje. Plumaje esmeralda y perlada piel. ¡Hija de la tierra, himno del amor!. ¡Esa flor cultiva las horas perennes!. ¡Dónde mil años crecen verdes y tiernos!.
Saber. Ser. Mortal...Saber, ser, mortal.
¡Dónde se bordan anhelos y puños de soles!. Venciendo el espacio perfume de nube. Cubriendo de mármol el aire libre. Animando en colores el tedio inquieto. ¡En los mantos de inmaculados placeres!.
Saber, ser, mortal. Mortal. Ser. Mortal.
Alegre prodiga su perfume sonoro. Pleno trino y divina desnudez. Con el margen tibio y primaveral suspiro. Escribo en abejas cada miel recuerdo. ¡La rubia sonrisa y atmósfera fresca!.
Saber, ser. Saber, ser, mortal. Ser, mortal.
Tantas veces como reposa graciosa. Las heridas grietas en gotas. Las avispas encendidas del polvo. ¡Es la luz del agua enlagrimada!. ¡Es la voz en flor de la conciencia libre.!
Saber. Ser. Mortal. Mortal. Saber. Ser. Ser. Ser. Mortal. Mortal.
Saber y saber siempre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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